Puedes romper mi alma...

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matarme, torturarme, golpearme, lastimarme, quererme hacer caer. Pero por el amor de Dios, a ella no la toques.

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La sed de venganza estaba muy presente en su alma. Él se lo buscó, es su culpa. Hacerle daño no cambiaría nada ni lo haría aprender la lección, el soldado del invierno ha pasado por tantas cosas que dolor físico ya no es una solución.

— ¡Necesitas abrir los ojos, Tony! —exclamó Steve, desesperado —. ¡¿Te das cuenta en qué te estás convirtiendo?!

—Cállate, Rogers. Tú no estarías aquí si estuvieras de mi lado —lo miró, fríamente.

—Estar de tu lado implicaría ir en contra de lo que siento —bajó la mirada —. Lamento tanto haberlo ocultado.

— ¿Sí? también yo —se acercó a la celda donde Steve se encontraba encerrado —. Y aunque me lo hubieras dicho... nada de eso me detendría. Barnes va a sufrir, Rogers, de eso puedes estar muy seguro.

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Wanda se encontraba en un cuarto bastante amplio y solitario. Se cuestionaba el por qué habían decidido llevarla a una habitación y no a una celda como todos. Realmente sería inútil, ya que sus poderes le permiten hacer cosas que ni ella misma conoce.

La curiosidad la estaba matando. Quería saber que estaba pasando en esos momentos con sus compañeros. Era realmente triste que los hayan encontrado. Le dolía saber que Scott y Clint no podrían ver a sus hijos en un largo tiempo; el que Steve no pueda seguir con la búsqueda de Natasha y de su libertad; el que Sam ya no pueda coquetear con la primera chica que vea, y James... que en ningún momento puede tener paz y tranquilidad.

Él lo negaba, frente a ella y frente a todos, pero olvidó un pequeño detalle: ella entra en su mente cada que lo deseé. Sabía perfectamente que el soldado del invierno tenía los mismos intereses que ella, aunque lo negará una y otra vez.

No sabía cómo, cuándo ni por qué comenzó a sentir eso hacía él. Quizá sea porque él siempre se ha querido demostrar fuerte ante todos, pero en su interior no deja de ser un niño asustado, como ella. No dejaba de tener miedo ante los retos de la vida, porque realmente combatir con villanos resulta más fácil que cargar con un doloroso pasado, ella más que cualquier otro lo sabe.

James siempre la rechazaba, diciendo que entre ellos no podía haber nada más que compañerismo, que eran completamente distintos para compartir un sentimiento tan grande. Quería alejarse de ella, pero cómo lo iba aceptar, después de semejante beso; después de haberle enseñado lo que es sentir algo tan fuerte por alguien fuera de tu familia y haberle demostrado que ambos sentían lo mismo. No, James, así no.

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Caminaba de un lado a otro, esperando a que el castaño de largos cabellos de dignara a hablar. James no pronunciaba palabra, prefería quedarse callado y no soltar información confidencial o algo que pudiera afectar a terceros.

—Vamos, no tengo todo el día —pronunció Tony, al borde de la desesperación.

James tan sólo suspiró.

—Increíble.

Se sentó en una de las bancas fuera de las celdas, tratando de conseguir un ambiente incómodo y provocar que el soldado hablara. El rato pasaba tan lento, que tan sólo había conseguido bajar la guardia y dormir. Sin embargo, James no hizo el intento por escapar, eso sería arriesgado y sólo empeoraría las cosas.

Across the universe [Winterwitch]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora