(Leer desde 🆁🅴🅸🅽🅸🅲🅸🅾); Wonderland ✨ #SICKFNAFHS

3.-

Miré al florero que se hallaba a un lado de mi camilla, era triste que estuviesen marchitas las florecillas que ahí estaban. Su color amarillento rosáceo me gustaba demasiado, aunque fuese una combinación colorida básica y poco imaginativa para aquellos que se inspiraran -depende de lo que hagas.- en la naturaleza o específicamente, las bellas y simples flores.
Entró una enfermera, Lily.

— O-oh... Buen día, paciente... Bonnie, espero estés listo para la medicina—.

Dijo ella hacia mi persona, notablemente tratando de sonar profesional, pues eso requería su trabajo.
Asentí con lentitud (ya que no me quedaba nada más que entregarme, resistir a que me ayudaran sería perjudicarme) y la chica de cabellos azules acercó una pequeña mesa metálica, de esta sacó varios utensilios médicos, revisándoles varias veces antes de acercar una sola aguja a mí. Cerré los ojos al sentir sus frías manos rozar mi piel, subió mi manga dejando al aire varias cicatrices.

— Vaya... ¿No te duelen...?—.

Negué, sí. Era mentira, dolía demasiado el tener los brazos heridos, me revolvía la mente.
No se que pensé al dañarme de esa forma... De verdad creía que el cuchillo acabaría mi sufrimiento.
Pero me equivoqué, el suicidio sólo me alejó de lo que en verdad amaba, yo no me sentía bien, pero así cómo yo millones y millones de personas se sienten igual o peor de lo que yo estaba en ese momento, aunque...
Fue realmente bobo, debí haber tratado de ser feliz sin importar que todo se me viniera encima ¡Yo quería sonreír! No sé porque me rendí, sólo lloro y trato de huir de mi realidad, la cuál aún que vea una y otra vez mi muerte pasar frente a mis ojos no cambiará.
Mi corazón dolía... Me sentía ahogado, las lágrimas se acumularon en mis ojos a su vez que la sorprendida enfermera confundía lo que yo sentía en mi mente con el dolor físico de la pequeña inyección la cuál ya se había colado en mi organismo.

Yo no había sentido dolor alguno.

Sin importar que yo llorara desconsolado, puso con precaución un parche sobre la herida y al bajar mi manga de nuevo, ella ya se había ido.
No sin antes hacer un pequeño ademán con sus palidas manos.

Nuevamente, tal cómo todos estos días, Jack hizo aparición.

¡๒๏ภภเєєєєє!

Lo odio.
Odio a Jack.
He recordado el por qué quiero irme del mundo.

Pero...

Toqué mi estómago, instantáneamente sentí el dolor punzante de los puntos.
Duelen... Joder, duele demasiado. Siguen allí, las vendas, las voces...

Quiero salir de aquí, y Jack no para de gritar.