Vuelve a amarme

Capítulo 26: La verdad

POV EDWARD

Febrero

-Podrías haber tocado la puerta. –Comenté molesto.

-La puerta estaba abierta, mejor para la otra asegúrate de que la dejas cerrada cuando hables por teléfono. –Me reprimió antes de regresar sobre sus pasos y cerrar ella misma la puerta del departamento-. Ahora... ¿Contestarás mi pregunta? –Alzó ambas de sus cejas mirándome en espera de una respuesta.

-No sé de qué hablas. –Dije intentando hacerme el desentendido. No quería ella supiera con quién estaba hablando y mucho menos el tema de la conversación.

-No soy una idiota Edward, así que no me tomes como tal.

-Iba de salida. No puedo atenderte en este momento. –Guardé el móvil que todavía tenía entre mis manos antes de volver a tomar las llaves de mi coche.

-No me pienso mover de aquí hasta que me des una explicación. Y sabes quién es el más obstinado de los dos. –Argumentó antes de dirigirse hacia el sofá y acomodarse cómodamente. La miré por un momento consciente de la veracidad de sus palabras. Sabía que no se iría a menos de que obtuviera lo que quisiera. Simplemente no podía ignorarla. Era demasiado tarde para hacerlo.

-Está bien. –Suspiré resignado antes de sentarme a un lado suyo. Me miró arqueando una de sus cejas dándome pie a seguir-. ¿Qué fue lo que escuchaste?

-Estabas mencionando el nombre de Bella. Y por tu actitud al teléfono, pude deducir que nada bueno estaba sucediendo en esa conversación que mantenías. ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo con ella?

-Alice...

-No, nada de Alice. Algo está pasando aquí y necesito saberlo. Ahora. Eres mi hermano y sé cuando estás ocultando algo. Todo este tiempo me he quedado al margen de la situación esperando a que reacciones y acudas a nosotros, a tu familia. Pero simplemente no lo haces y ya me cansé de esperar. Así que cuéntamelo Cullen. Dímelo todo.

Alice podía ser una de las personas más comprensivas y dulces que conocía, pero cuando se molestaba...lo mejor era estar lo más lejos posible. Pude notar en su mirada que estaba decidida a llegar a las últimas consecuencias para obtener la verdad de las cosas. Momentos atrás, antes de la llamada, había decidido ir con Carlisle y contarle todo. Ahora, Alice estaba aquí y confiaba en ella de igual forma que lo hacía con mi padre. Ella tenía razón, ya había pasado suficiente tiempo. Tenía que contarlo todo.

Y así lo hice.

Le platiqué todo lo sucedido. Desde el primer momento en que mi matrimonio comenzó a venirse abajo por la estúpida idea de contratar a Jane. Le dije cada uno de los chantajes que la pequeña demonia había estado utilizando en mi contra, en contra de la vida de mi adorada Bella. Fue testigo de cómo me partía en pedazos cuando le narré la parte del divorcio. La decisión más dura que he tenido que tomar en mi vida, fue el haberla dejado ir para salvarla, a pesar de que eso me rompió el corazón de formas inexplicables.

-En eso estaba cuando tú llegaste. Tuve que cortar la llamada porque no quise arriesgarme más pero...Alice, si algo le pasó jamás me lo perdonaré.

-No...no pienses eso. Estoy segura de que malentendiste la situación y ella está bien.

-No sabes eso con certeza.

-No, no lo sé pero recuerda que las malas noticias son las primeras en saberse. Y si hasta ahora no hemos sabido nada de ella es...porque está arreglando su vida.

-Soy un idiota por dejarla ir. –Murmuré pasando mis manos por mi cabello.

-Lo eres. –Admitió. Levanté la mirada hacia ella, sorprendido de haber escuchado eso de sus labios. Aunque, la verdad era así-. Tranquilo. Sólo debes saber que habrías sido más idiota si la hubieras dejado sufrir más en esa situación. -Escuché sus palabras y sólo pude asentir en silencio. Tenía razón. Ella no se merecía seguir más en ese infierno que yo mismo le había creado.

-No puedo seguir sin ella Alice.

-Lo sé Edward. Pero ya no estás solo. –Puso una de sus pequeñas manos sobre mi hombro en forma de apoyo-. Encontraremos una solución a todo esto. Tenlo por seguro. –La confianza con la que mencionó las palabras, casi me hizo creer en ellas.

-No Alice. Ya me estoy arriesgando mucho con Garrett y si tú también estás involucrada....

-Calla. No sigas. Nadie tiene por qué saber que yo estoy involucrada. Es más...se duda más de las personas alejadas a la situación que de las más involucradas. –Fruncí el ceño ante su último comentario sin comprender bien a qué se refería.

-No entiendo.

-Jane quiere una boda. ¿Cierto? –Comentó con cierta suficiencia mientras una sonrisa que de no haber sido su hermano, me habría asustado por los planes que llevaba consigo.

-Está encaprichada con eso. –Dije intentando entender a qué iba todo esto.

-Entonces justo eso es lo que le daremos. Y yo, voy a ayudarla.

-¿Tú? –Mi confusión iba en incremento con cada palabra que decía. Ella era la última persona en el mundo que ayudaría a Jane a organizar su boda.

-Así es. –Admitió con una triunfal sonrisa antes de levantarse del sofá-. Quien mejor que la dama de honor y la organizadora de la boda para destruir ésta misma. –Miré a Alice pensando en el plan que ya comenzaba a desarrollarse en su mente. No pude evitar que una sonrisa de orgullo se esbozara en mi rostro y cubrir con mis brazos a mi hermana.

-Gracias Alice. –Agradecí con sinceridad.

-No estás solo Edward. Verás que rápidamente esa harpía se arrepentirá de haber puesto los ojos en mi hermanito. –Solté una leve risa.

-Ahora me voy. Hay mucho trabajo y poco tiempo. –Tomó su bolso del sofá y se dirigió a la salida. Antes de abrir la puerta, volteó hacia mí-. Espera a que cierre la puerta y llama inmediatamente a Garrett. Necesitamos saber dónde y cómo está Bella. –Asentí ante sus palabras.

-Como usted ordene, jefa. –Bromeé antes de despedirla con la mano.

En cuanto la puerta estuvo cerrada, saqué inmediatamente el móvil de mi pantalón y me dispuse a marcar ese único número guardado en la memoria. Mientras el tono de llamada sonaba, pude sentir claramente como si un rayo de esperanza iluminara ahora mi futuro. No todo estaba perdido, ahora ya no.

-¿Edward? –Me respondió la voz al otro lado de la línea.

-Garrett, necesito que me cuentes lo que averiguaste de Bella.