Mi querido Cheshire. {ChanBaek}

Nuevo comienzo.

Suaves y endebles capas de humo se movían alrededor de la habitación con el ritmo del tarareo de una suave voz. Tonos bajos y suaves, otros altos, que no llegaban a mucho por volver a bajar, mantenidos y cortados. Baekhyun buscaba una melodía nueva aquel día, muchas vocales repetidas una y otra vez, cantadas en altos y bajos. Una calada más.

El humo que antes estaba casi por extinguirse vuelve a su espeso ser. Suavemente y con gracia salen las tiras de humo de la boca del castaño, acariciando con delicadeza los labios del chico antes de salir y esparcirse por el aire.

"Es de mala educación espiar a las personas."

Tan tranquilamente como antes, permaneció sentado mientras esperaba que aquel incesante y a veces molesto ser, volviera a irrumpir en su pequeña meditación diaria.

"Creí que esta vez te sorprendería, Baek."

Una mano apareció en su hombro derecho. Aquella mano grande y de largos dedos a la que poco a poco se iba acostumbrando. Sus ojos viajaron a su izquierda, sabía de memoria la Hermorosa entrada a la que estaba acostumbrado ahora. Su enorme y larga sonrisa era la que aparecía primero, luego aquellos saltones y curiosos ojos, aun haciendo aquel truco de que parecieran seres individuales. El resto de su cuerpo casi aparecía de inmediato como si irrumpir aquel lento y gracioso ritmo fuera un mal chiste.

"¿Qué te hace evaporarte aquí esta vez?... Cheshire."

Las largas piernas del nombrado estirándose al lado suyo, pasando varios centímetros a las suyas. Un ceño fruncido y la boquilla volviendo a su boca para aspirar una vez más. El humo que se estaba otra vez dispersando, volvía a ser espeso luego de que Baekhyun dejara salir de su boca los gases grisáceos al exterior.

Tan pronto como aquel manto grueso de humo se hizo presente, desapareció en un movimiento fuerte y gentil de quién estaba al lado suyo.

"Odio aquella cola tuya." Hizo una mueca de desagrado, mirando en dirección contraria de donde se encontraba el otro. La boquilla retomando su camino a la boca de su dueño, solo para ser interrumpida y detenida.

"Deberías dejar este hábito, Baek."

El nombrado miro con desagrado a la cabeza que ahora se hallaba frente a él, aquella sonrisa que nunca desaparecía lo estaba retando.

"Te he pedido que dejes de hacer eso."

Evaporándose de nuevo, la cabeza sonriente volvió a su lugar.

"Dime de una vez que haces aquí." Ordenó, ya con una voz más demandante.

"¿Qué es lo que haces tú aquí, Baek?"