Capitulo II

104 16 2
                                    

    Suena la campana y todos los alumnos van a sus respectivas clases, los pasillo están vacíos, solo se escucha los pasos de ella, camina insegura con la respiración cortada, de repente se apagan las luces y ella grita, todo está en penumbras, los alumnos y maestros comienzan a salir de las aulas, los alumnos murmuran y cuchichean, las luces se encienden y se escucha una voz en los parlantes.

-Falla eléctrica, ya todo está arreglado que no cunda el pánico. Vuelvan todos a sus clases y que tengan Buenos días- Dice la voz de aquel hombre. El director del colegio. Anastasia siguió caminando hasta llegar al aula A-4 (Salón de Matemáticas) se sentó en la parte de atrás, el profesor ya estaba en el aula, sus compañeros igual, muchos murmuraban y otros tantos solo la observaban sin decir comentario alguno.

-Bien clase, ya muchos de ustedes me conocen, ya que he tenido el placer de tratar con ustedes en años anteriores, sin embargo veo que hay caras nuevos así que igual me presentare. Mi nombre es Tomas Brown y seré su profesor de Matemáticas. Ahora quiero que se presenten los nuevos, a ver...- El profesor observa a todos los del salón- Tú, preséntate por favor- Le dijo a un chico de cabello castaño y ojos color esmeralda, era alto, media por lo menos 1.90

-Emmm...Bueno- Dijo el chico levantándose de su puesto- Mi nombre es Harold Smith, soy de Inglaterra y soy nuevo- Todos rieron por su presentación, muchas chicas sonreían como bobas, Harold tomo asiento y el profesor señalo a otro chico. Rubio, ojos azules de eso que te hacen preguntarte ¿Son lentes de contacto o son reales?

-Mi nombre es Nathan Hart y soy irlandés- Y se sentó como si nada, el profesor señalo a la chica que hasta el momento no había pasado inadvertida. Anastasia. Ella se levanto y respiro hondo.

-Mi Nombre es Anastasia O'Hara y soy de New York, Es decir... De aquí- El Profesor la miro con los ojos abiertos por unos segundos, luego reacciono y se coloco sus anteojos

-Bien, chicos. Sigamos con la clase.

Diana se sentó en uno de los pupitres vacíos al fondo del salón, no era la primera vez que estaba en ese lugar, era la segunda, Diana era repitiente y eso lo sabían todos. La clase comenzó normal hasta que alguien se sentó a su lado y dejo un papel en el pupitre de ella, Diana lo vio y lo leyó,

"Hola Rarita"

Diana volteo y a su lado estaba Megan una repitiente igual que ella, pero que por desgracia no era de su agrado. Diana arrugo el papel y lo lanzo al frente, el papel aterrizo en la cabeza del profesor, el cual se volteo molesto.

-¿Quién fue?- Pregunto molesto

-Fue Diana, Profesor- Le respondió Megan mientras veía a Diana y sonreía

-Ya se te está haciendo costumbre meterte en problemas ¿No crees? A la dirección señorita Ropson- Megan sonrío victoriosa

-¡Maldición!- Susurro Diana entre dientes, se levanto y recogió sus cosas

-¡Adiós, Rarita!- Le sonreía Megan mientras se despedía de Diana con la mano. Diana resoplo y salió del salón.

Se sabía perfectamente el camino a la dirección, conocía a la secretaria y al director igual de bien.

-Diana, el director dice que pases- Le dijo la secretaria de tez morena, alta y cabello corto- Suerte- Suspiro y le dio una de sus sonrisa reconfortantes. Diana entro en la oficina del director, este la estaba esperando con los codos encima de su escritorio, diana se sentó en una de las sillas y el hecho un vistazo a su reloj frunciendo el ceño.

-8:02 am- Dice quitando la vista del reloj y fijándola en la chica pelirroja y de ojos marrones que tenía al frente- Nuevo récord- Diana sonrió- ¿Póker o 21?- Le pregunto el sonriendo mientras sacaba un paquete de cartas de su escritorio

-Póker- Diana era la típica chica conocida como "Busca problemas" y desde que había llegado a esa escuela no había "Demostrado", al menos unos 2 días a la semana, durante todo el año escolar, por suerte el director no era malo con ella, la entendía y le prestaba ayuda, poco a poco se fueron haciendo amigos y siempre terminaban igual...Jugando cartas.

Sentada en su pupitre Alicia miraba por la ventana mientras la profesora hablaba, pero ella no prestaba atención en lo más mínimo.

-¡Señorita Parker! Si no quiere prestar atención a mi clase, ahí está a puerta, puede retirase del salón- Dijo la profesora de Historia

-¡No!- Dijo una alarmada Alicia, saliendo de su trance- Prosiga por favor- La profesora siguió hablando sobre la colonización Americana, pero Alicia no lograba concentrarse aun en el tema. La primera clase termino y Alicia fue hasta su casillero, cuando lo abrió un papel cayó al suelo, ella lo recogió y lo examino. Era una carta, el sobre no tenia remitente, ni dirección, nada de nada. Alicia la abrió y leyó lo que decía.

"Tus ojos son la ventana de tu alma, unos ojos tan hermosos como los tuyos encantan a cualquiera, lástima que la melancolía y la tristeza reinan en ello mientras la alegría, carece

Tu Admirador Secreto"

Ella no podía creer lo que había leído, estaba totalmente anonadada, no sabía que pensar, solo sabía que tenía un "Admirador secreto". Guardo la carta en su bolso y se fue a su otra clase.

Ella salió del salón y se dirigió a la cafetería, el hambre y sus ganas de estudiar batallaban entre sí, pero gano el hambre, como siempre...No había muchas personas en la cafetería. Pidió un sándwich de Pavo, un jugo de naranja y un Cupcake de moras, estaba comiendo tranquilamente cuando sintió que alguien se sentó a su lado, no podía creer lo hermoso que era de cerca, esos ojos azules como los de ella la embobaban por completo.

A un paso de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora