BLUE [YuurixYurio]

Segunda caída

Disclaimer: Los personajes utilizados en esta historia pertenecen a Yuri!!! on Ice (ユーリ!!! on ICE), hechos por Sayo Yamamoto y Mitsurō Kubo.

Advertencias: AU y Occ. Puede contener Angst.

Nota: Creo que haré más capítulos, no sé siento como su tuviera futuro para hacerlo fanfic, ¿ustedes qué opinan?. 

En este capítulo Yuuri y Yurio no han tenido mucha interacción, pero su relación madurará en los próximos capítulos.

Sería genial que reproducieran el vídeo cuando Viktor empieza a patinar en esta historia.

Oh y tengan un feliz año nuevo. Muchas gracias por leer.

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—BLUE |Segunda caída|—

29 de noviembre del 2016

Cuánto odiaba esa fecha. Cuánto detestaba ese día.

Yuuri Katsuki se llevó las manos a su pálido rostro, mostrando su débil control emocional.

Hoy era su cumpleaños.

Suponía que la mayoría de gente se emocionaría por dicha fecha, y no era para menos, ya que era el día en que uno había nacido.

Sin embargo, el azabache no pensaba igual.

¿Es que acaso los demás no se daban cuenta?

Cada minuto era uno menos, no uno más de vida. Por lo mismo, su cumpleaños significaba para él un año menos.

Y es que, un año menos de vida no era el verdadero motivo de su agonía.
Su tormento desembocaba en la idea de avanzar de edad, por una razón simple pero al mismo tiempo desesperante; el patinaje.

Lo sabía, lo sabía muy bien.

Las personas se guiaban por la edad de los patinadores, y él ya no era joven.

Tenía 24 años.
Era un total fracasado.
Su nerviosismo cegaba su talento.

Ah, y hoy había perdido la competencia.

Pensaba que tal vez aún no estaba en la edad límite para dejar de ejercer su profesión en el patinaje. No obstante, ¿no es verdad que cuando alguien mejor y menor llega uno se va opacando?
Dejas de ser el “sin talento”, para convertirte en el “patinador N°...”.
Absolutamente nadie te recuerda, nadie te presta atención, ni siquiera a tus errores, simplemente pasas desapercibido, y fracasas en el intento de ser la estrella en la pista de hielo.

Se miró al espejo. Sus ojos se encontraban rojos e hinchados, hubiera sido muy vergonzoso si alguien lo hubiese visto de esa forma.

Optó por lavarse la cara de manera brusca. Se secó con una toalla limpia y salió de aquel lugar.

El pasillo estaba repleto de patinadores festejando su triunfo, siendo entrevistados, tomándose fotos, y algunos otros repartiendo autógrafos.

Suspiró desanimado, podía recordar perfectamente los sueños que había tenido de pequeño.
Todo eso se veía reflejado en aquella escena, en donde, lamentablemente, no había espacio para él.