-____, vamos, despierta- me sacudieron.
-Mira que eres pesado- refunfuñé.
-Venga, dame un respiro, hoy te largas de aquí.
En seguida me levanté y con ojos como platos le cogí al guardia por los hombros y le sacudí.
-¡¿Cómo que me largo de aquí?! ¡¿Me anularon la cadena perpetua?!
-No digas sandeces, te volvemos a trasladar.
De seguido me senté en la cama para ponerme las manos en la cara.
-Vale verga la vida...
-Venga, esta es una muy buena cárcel- intentó consolarme.
-Es gracioso oír esas dos palabras juntas- solté una leve sonrisa- ¿Cómo de buena es?
-Tendrás que averiguarlo tu misma.
-Bueno, al menos ya no tendré que verte la cara todos los días- bromeé.
Desde que llegué a esta cárcel el único con el que me llevaba bien era con el guardia de mi pasillo, Nathan, era un joven de unos veintidós años, alto, castaño con ojos miel. Muy buena persona.
-Yo también te echaré de menos, eh.-Me dio un codazo.
-Sólo bromeaba.
-Lo sé, tonta. Ahora levanta si no quieres que nos maten a los dos.
Salimos de mi celda y mientras pasábamos por los pasillos recuerdos venían a mi cabeza. La mirada de decepción de mis padres resaltaba entre los demás recuerdos.
Salimos fuera de la cárcel y me pidieron que subiera a un coche negro, algo grande. Fuera de este había un hombre uniformado, parecía calvo y con una gran cicatriz en su ojo izquierdo.
-Bueno, nuestros caminos se separan- dijo Nathan.
-Sí, te echaré de menos.
-Y yo a ti.
Me di media vuelta y me subí al coche. Seguidamente aquel hombre de la cicatriz se subió y empezó a conducir.
-¿A dónde vamos?- pregunté.
-A puerto, así llegaremos a la isla en la que se encuentra Nanba, tu nuevo hogar por así decirlo. Al llegar te llevaré a ver a la alcaidesa para que determine a que ala y a que celda irás.
Y pasó lo que dijo, me llevó al despacho -enorme- de la alcaidesa, una mujer con un traje y peinado extravagantes. Cada poco miraba al hombre que me trajo, Hajime, y se sonrojaba. ¿Le gusta? Bueno, no es de mi incumbencia.
-Bueno, ____- empezó a hablar- créeme que al traerte aquí hemos hecho un ¡a gran excepción, puesto que aquí solo se admiten hombres.
Espera, ¿eso significa que aquí sólo hay hombres? Mierda...
Después de una larga charla sobre los horarios y normas por fin me dijo el ala y la celda que me correspondían.
-Bien, estarás en el ala trece y en la celda trece.- Por un segundo parecía que Hajime había perdido la compostura.- Bien, Hajime, llévala a su celda.
-Sí.
Y salimos del despacho, caminamos por varios pasillos, como las ventanas con barrotes de las puertas de las celdas eran pequeñas nadie me vió, por lo que estuvimos tranquilos por el camino a mi celda.
-Llegamos, espera aquí y no te muevas- dijo seco y entró de golpe en la celda- ¡Oigan, tienen un nuevo compañero!
¿Por qué lo tuvo que decir en masculino? -_-U
-¿De veras?- se oyó desde dentro.
-Si, y mas les vale no hacer nada raro- eso último me puso de los nervios.-Vamos, preséntate.
Di unos pasos hacia delante hasta quedar en frente de la celda abierta, no puedo explicar con palabras las caras de esos cuatro.
-Soy _____- dije seca, siempre me hera difícil entablar conversación con gente a la que apenas conozco.
-Bien, ella será vuestra nueva compañera, traten la bien y como dije antes, nada de cosas raras.
De seguido me dio un empujoncín para meterme por completo en la celda, salió, cerró y se fue. Una vez no se oían pisadas me di media vuelta para encontrarme con mis compañeros de celda.
-¡¿Cómo?! ¿¡Esto es real!?- dijo uno de trenza exageradamente larga, la cual era rubia y rosa.
-¡Increible! Creo que eres la primera chica en ser encarcelada aquí.- Esta vez habló uno con vendas, piel morena y pelo verde.
-Todavía me cuesta asimilarlo- habló otro jo*idamente alto, con el pelo morado y una cresta roja.
-Nee, nee, ¿por qué te metieron aquí?- y el que faltaba por hablar, el chico de pelo corto con partes rojas y de ojos heterocrómicos.
-Bu-bueno...digamos que yo no debería estar aquí...
-¿Que? ¿Por qué?- interrogó el peliverde.
-Esperad chicos, primero deberíamos presentarnos, ¿no?- buena observación por parte del de la trenza.
(A partir de aquí escribo los nombres de los que hablan, exceptuando te a ti)
Nico- Bien, yo soy Nico (nico nii, tenía que hacerlo ;-;), espero que seamos amigos.
Pasé mi mirada al del pelo morado para indicarle su turno.
Rock- yo soy Rock, un placer.
Uno- Mi nombre es Uno, y espero que nos llevemos...muy bien- y me lanzó una mirada...¿pícara?
Jyugo- Yo soy Jyugo- dijo seco pero con una sonrisa- bueno, ¿ahora contestarás?
-Si quieren...
(Y les expliqué todo)
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Lock Ourselves (Jyugo x Tu) Nanbaka
FanficYo no lo hice...no...os digo que no... -¡Culpable! No...¡NO!