Capítulo 1

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En el fondo de un bosque de la ciudad de Jacksonville se encontraban miles de criaturas mágicas esperando por el nacimiento de una sola persona: Elektra, la elegida.
Matisse Rumanoff se encontraba postrada en una cama, en trabajo de parto mientras que su madre Gloria Sandarti la atendía y ayudaba para que la expulsión fuera rápida.

- ¡Puja! - gritaba Gloria a su hija.

Matisse solo gritaba por la desesperación, quería conocer a su hija ya y quería que el dolor incesante parará pronto.

- Ya casi sale completa, falta un poco más Mati - le gritaba gloria para seguirla animando.

Y en ese momento salió, una bella niña de piel blanquecina, ojos azules y abundante cabello rizado, era tan hermosa y se veía tan pura, una auténtica bruja que ya tenía un destino definido.

Gloria limpio a la niña para después dársela a Mati.

- Estas tan hermosa, pequeña - suspiro Mati mientras la tenía en sus brazos.

Definitivamente quedó atónita, ella había elegido el nombre de Elektra desde que supo que sería una niña, pero al mirar sus ojos supo que había tomado la decisión correcta en ponerle ese nombre, pues sus ojos azules oscuros daban una sensación de electricidad en todo su ser, eran oscuros como el el agua del mar, tan oscuros que te hipnotizaban con sólo mirarla.

Gloria llamó a el padre de Elektra, Antonio Rumanoff, brujo puro y directo.

Antonio estaba tan asombrado por la belleza de Elektra, su hija, que inmediatamente se enamoró de ella. Y supo que tendría que cuidarla y hasta dar la vida por ella en cualquier situación.

La cargo entre sus brazos y ocurrió algo que ni el se esperaba, Elektra sonrió por primera vez y fue a su padre, desde ese momento supo que habría una conexión especial entre ellos aún después de la muerte.

- Antonio, debemos presentar a la niña a la comunidad, están ansiosos por verla - le dijo Gloria al tiempo que entraba a la habitación.

- Vale, sólo danos dos minutos - respondió Antonio de mala gana, pues el no estaba feliz con eso de la profecía y de que su hija ya tuviera un destino escrito.

Matisse comenzó a vestirse para salir ante todos y mostrar a su hija.
Se acercó a su esposo, Antonio, y susurro:
- Te prometemos que no vamos a dejar que nada te pase mi querida Elektra - dijo mientras acariciaba su melena rizada.
- Te defenderemos en todo momento y si es necesario revelarnos contra los nuestros también lo haremos - dijo Antonio mientras miraba a su pequeña hija y después a Mati, dándole esta una mirada de aprobación.

Ninguno de los dos padres se sentía tranquilo al saber que su hija tendría que cumplir un destino ya escrito, ellos querían que ella forjara su propio futuro, sin presiones y tal como ella quisiera.

Entró a la habitación Gloria dando aviso de que ya era hora de presentar a la niña elegida.

Antonio y Mati salieron cargando a Elektra en sus brazos y se pusieron junto a una pequeña cascada situada cerca de la casa.
Mojaron su cabeza, invocaron a el viento, dibujaron líneas con lodo en su cara y prendieron fuego bajo ella para así invocar a los 4 elementos naturales y obtener la bendición de el Dios y la Diosa de la naturaleza.
Finalizado el ritual, Gloria tomó entre sus brazos a la pequeña Elektra y la elevó para que todos la observaran.

- Les presento a Elektra Rumanoff Sandarti, hija de los brujos Matisse y Antonio Rumanoff, bruja pura y poderosa y la futura líder de todos los seres sobre naturales, esta será la bruja que nos guiará nuevamente a los días de gloria y paz entre los humanos y la chica que pondrá paz entre todos.
¡Inclinense ante su futura líder y salvadora, Elektra! - dijo Gloria al tiempo que giraba a la niña para que todos pudieran observarla bien.

Todos comenzaron a inclinarse ante la pequeña niña que los llevaría a crear una nueva era.

- ¡Que viva Elektra! ¡Que viva Elektra! ¡Que viva Elektra! - gritaban todos una y otra vez.

Terminado el ritual y la presentación, Matisse y Antonio tomaron a su hija y se dirigieron a su pequeño hogar.
Su trato había sido que la pequeña Elektra no sabría nada sobre su poder ni su destino hasta que fuera a cumplir la mayoría de edad, para así poder protegerla de todos los peligros y que pudiera mientras tanto crear su propio futuro.

- Buenas noches mi pequeña brujita - dijo Mati mientras la acostaba en su cuna y se despedía de ella para dirigirse a dormir.

- Buenas noches Elektrita - dijo Antonio mientras la besaba en la frente y apaga las luces para salir de la habitación.

La pareja se dirigió a dormir y una vez recostados en su cama las dudas comenzaron a surgir.

- Me parece bobo que dejemos que nuestra hija cumpla un "destino" de una profecía que ni si quiera sabemos si es real - dijo Antonio mientras miraba a Mati

- Lo sé, pero tampoco podemos revelarnos contra todos, hay demasiados problemas y eso implicaría que intentarán quitarnos a nuestra hija - respondió Mati de forma triste.

- No te preocupes, ya hallaremos alguna solución, mientras tanto tenemos que protegerla y dejar que construya su propio destino, talvez así pueda cambiar esa profecía y vivir su vida plenamente.

- Eso espero, pero mientras tanto ella seguirá siendo "la elegida".

Dicho esto ambos se dispusieron a dormir, había sido un día muy largo y no querían perder fuerza, si algo sabían es que tenían que protegerla antes que todo.

Elektra: El InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora