El miedo le carcomía ahora a él, la había amado, pero era un loco, un psicópata, y ella había descubierto sus planes.
Tres años después de matarla, sentía como ella lo perseguía, pero él no creía en cosas paranormales, solo culpaba a sus recuerdos y a su cerebro estúpido que le hacía recordarla, pero ya no había vuelta atrás.
A la mañana siguiente, sintió un frío helador que lo hizo levantarse sobresaltado. Al sentarse en la cama, una pequeña nota cayó en su regazo. "¿Por qué?" decía la nota amarillenta y con manchas rojas. "¿Sangre?" pensó.
-¿Por qué, qué?- Se preguntó él en voz alta.
-¿Por qué?- Preguntó en un susurro una voz que parecía lejana pero a la vez cercana, como el eco de un túnel.
Se dio una ducha y se abrigó.
Prosiguió a salir de la habitación, pero una fuerza sobrehumana lo volvía a empujar hacia esta, una y otra vez, cada vez que salía por la puerta esa fuerza lo arrastraba como si estuviera eternamente encadenado a aquella habitación. Paró en seco y miró el blanco techo que lo cubría de la lluvia torrencial que caía esa mañana.
-¡Dios, estoy más loco de lo que pensaba!- Gritó desesperado.
De repente, la puerta se cerró sola de un portazo, haciendo que el chico se girara para observarla. La ventana se abrió y se cerró sola, todo se comenzó a mover y algunos objetos se congelaron mágicamente, todo a su alrededor se congeló, intentó escapar, pero el pomo de la puerta estaba congelado y no giraba, no tenía escapatoria.
Se giró a ver la puerta del baño por puro presentimiento, gran error, de ella salió una muchacha translúcida a la que él conocía perfectamente. Era ella, la que le robaba los sueños y los convertía en pesadillas, a la que había asesinado por solo ser un poco curiosa. Era buena chica, pero la curiosidad mató al gato, en este caso a ella.
El fantasma se acercó a él y puso su translúcida mano en su pecho.
-¿Por qué?- Le preguntó con tristeza y una lágrima ficticia mientras congelaba el cuerpo del chico.
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Nunca te dije adiós
Storie breviEl amor y el cariño la llevó a su fin. La locura le provocó cometer grandes errores que lo llevaron también a su fin.