Branquialgas

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Se encontraba nervioso y Hermione no aparecía, sentía su corazón en la garganta, su respiración era pesada y ni siquiera la compañía de Ron lo animaba, menos aún si recordaba lo que le había dicho Dobby aquella mañana. Sintió una palmada en la espalda y volteo la mirada, el rostro pecoso de su amigo le sonreía tratando de hacerlo sentir seguro, confiado: los leones eran buenos para infundir valentía. Pensó distraídamente en lo diferente que pudo ser su vida si hubiera sido Gryffindor igual que el pelirrojo frente a él y sonrió, no se arrepentía de haberle hecho caso al sombrero ya que el trato a los Slytherin había mejorado por su causa y él mismo se había abierto a conocer mejor a sus compañeros, incluso había logrado que Draco y Ron hicieran las pases. Inhaló profundamente tratando de recuperar el aliento que había perdido al correr hacia el lago, Ron apretó ligeramente su hombro y le sonrió, el ojiverde vio cómo se movía la boca de su amigo, seguramente dándole palabras de ánimo pero en todo lo que él podía pensar era en qué ¿Qué le quitaron? ¿Qué estaba siendo custodiado en el lago?

Las palabras del huevo se repetían una y otra vez en su cabeza:

Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos,

que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos.

Y estas palabras medita mientras tanto,

pues son importantes, ¡no sabes cuánto!:

Nos hemos llevado lo que más valoras,

y para encontrarlo tienes una hora.

Pasado este tiempo ¡negras perspectivas!

demasiado tarde, ya no habrá salida.

Al menos el elfo le había llevado las branquialgas y entrar al lago no sería un problema pero aún estaba el detalle de qué le habían arrebatado, Dobby había dicho que era "su prenda", que era "lo que Harry Potter más podía valorar", pero no solo él sino también el elfo mismo y que nunca se lo perdonaría si lo perdía, que confiaba en él para salvarlo ¿Salvarlo? ¿A quién?

Sus costillas dolían por la carrera matutina y aún no recuperaba el aliento del todo, Ron se despidió de él y añadió que buscaría a Hermione en las gradas, se dio la vuelta y se marchó dejándolo solo parado a un costado de Krum; estaba nervioso, nervioso y preocupado, apenas escuchaba a Bagman hablando sobre la segunda prueba. Metió su mano en el bolsillo, sintió las branquialgas y puso toda su esperanza en ellas, su mirada se perdió en la superficie del lago: algo dentro de sí lo empujaba a entrar en el inmediatamente, no sabía qué solo sabía que la urgencia de entrar y recuperar lo que sea que fuera tan importante para él le hacía hormiguear la piel.

Uno, dos, tres: el sonido del silbato lo despertó de su trance, se quitó los zapatos y los calcetines cual autómata, se metió las branquialgas a la boca y entró en el lago lentamente, sintiendo el agua helada quemarle la piel y el peso de su túnica aumentar gradualmente, las piedras del fondo el lago eran resbalosas, lisas, las branquialgas en su boca eran difíciles de masticar, gomosas, apenas y pudo tragarlas: se sentía como un completo idiota, parado allí con el agua a la mitad del cuerpo, tiritando de frío cual simple muggle, esperaba escuchar risas, burlas, la bulla normal de los Gryffindor cuando él se equivocaba pero lo único que había entre los leones era silencio, volteó la mirada tratando de localizar la cabeza rubia de su mejor amigo entre las serpientes y, cuando no la encontró entendió las palabras de Dobby "Su prenda, Harry Potter, señor, la prenda que siempre ha estado con usted, la prenda que envió a Dobby a ayudarle, que ayudó a Dobby a sacar información para cuidarlo. Harry Potter, señor, esa prenda también es importante para Dobby, Dobby no se lo perdonará si no lo salva pero Dobby confía, confía en su grandeza, ahora corra, solo faltan diez minutos para la prueba".

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⏰ Última actualización: May 08, 2020 ⏰

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