Prólogo

12 1 1
                                    

Fue otro día aburrido de invierno en el instituto, al menos hoy era el último día antes de las vacaciones de Navidad, el día en el que desperté. Solo que ahora, no sabía dónde me encontraba.

El sonido de campanas y gente eufórica anunciaban que ya eran oficialmente vacaciones de navidad y empecé a recoger los dibujos que había estado haciendo en la clase de arte. Me despedí de mis amigos y nos deseamos felices fiestas a cada uno y les dije que no contaran con migo para celebrar Año Nuevo ya que mis padres me prohíben quedar en días de tal importancia.

Me dirigía a casa cuando Chrom, un amigo de la infancia el cual no suele hablar mucho y se suele comunicar con notas, me dio una en la que decía "Aún no vayas a casa Nyx", le pregunté porque no podía pero no me respondió, le dije que debía de estar en casa a las 20h, y que el trayecto en tren era largo, había quedado con mis padres para ir la casa nueva que había comprado la familia para celebrar las navidades todos juntos. Su rostro se llenó de terror y escribió en una carta "¡Es una trampa! ¡No ves que siempre te controlan!" decidí volver a tomar mi camino hacia casa, parece que no iba a insistir más ya que no me siguió.

Llegué a casa justo a tiempo, abrí la puerta con el identificador de iris, me detuve en el recibidor al ver que mis padres no venían al recibirme ya que era costumbre de que no me adentrara más hasta que mis padres me saludaran. Decidí llamarles para que supieran que ya estaba en casa justo cuando escuché una conversación, no estaban solos:

-Nuestra invención de controlar la mente de Nyx va progresando según lo planeado-dijo mi padre.

-Pues ya sabéis que en cuando la hayáis podido controlarla perfectamente seréis bien recompensados, y no temáis que la cuidaré como si fuera también hija mía.- dijo un hombre que no reconocía por su voz

-Estamos más impacientes que usted señor, después de cenar nos vamos para finalizar la última etapa a las casas cerca de nuestro laboratorio privado.- esa era la voz de mi madre.

Me puse rígida, demasiado, decidí finalmente advertir de mi llegada y hacer ver que no había oído nada ya que tenía prohibido escuchar conversaciones.

-¿Mamá? ¿Papá? ¿Ya he llegado, estáis aquí?- pregunte nerviosa.

Escuché unos murmullos antes de oír como la puerta trasera que tenía la oficina de mis padres se cerraba. A continuación mis padres se asomaron y se dirigieron a mí disculpándose porque estaban acabando las maletas. Me dieron un abrazo bien cálido que en estas fechas siempre venía bien. Pusieron el equipaje en el coche mientras yo hacia la cena, como siempre me pedían ya que ellos siempre estaban ocupados.

-¡Tortilla de patas con ensalada y pan con tomate! Justo lo que te hemos sugerido para no ir con el estómago lleno durante el viaje, gracias cielo.- dijo mi madre feliz mirándome a los ojos.

-Buen provecho. E ir rápido porque el que no corre vuela.- dijo mi padre ansioso por hincarle un buen mordico a su tortilla.

-Cariño pareces el pecado de gula.- dijo mi madre suspirando

-Simplemente me gusta degustar la comida, ¿a qué si Nyx?

Automáticamente dejé escapar una risita con la que no me ponía en el bando de ninguno de ellos para evitar discusiones. Durante el resto de la cena comimos en silencio a excepción de cuando mis padres me hacían alguna pregunta.

Cuándo mis padres empezaron a coger los abrigos le pregunté a mi madre dónde estaba exactamente la casa familiar, cuanto tiempo estaríamos y vi como su cuerpo se tensó mientras mi padre se giró para verme.

-¿Por qué tantas preguntas de repente hija?- preguntó él. -Tú no sueles hacer preguntas.-

Me quedé congelada mis padres adoptaron una postura que me dio hasta miedo. Me preguntaron si había estado mucho tiempo esperando en el recibidor cuando llegué, a la cual no respondí por temor.

-¡Nyx respóndeme!

-Estuve tan solo un rato.- dije automáticamente, lo curioso fue que no salió de mi la respuesta, fue como si algo en mi interior me obligara a obedecerlos.

-Así que lo escuchaste... Nyx ven a mi lado y sígueme. - dijo mi madre con tono serio.

De repente una ventana se rompió y vi a Fox con un traje negro y un gancho con una cuchilla. Después de eso y lo último que recuerdo fue mi madre decirme:

-¡Nyx, duérmete!

Project DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora