II

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En Damasco todo era diferente. Las calles de piedra y los edificios de adobe, antiquísima construcciones, tomaban un fulgor blanquecino con los últimos rayos del atardecer. Los niños corrían felizmente y sin ninguna preocupación por todas las callejuelas. No había nada qué previera un destino tan funesto.
Los pequeños Hamza y Abbas nunca esperaron nada especial ese día, más que jugar a esconderse y encontrar nuevos "lugares secretos" qué presumir con sus amigos. Se perdían por horas en su juego, en calles y recovecos oscuros que muchas veces llevaban al anterior de las casas vecinas.
Ese día en particular, Abbas estaba entusiasmado por mostrarle su "descubrimiento" y Hamza lo seguía exaltados por la emoción, recordando que la última vez que su amigo estuvo así lo llevo a una pequeña cámara qué por dos agujeros les permitía espiar a la hermosa Karin en sus baños. Corrieron sin parar hasta llegar un gran muro de piedra, donde Abbas sonriendo señaló, Hamza lo miró extrañado y un poco desilusionado, Abbas en ese momento prosiguió y pasando sus manos en uno de los bloques, empezó a tirar de el provocando qué la piedra se corriera y que dejara un agujero oscuro en el que con las justas y de a uno cabían.

Susurros capítulo 2 : Ocaso

-Hamza, guarda silencio-
-Es muy angosto aquí y oscuro. Casi no veo!-
Los dos avanzaron en oscuridad por aquel túnel angosto y frío, el cual parecía no acabar y del qué poco sabía su destino.
-Hamza espera- dijo Abbas estirando su pierna hacia atrás, alejando un poco a su amigo.
-Que... Que sucede?-
-Solo espérame-
Hamza de a poco sintió a su amigo alejarse, quedándose el sólo en total obscuridad y silencio. Pasaron los minutos y su amigo no volvía, sentía una presión en el pecho por la claustrofobia y su pulso acelerado resonaba en su cabeza.
-Abbas?- se atrevió a gritar pero no recibió respuesta. Su mente voló en infinitas posibilidades y en todas se veía perdido en un lugar qué nadie conocía y que ninguna persona podría escucharlo suplicar. Empezó a sollozar lamentando su final, quiso volver hacia la salida pero se dió cuenta de la infinidad de túneles a su alrededor y que sin Abbas estaba perdido.
Se recostó en el piso por mientras las lágrimas corrían por su rostro y cerrando los ojos dijo una vez más el nombre de su amigo.
-Abbas-
-Si- dijo Abbas que prendia una vela a lado de Hamza. Este último se asustó y del salto que dió, se golpeó la cabeza contra el techo del túnel. Abbas empezó a reír a carcajadas mientras su amigo se acariciaba la cabeza.
-Idiota! Donde estabas-
-Fui por luz para mostrarte mi nuevo escondite-
- Y porqué no respondías cuando te llamaba?-
Su amigo sonrió - porque es gracioso verte asustado-
Luego de esto avanzaron un poco más entre los túneles hasta qué dieron con una rejilla apenas agarrada a la pared. Abbas le pidió a su amigo que tuviera la vela por un momento y tomado la rejilla tiró de esta, hasta que se desprendió. Los dos amigos salieron del túnel y Abbas, levantando la vela lo más que ver podía, le mostró a su amigo lo qué encontró. A su alrededor se veían pilas y pilas de oro, mesadas llenas de candelabros del mismo material y con hermosas diademas, enormes figuras de plata con forma de animales y, en el medio de la habitación, una enorme cruz de plata con rubíes incrustados y planchas de oro en los bordes.
Hamza no salía de su asombro, hasta qué Abbas, sin ningún reparo, le lanzó en la cara una bolsa de tela.
-Ayúdame a sacar todo lo qué podamos- dijo mientras, dirigiéndose a una de las mesas, arrastraba con su brazo todo lo que podía.
Hamza no espero ni un segundo y también empezó a llenar su saco con los tesoros de esa habitación.
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- Es hermoso el Ocaso, verdad?. Lo podría ver durante toda la existencia qué le queda a este desgastado cuerpo y nunca me sentiría cansado, ni mucho menos o mucho más, de verlo. Mi hermosa Damasco.....-
-Si, atardeceres tan hermosos como éste, sólo suceden acá y nosotros los hemos visto a casi todos.-
Fadl Ullah, el qué habló al principio, dejo escapar un suspiro, para luego tomar un poco más de vino. Los años pasaron factura en su cuerpo y ahora el único placer que le quedaba era el vino y mirar por la terraza de la Meca a la hermosa Damasco. Su triunfo más grande. Muhannad, su acompañante y mejor amigo, era sólo un poco más joven qué Fadl, aún así también era un anciano qué apenas podía caminar. Los dos se hacían compañía mutuamente. Si en dos milenios de existencia nunca se habían separado, ahora en su vejez mucho menos.
-Hagamos una promesa querido amigo- dijo Fadl - Cuando llegue nuestro momento de trascender, el otro procurará que lo último qué vea sea este hermoso Ocaso, en nuestra hermosa ciudad-
De la nada la puerta atrás suyo se abrió y un muchacho agitado salió a la terraza gritando- Mis señores, mis señores!-.
Muhannad se levantó de la silla, caminó unos pasos se paró en el camino de el joven. El muchacho se paró en seco y se estremeció, se postró de rodillas y agachó la cabeza.
-Mis señores....- tomo aire y trató de calmar su corazón y respiración - se activó la señal-
Fadl, al escuchar esto, lentamente y con esfuerzo dió vuelta -prosigue-.
-Hace un momento, se detectó la presencia de un DJinn-
-Ubicación- pregunto Muhannad.
-La señal es muy fuerte y a cada momento se hace más poderosa-
-Se te preguntó la ubicación!- dijo levantando la voz Fadl.
-En la bóveda de tesoros ...-
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Los niños ya habían cargado todo lo qué podían y se disponían a irse. Sus sacos llenos pesaban y apenas podían caminar hasta el conducto. Abbas ya había puesto su botín en el conducto y apuraba a Hamza, pero este no podía quitar sus ojos de el objeto más extraño: una cruz pequeña, incrustada en el piso, hecha toda de plata y oro, con hermosos rubíes y zafiros.
-Espera un poco-
-pero, que estás haciendo- protesto su Abbas.
- Sólo quiero eso también-
-Es muy pesado. Mejor déjalo y vámonos de aquí-
-Tu no lo cargarás así que déjame llevarlo en paz-
Hamza puso sus manos en la cruz y dió un fuerte tirón. La cruz estaba firmemente agarrada al suelo y no se había movido en lo más mínimo. El volvió a tirar con más fuerza y sintió el crujir de la tierra, volvió a tirar aferrándose aún más, provocando que los bordes de la cruz lastimaran sus manos, por las qué pequeñas gotas de sangre escurrieron sobre la cruz. Fue necesario un esfuerzo mayor de Hamza hasta que la cruz cedió, dejando en el suelo un agujero oscuro del qué salía un putrido aroma.
-Ya está idiota, debemos irnos rápido-
-Ahora quien tiene miedo- se burló Hamza. Avanzó unos pasos y de la nada sintió mareo, volvió a recuperarse y siguió avanzando sin dejar la cruz, sentía su cuerpo raro, un cansancio y desvanecimiento que nunca antes había sentido. Su amigo al verlo salió del conducto y corrió hacia el.
-Estas bien?- dijo preocupado.
Hamza sudaba frío y empezaba a tambalearse, mantenía su cabeza agachada y a duras penas seguía caminando. Abbas se preocupó demasiado y pateó la cruz hacia un lado, tomo la cabeza de su amigo que no respondía a sus llamados como si estuviera en trance y trató de verle la cara.
-Tengo hambre...- dijo Hamza, un Hamza que asustó a Abbas, un Hamza diferente, un Hamza con los ojos completamente negros.
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Varios minutos después la puerta de la bóveda se abrió pesadamente, el joven ciervo llevaba un candelabro y tras de el estaban Fadl y Muhannad. Todo estaba en silencio y desordenado. Los tres se habían dado cuenta al instante de que había ocurrido un saqueo, pero sólo los ancianos se notaban preocupados por el hueco en el piso. Se adentraron un poco más y notaron una sutil brisa de aire acompañada de chasquidos. Avanzaron hacia el ruido por mientras la luz de las velas expulsaba la oscuridad y al cabo de un momento encontraron a los niños de la manera más cruda posible, tanto que el joven sirviente tuvo ganas de devolver.
En el suelo estaba Abbas, tembloroso y aún vivo, su mano se extendía hacia los ancianos a modo de suplica agonizante mientras su amigo Hamza devoraba sus entrañas, chasqueando las viceras en su boca y sorbiendo la sangre que escurría por las arterias cercenadas de su amigo.
Fadl miró a su amigo y susurrando le dijo -matalo-.
Muhannad asintió y avanzó hacia los niños, de entre sus túnicas saco una gran sable sirio y lo clavo en la cabeza de Abbas acabando con su sufrimiento.
-Que hiciste- pregunto aquel ser que una vez fue un niño, quien se dió vuelta, aún con pedazos de carne en la boca-Me lo estaba comiendo!-
-Callate!- grito Fadl, que avanzó rápidamente hacia donde estaba aquel ser, lo tomó de la cabeza y lo levantó, dejándolo en el aire, en donde lo miro por todos lados.
-La posesión fue completa-
Aquel ser empezó a reír y remedar a Fald- El ya es mío y no podrás hacer nada inútil hijo de Salomón. Nada escuchaste, nad....!-
Antes que terminara la frase, Fadl con su mano aplastó la cabeza de aquel ser y dejo caer el cuerpo que aún se retorcía al piso. Buscó la cruz por el lugar y cuando la encontró, rompió un pedazo de ella, hizo una plegaria por mientras la ataba a una cadena de oro blanco. Luego, caminó hacia el cuerpo que de a poco se reconstruia.
-Me extrañaste hijo de Salomón. A mi no me podrás matar-
-Mis intenciones nunca fueron matarte- le dijo mientras pasaba la cadena por su cuello. - Me eres más útil vivo, al igual qué todos tus hermanos-
-Ya veo, sigues con tus juegos de guerra. No te fue suficiente con ocasionar la primera guerra mundial?-
-Nunca es suficiente....-
Cuando el ser se curó por completo, Fadl dijo unas palabras en un idioma antigüo y lo que haya hecho a Hamza cometer atrocidades empezó a desaparecer de su cuerpo.
-No creas que te obedezco hijo de Salomón, sólo quiero ver la muerte qué crearás conmigo-.
-Lleven al niño a descansar y ponganlo en adopción.-Dijo Fadl
-Mi señor....-
-Que sucede ahora-
-Recibo señales de un DJinn-
-Esta capturado idiota, ya no debes preocuparte-
-No es esta señal mi señor. Anteriormente no la podíamos detectar por la fuerza de este DJinn pero se activó antes que este-
-Ubicación-
-Argentina mi señor.
Fadl sonrió y miro a su amigo Muhannad.
-Ya veo....- dijo limpiando sus manos con un pañuelo -Preparanos boletos para Argentina de inmediato-
-Y el niño mi señor-
-Dejalo acá, encierralo y no abras su puerta hasta mi regreso. Igual nunca podrá morir-
-Parece que el trabajo nunca nos dejara en paz mi amigo- dijo Muhannad.
-Por lo visto no, pero nuestros planes están saliendo a la perfección.-
-Lo se....- Muhannad sonrió
-Ya a empezado....-

Espero que les guste este cap y pido perdón x la demora en subirlo. Prometo que empezaré a subir mas seguido está historia ya que voy a tener más tiempo. Sólo les pido que si les gusta me dejen un voto y si quieren también comentarios para ir subiendo que les parece la historia. También acepto consejos y cualquier comentario constructivo =D.
Sin más me despido ;)

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⏰ Última actualización: May 31, 2017 ⏰

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