||La chica invisible||

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Son las 6:40 am Darla se despierta apurada a ducharse, está segura que no llega a su primera clase. Baja de su habitación y de nuevo la misma nota de siempre:
<<Darla, en el buró de la sala está tu dinero. Desayuna.>>
Una vez más, Papá y Mamá no tuvieron tiempo para ir a dejarla al colegio como sucede con sus demás compañeras, resisgnada y conociendo a sus padres sabe que jamás pasará.
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Samuel Dallas, un hombre alto, centrado, y buen caracterizado por un altísimo hombre de negocios. En el transcurso de su carrera conoce a la ex famosa modelo de hace años: Caroline Trynor: Mujer con rizos cobrizos, ojos verdes. Que lo único que le importa es su salud y belleza, Caroline al ser repentinamente despedida quedó en la quiebra total, pues tampoco tenía familia ya que era huérfana de ambos padres. Aprovecho del amor y aprecio que le tenía Samuel y al ver que tenía gran desempeño en su carrera pronto tuvieron una relación, se casaron y lograron tener a su única hija. Darla Dallas Trynor Nacida el 28 de Septiembre una chica de 14 años de cabello rubio, ojos miel, tez Blanca y un tenue color rojo natural en sus mejillas, increíbles muy lindas en verdad, inteligente, y sociable sólo con algunas personas, sensible, linda de corazón.
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Escucha el 3er claxoneo del bus escolar, toma su mochila, dinero y llaves y sale corriendo de casa.
— Buenos Días Will - le muestra una sonrisa sincera al conductor, y se sienta en él lugar de siempre justo atras de Will.
— Tarde de nuevo Darla. ¿Como amaneciste? ¿Que tal tus padres? -
— Lo sé, mi alarma no quiere que despierte ningún Lunes. Tengo mucho sueño,las duchas no me funcionan para el sueño- ríe y suspira, retoma la palabra. — Mis padres... No los veo desde el Sábado supongo que están bien, cuando llegan estoy dormida y cuando despierto ya no están-.

De alguna manera Will era uno de los pocos amigos de Darla el era un hombre casado y ayudaba mucho a Darla. Will sabía que ella necesitaba a alguien y el de alguna manera la escuchaba en el transcurso de su casa al colegio y de regreso.

— Estoy seguro que ellos saben la maravillosa hija que tienen- Le guiña el ojo tratando de hacerla sentir mejor.

Suben los demás niños, se salundan unos a otros sin tomar en cuenta a aquella chica que habla con el conductor sobre el fin de semana de cada uno.

—Servidos- Grita mientras se estaciona, en el patio trasero del colegio.
—Gracias Will ten un excelente día, nos vemos luego- Le dice Darla mientras baja.

Llega a su salón de clases sin quedarse platicando como los demás.
Trata de saludar pero no escucha interés de los demas para contestarle. Pues Darla apenas lleva 4 meses en ese colegio, es nueva en Canadá. Definitivamente Texas es muy diferente, a ella le sigue frustrando la idea de haberse cambiado y dejar el lugar que la vio nacer, más que nada ella está disgustada con su padre por aceptar "mejor empleo" en Canadá.

Su día en la escuela se le pasa tan lento, no le queda otra opción más que poner atención, en su descanso sin razón alguna revisa las últimas noticias que hay con sus antiguos amigos en Texas, parecieron tomar muy bien el cambio de casa de Darla.

Por fin suena la chicharra, todos salen disparados del salón ella siendo la ultima se detiene al escuchar a su maestra: -Dallas, tengo que hablar contigo-.
Darla se acerca y asienta.
-Pronto será la ceremonia de Aniversario del colegio y estos últimos meses has demostrado ser una alumna excelente, ¡Darla queremos darte un reconocimiento! Serás la alumna de honor.
—Vaya, me eh esforzado en verdad, Gracias.-
La señorita Collins retoma la palabra.
—Entiendes que debes de hablarle de esto a tus padres ¿no?- Darla ve el reloj de su celular.
—Si tenemos suerte con mucho gusto Miss, se me va el transporte, linda tarde. Bye.- Sale apresurada.
Parece que para Darla el  único momento agradable que pasa es cuando va con Will.

Los momentos donde Darla se queda sola despues de clases, es decir, diario, siente una gran nostalgia. Las niñas del colegio hablan maravillas de su fin de semana con su padres. Darla siempre termina con la idea de que sólo es una hija invisible para sus padres y el resto de la sociedad. Claro que de una niña de 14 no es normal sentirse así, pero para ella sus padres le dan los suficientes motivos para sentirlo.

¿Has Tocado Las Estrellas Con Los Ojos Cerrados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora