Sr. Sin Nombre ♞ Yoongi

♞ Three.

Como esperaba, es justo como el libro, no puede ser una coincidencia.

– «Pero, ¿por qué alguien haría algo como eso?» –pensaba recostada sobre el escritorio de mi cuarto.

Los únicos que saben que me gusta este libro son los otros bibliotecarios. Y Daniel.

No pude evitar sonrojarme.

– «¡Qué estoy pensando! ¡Eso es imposible! Sólo ignoraré esta broma.» –cerré mis manos en un puño.

Yo sé que debería ignorarlo... pero, le responderé.

Esto debe ser una broma, pero no quiero pensar que esta persona que sabe sobre este libro es una mala persona.

Querido Sr. Sin Nombre.

Gracias por la carta.

¿Te gusta "Querido Sr. Sin Nombre" también? Estoy mi feliz. 

Soy fan del escritor. Eh leído otros de sus trabajos.

¿Qué libros te gustan?

Sería feliz si respondieras. Espero que continuemos intercambiando cartas.

Sinceramente tuya, Annetta.

– «¡En serio respondió!» –pensé al encontrar la carta de Annetta en la página 99 de aquel libro.– «"¿Sinceramente tuya?" Su forma de escribir es tan anticuada. ¡Qué divertido!» ¿Eh?– exclamé al darme cuenta de un pequeño detalle.

¿Qué libros te gustan?

Sería muy feliz si respondieras.

– Uh... No leo otra cosa más que manga... «¡¿Tal vez es una mala idea?! Por ahora, sólo leeré los libros de la autora.» –me dirigí a otras estanterías en busca de más libros.

No tengo elección.

Es una molestia, pero ¡todo sea por seguir con las cartas para entretenerme! 

Pero..., ¡todos los libros tienen un final feliz!

Suspiré, y me lancé sobre mi cama luego de haber terminado otro de los tantos libros.

¡Que estúpido! –pensaba.– Es porque lee estas cosas que Annetta es...

Sentí mis mejillas arder y me senté frente al ordenador.

Señorita Annetta.

No pensé que responderías.

Me gusta el autor también. Los personajes son ingenuos. Tuvo tantos momentos deslumbrantes antes, pero como la realidad no es tan feliz, pienso que los finales felices son maravillosos.

– «¿Annetta? ¿Por qué está tan sonriente?» –pensé al verle pasar por el pasillo con una montaña de papeles.– «Oh, ya tiene mi carta. Pero, espera... ¡Mira para adelante! Hay un escalón en frente de...» –e igualmente tropezó.– «¡Dahhh! ¡Hijo de p-!» Lo siento, voy al baño. –dije hacia mis amigos.

– Bien, iremos primero.

Cielos...

Recogí un par de papeles y le ofrecí la carta.

– Ah, gracias...

– ¡Aquí! ¡Se te cayó esto! –exclamé nervioso. Ella bajó la mirada. No podía mirarme a los putos ojos.

– ..L- ¡Lo siento!

¡Ahí va de nuevo!

– ¡No te disculpes por cada maldita cosa! Esa parte de ti.. siempre me irrita mucho. –le dejé ahí y seguí con mi camino.

Le dije algo grosero otra vez... Pero, Annetta, yo no quiero oír un "lo siento".