Capitulo 1: Los deseos se vuelven realidad.

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Mi nombre es Erín tengo 16 años , mido 1.64 de altura, soy piel canela, mis ojos son de color gris, de cabello color negro liso me llega hasta la cintura, soy de peso promedio, me gusta el chocolate, me declaro fan No 1 de la luna, amo la lluvia, los días nublados, el frío e irónicamente estoy obligada a vivir en la ciudad más caliente del país, si llueve dos o tres veces al año es demasiado, mis hobbies son leer libros de suspenso y horror, escuchar música y por supuesto arruinarle la vida a mis padres con mis juegos de adolescente, no me gusta relacionarme con muchas personas y menos con chicas de mi edad, digamos que son algo ''estúpidas'' soy una chica complicada según mi familia, pero la verdad es que ellos no entiende mis gustos raros.

Para ser sincera estoy harta de vivir en esta ciudad, el instituto al que voy está lleno de estúpidos materialistas, de personas a las cuales les interesa más de que marca es tu ropa o a qué lugar iras a vacacionar el siguiente verano. Les he insistido muchas veces a mis padres para que nos vayamos a otro lugar. Incluso hay días en los que no asisto a clase y los días que voy me comporto como la típica chica rebelde necesitada de atención. Mi único objetivo: hacer que me expulsen y de esta manera obligar a mis padres a cambiarnos de ciudad, pero ellos dicen que estar aquí nos benéfica económicamente por lo que no he obtenido los resultados esperados, pero esta vez será diferente.

Buenos días familia— Exclame a gran voz, sentados en el comedor estaban mi mamá y mi hermana menor a quien le gano por un año. Ella es una nerd en todo el sentido de la palabra. Su calificación más baja es de 9.8 y eso porque el día del examen tenía fiebre. A veces me hace sentir culpable ya que al ser la mayor de las dos, debería de ser yo quien de el ejemplo, pero luego pienso que mi vida sería tan aburrida y común que agradezco el hecho de ser como soy. El hombre que está sirviendo el desayuno es mi papá, es una tradición que cada último viernes mi papá prepare el desayuno.

¿Vaya a qué se debe tanta alegría?— Pregunto mi madre, mientras ojeaba una revista, creo que era sobre la psiques humana o algo por el estilo. Ella es psicóloga así que ama leer ese tipo de cosas.

Nada en espacial— Sonreí como niña buena, no quería que ellos se dieran cuenta de que tramaba algo grande.

¿Iras al instituto?— Pregunto mi padre y me hizo un gesto de que tomara asiento y comiera mi desayuno.

Si, hoy amanecí con unas ganas enormes de ir— Me acomode en el comedor y mi padre sonrió pues entendió el sarcasmo que contenían mis palabras.

Deje a medio terminar el desayuno, tome el plato y lo dejé en el trastero y de la despensa tome unas bolsas de chocolates— Ya me voy familia.

Espera a tu hermana— Dijo mi madre, volví la vista a mi hermana quien también me devolvía la mirada y en un tono frio expresó— No quiero que me vean con la chica problema— Después dicho esto se retiró, escucharla decir eso me hizo reír. Ya estaba acostumbrada a sus aires de grandeza por lo que me encogí de hombros haciendo caso omiso a sus palabras.

Como toda chica normal de instituto recibí las primeras clases— Estos viejos se piensan que somos robots y que todo lo que nos digan nos quedara grabado literalmente— Dije para mí misma. Es estúpido todo esto, la educación en la ''gran ciudad'' no era más que profesores explicando a medias los conocimientos que adquirían después de leer a un buen escritor, por lo que pasaba más en la biblioteca que perdiendo mi tiempo con docentes a los cuales yo misma podía dar clases. Ellos veían a los alumnos como cheques, lo único importante era el dinero que recibirían al final de mes, su recompensa por soportar a los adolescentes modernos.

El timbre sonó dando fin a la clase de química, todos los alumnos salieron pues era tiempo libre, yo me quedé en el salón. Mi gran idea era incendiar el ala oeste del instituto y la única forma para que el fuego se propagase era provocando una gran explosión en el laboratorio. Con esto estaba más que segura que me expulsarían de por vida de este asqueroso lugar. Tal cual como lo planeé, las llamas se propagaron a todas las aulas, los alumnos corrían como cebras cuando un león las está cazando. Algunos tropezaban y quedaban como alfombras en el piso, antes de que empezara todo eso yo salí y observé todo el panorama desde lejos. Debo de aceptar que ver a todos esos púberos materialistas corriendo desesperados provocaba mucha risa.

Como era de suponer llamaron a los bomberos y policías, el fuego pudo ser controlado y no hubo pérdidas humanas, una tragedia debo de añadir. Se hicieron las averiguaciones pertinentes y dieron con el culpable, bingo sí, dieron conmigo. Monte un teatro fingiendo no saber de qué se me acusaba, mi plan fue un completo éxito. Días después nos mudamos a un pueblo que queda al otro lado del país, el número de habitantes es ¼ en comparación con los de la ciudad. Es pequeño por lo que no se necesitan vehículos para ir de un lado a otro. Pasan 16h lloviendo y el resto nublado. La casa en la que vivimos ahora también es más chica, pero eso no importa, como los gastos disminuyeron mamá no tiene que trabajar y ahora pasará más tiempo en casa.

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Cuidado Con Lo Que DeseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora