Capítulo 1.

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Me levanté como todas las mañanas, obviamente, con ganas de tirarme de nuevo a la cama y quedarme ahí, haciendo nada.

Sin ganas, me puse de pie, sintiendo la alfombra ya que estaba sin medias... ¿Acaso es necesario ir a la universidad un sábado? Si, sábado. Pero... Es mi culpa tener que ir, si sólo no me hubiera inscripto en ese maldito comité de bienvenida... Ojalá aún me pudiera retractar, pero necesito los puntos extra que tiene ese comité... Mierda.

Agarré un conjunto de ropa cómoda, ropa suelta, como la que usaba siempre. Me di una ducha, me vestí y bajé, encontrándome con mi madre sentada en la cocina, con el desayuno ya hecho.

-¿Irás así? - me senté frente a ella.

-Si, ¿qué tiene de malo? Es la ropa que uso siempre.

-Pero este es un comité...

-Si, ya lo sé. Pero no hay reglamentos que digan cómo vestirse para un comité... ¿o si? - sonreí, gané.

-Tú ganas... Ahora come, pequeña - asentí y empecé a tragar.

No sé que era lo que me había preparado, siempre solía hacerme 'experimentos' con las comidas, pero le salían impresionante.

Yo le había dicho que se anote para un curso de chef's, pero me dijo que no era ni tan buena como para hacer eso... Si lo era, sólo que no tiene tanta confianza como yo en ella.

Desayuné todo, salí de la casa, claro, despidiéndome antes de salir corriendo.

Hoy prefería caminar en lugar de usar el auto, sería mejor, y así despejaría un poco la mente de las cosas en las que he estado pensando mucho últimamente, y para colmo, son cosas sin sentido y sin respuesta alguna... Lo cual, sabiendo que no hay respuestas a lo que me pregunto, lo único que pienso todo el día, son más que pavadas y por tanto es pérdida de tiempo. Debería hacer otra cosa, ¿cierto? Pero también, me falta energía, últimamente no quiero hacer nada, y tampoco tengo nada que hacer. Las tareas que nos asignaban eran bastante fáciles, casi ni se tenían que pensar. Eso significa que yo las terminaba con un abrir y cerrar de ojos, y luego ya no tenía nada que hacer... Completamente aburrida.

En casos así, me gustaría tener al menos un amigo, alguien con quien hablar cuando estoy aburrida. Pero ya que me alejé de todos hace un tiempo... no tengo ninguno.

No quiero ningún amigo, es decir, lo quiero, pero no quiero uno como las personas que conozco. Porque son ellos quienes hicieron que me alejara... De todas formas... Creo que la soledad me gusta más que la compañía.

Aunque no sé muy bien cuándo o incluso con quién he tenido esa última conexión de amigos, o al menos, la última persona con la que he hablado a parte de mi madre y/o profesores, sé que un poco después de que esa amistad se haya ido, ya me encontraba sola, sin nadie con quién hablar. Ya nadie se me acercaba, porque me convertí en nada más que una sombra. Y en parte, me agrada.

Ah, no... Ya recuerdo... Mi última 'amiga' fue Jenell. Pero fue ella la principal que me traicionó... Gracias a ella todos empezaron a molestarme, es por eso que me alejé... Pero, ahora, por suerte, ya no me molestan, ya no me hablan, y ya ni siquiera me miran. Soy como una persona invisible; nadie me ve, nadie me siente, y, mucho menos, nadie me habla, como mencioné antes.

De alguna forma me gusta la soledad... Solo que hay veces que desearía tener alguien con quien reír y hablar. Pero de todas formas, me gusta más la soledad. Me siento más... Libre. No tengo que estar dando diferentes opiniones, o ponerme de acuerdo obligatoriamente con la opinión de los demás.

Sólo somos mi mente y yo.

Nadie ni nada más.

-Mrs. Wolff - la voz del director se oyó al entrar al auditorio.

Un nuevo comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora