Una amistad.

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Había una vez una familia sobreviviente a la Segunda Guerra Mundial de origen Polaco que fueron reubicados por el gobierno de Estados Unidos a una casa en un campo grande, muy parecido a una granja. La familia constituía del Padre, la Madre, el Hijo mayor y el Hijo menor, el cual se llamaba Yitzhak. El pequeño Yitzhak era un niño muy pequeño y delgado, sus padres y su hermano lo protegían mucho ya que se podría creer que hasta el viento se lo podría llevar volando.

Mientras viajaban con sus únicas pertenencias a su nuevo hogar el pequeño Yitzhak encontró en el camino a un cachorro muy inusual ya que no había visto a una cría de un perro con tan peculiares características, blanco, ojos azules, era un recién nacido cachorrito, pero estaba en un estado de desnutrición grave por lo que el niño se compadeció y la recogió. Después de lo que habían pasado en Europa, los padres del niño decidieron que sería bueno empezar desde cero con un nuevo integrante en la familia. Asimismo, comenzaron poco a poco a sembrar, cosechar y a tener ganado de todo tipo.

El pequeño Yitzhak, cuidó y atendió al cachorro hasta que éste pudo empezar a dar sus primeros pasos con estabilidad. Al poco tiempo decidió cual sería el nombre de su nuevo amigo y fue llamado Kelev. Con él jugaba, dormía, comía y reía. Todos los sentimientos que el pequeño Yitzhak tuviera Kelev los entendía y todos los sentimientos que Kelev tuviera el pequeño Yitzhak podía sentirlos e interpretarlos. También con el pasar de los días nuevos perros en busca de hogar fueron adoptados por la familia y estos se convirtieron en los guardianes de ese hogar.

Pasando un tiempo llegaron noticias y rumores hasta la casa de la familia del pequeño Yitzhak los cuales trataban acerca de la presencia de animales salvajes cerca de los poblados y casas que estuvieran cerca de campos grandes, aunque los padres de la familia sabían varios idiomas y entendieron los mensajes de precaución decidieron no contarles a sus hijos directamente la noticia, pero les mandaban a no estar tan tarde jugando y que no estuvieran solos ni se alejaran de casa. Aunque el Hijo mayor iba a la escuela, el pequeño Yitzhak por ser un verdadero niño y no tener documentación necesaria aun no asistía a la escuela, pero estudiaba en casa junto con sus padres.

Cada tarde cuando todos se disponían a preparar todo para el día siguiente, los perros se encontraban muy serios en posición defensiva, los padres de la familia decidían soltarlos y que estuvieran fuera de casa. Todos los perros tomaban posiciones alrededor del terreno, estaban tan agradecidos con sus amos que no era la primera vez que se preparaban para proteger la cosecha y a los demás animalitos de algún zorro u otra clase de animal. Aunque el único perro que se quedaba siempre dentro de casa era Kelev, él protegía exclusivamente la entrada principal de la casa. Se había convertido en un perro muy grande, el cual todo el que lo viera pensaría más de dos veces acercarse a dicha casa. Pero el tamaño de su amabilidad era igual a la de su cuerpo, ya que nunca había lastimado a ninguna persona, le gustaba jugar con los niños y estar al lado del pequeño Yitzhak, al cual acataba cualquier orden que éste le diera.

Un día alguno de los perros enfermaron y el padre de la familia decidió llevarlos a un veterinario, pero la única persona con conocimientos médicos para animales se encontraba retirada de la casa de esta familia. Aun con eso, el padre de la familia decidió partir con ayuda de unos vecinos quienes lo acompañarían y ayudarían con el traslado de los animales.

En la noche de ese día. Los perros restantes solo podían cubrir ciertos puntos del terreno, viendo el problema que era ello, Kelev decidió salir de casa y colocarse en uno de las partes que estaban sin cuidado de ninguno de sus compañeros. Entonces empezaron a ladrar desde distintos puntos los perros que quedaron, empezaron a correr de un lado a otro pero sin dejar el terreno que estaban cuidando. De repente se escuchó un aullido de uno de los perros, ya que se había escuchado cerca del lugar de Kelev, éste salió corriendo hasta ese punto. En donde encontró a su compañero con una lastimada en sus patas traseras y su lomo, entendiendo la situación lamió las patas de su compañero con rapidez y siguió el rastro de aroma que la bestia había dejado, el cual la dirigió hasta el corral donde se encontraban algunos borregos. Al llegar notó que la bestia no estaba ahí pero encontró un agujero en la cerca donde se había escapado dicha bestia y también escaparon algunos borregos al estar asustados. Rápidamente Kelev, con su cuerpo se colocó en ese agujero y aulló a sus compañeros para que se quedaran a cuidar a los borregos. En cuanto los demás perros llegaron Kelev salió corriendo en persecución de aquella bestia.

El pequeño y su amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora