Familia

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Edad: 6

Lugar: Aldea entre volcanes/ Hogar

El valle de los volcanes desemboca en un gran bosque lleno de animales, allí cazan los demonios de la aldea del valle; un pequeño corre de vuelta a casa con una bola de pelo blanca y ensangrentada entre sus manos, acompañado de una alegre sonrisa.

Llega a la aldea y entra en un cabaña localizada en la primera línea de cara al bosque.

-¡Mama!¡Mama!-entra corriendo y va hacia su progenitora con una mirada orgullos -¡Mira! ¡Lo he cazado yo!-le enseña al conejo herido.

La madre lo mira sonriente y con un deje de orgullo en los ojos-Muy bien cariño, que buen ejemplar, tu padre estará muy orgulloso-se limpia las manos y le acaricia la cabeza para luego coger el conejo y empezar a despellejarlo-Anda, ve a cambiarte para comer y deja la camisa en remojo.

-¡Siiii!-corre hasta la pila de ropa y se cambia, luego lleva la ropa a la pileta y la deja en reposo.

-¡Hola!-el padre aparece de repente por detrás y lo levanta lanzándolo por el aire y cogiéndolo al momento-Mamá me ha dicho que has cazado al conejo-le sonríe-¿es verdad?-

-¡Si! ¡Y lo he hecho yo solo!-Se agarra al cuello del mayor que lo mantenía apoyado en la cintura.

-¡Estoy orgulloso de ti!-Sonríe aun mas marcando unas arruguitas en los lados de los ojos-por lo que...¡tengo un regalo!-Se movió hacia una bolsa que había en la puerta; el pequeño empezó a removerse riendo y preguntando que era.

-Ahora lo verás...-Lo bajó al suelo y abrió la bolsa sacando un objeto alargado envuelto en tela.

-Cuidalo mucho-Aconsejó el padre mientras le entregaba al pequeño el objeto. Sin parar un segundo el niño lo abrió quedando embelesado con la daga curva con una funda de piel y un mango de la misma; al abrirla, pudo ver una larga cuchilla de metal afilada y lista para cortar.

-¡Es impresionante!¡Gracias papá!-Extasiado con el arma, empezó a mirarla desde todos los ángulos mientras su padre reía ante la emoción del niño.

-¡A comer!-Les llamó la madre desde la hoguera rodeada de pieles; allí les esperaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas mientras el conejo se asaba al fuego y ella servía cuatro cuencos con patatas que había hecho en el fuego.

Se sentaron junto a ella y cogieron su respectivo cuenco.

-¿Y Leiden?-Pregunto el menor mirando el cuenco sobrante.

-Estará por llegar-Le responde la madre-Demos gracias a Zatium por lo que nos da-Tras la bendición, empezaron a comer.

Más o menos a mitad del almuerzo apareció por la puerta un joven de 17 años con una fuerte construcción física, cabellos castaños oscuros y ojos platas.

-¡Hermano!-Dunkel se levantó corriendo para abrazar al chico de la puerta que se agachó y lo levantó en volandas.

-¡Hola pequeñajo!¿Por qué tan alegre?-Pasó los brazos por debajo de los muslos del niño y lo sostuvo así, caminó hasta el fuego y se sentó, colocando al niño sobre sus piernas.

-El almuerzo de hoy lo ha traído Dunkel-Le respondió la madre mirando a los niños con ternura.

-¡Muy bien!¡Eres todo un campeón!-Le felicitó revolviendole el pelo.

-¡Leiden!¡Déjame!-Se quejaba entre risas el pequeño.

-Por cierto, ¿donde estabas?-Haciendo que parasen de jugar.

-Estaba practicando, mi habilidad para forjar es cada vez mejor-

-No te esfuerces demasiado, te puedes poner malo-Aconsejó preocupada la madre.

-No te preocupes-La tranquilizó el mayor mientras acariciaba la cabeza de su hermano que estaba recostado en su pecho.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2016 ⏰

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