Razón no. 3

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Romántico empedernido.


En realidad, Kibum no tenía mucho para decir sobre esto. Porque, de todas las veces que recibió sorpresas, lo único que podía hacer era sonreír como un idiota por lo mucho que quería a su novio.

Y estaba tan enamorado, porque las sorpresas no eran grandes, lujosas o brillantes. Eran pequeñas cosas con inmensos significados; en sus aniversarios o solo porque sí, porque Jonghyun le decía que el amor que sentían no debería ser celebrado únicamente un día. Él quería demostrarle todos los días lo enamorado que estaba, y lo lograba de una forma u otra.

Por supuesto, Kibum también tenía detalles con su novio, pero entre los dos, Jonghyun era quién tenía más imaginación para esas cosas. Sabía convertir algo típico, en un recuerdo inolvidable. Como la vez en que, al poco tiempo de mudarse juntos, Kibum había llegado agotado entre sus estudios y su trabajo, había aprobado su cuarto final y aún le faltaban dos y un trabajo práctico. Todo lo que quería era llegar, dormir, y llorar por las pocas horas de sueño que había tenido. Jonghyun también estaba teniendo su cuota justa de vida universitaria, así que el resto de la tarde seguramente la hubieran pasado comiendo una pizza traída por delivery, mientras tenían sus cabezas hundidas en los apuntes.

Sin embargo supo que su día no sería como cualquier otro en cuanto vio una pequeña notita pegada en la puerta de entrada. Un pequeño "¡felicidades por haber aprobado!" al que luego le siguieron otros como "estoy tan orgulloso de ti", "sigue esforzándote", "tú puedes con todo" por todo el pequeño pasillo de la entrada. Al llegar a la sala de estar, justo a unos pasos delante de él, descansaba en el piso una rosa roja. La boba sonrisa que traía en el rostro no podría salirse con nada. En su pecho, su corazón latía tan rápido, tan lleno de amor, que sentía que su cuerpo no podría con tanto.

Dejando la rosa en agua, fue en busca de su novio para agradecerle aquel hermoso detalle, deteniéndose en la puerta de la habitación con la respiración atorada en la garganta. Y se sintió algo tonto, porque la única imagen que captaban sus ojos era a Jonghyun sentado en la cama, con un libro de psicología en sus piernas y un subrayador en su mano derecha, mientras seguía con la mirada cada línea, deteniéndose un momento para analizar mientras llevaba un dedo a su cien y masajeaba, dando un suspiro. Fueron tal vez dos minutos, tres, los que estuvo allí, solo observando como Jonghyun estudiaba con serenidad, hasta que él elevó su mirada al masajearse el cuello.

La instantánea sonrisa que se abrió en sus labios fue incluso un ataque mucho mayor para su corazón.

—Hola, cariño. —dijo con su voz baja, sus ojos brillando con un amor que era imposible describir.

Kibum tenía tantas cosas por decirle, tantos te quiero atorados en su garganta, tantas caricias que cosquilleaban en sus dedos, tantos besos que anhelaban sus labios. Al responderle la sonrisa, supo que Jonghyun lo sabía, porque incluso su sonrisa se agrandó, brilló mucho más, y sus ojos se hicieron dos finas líneas.

—¿Crees que tengas espacio allí para otro esclavo del estudio? —señaló con la cabeza hacia el lugar que era ocupado con hojas sueltas en el lado contrario de la cama.

—Por supuesto que sí. Ven aquí y húndete conmigo en los pozos de la desesperación y los resúmenes.

Largó una carcajada mientras veía a su novio mover las hojas mientras las acomodaba todas juntas, con pequeños pasos se fue acercando a la cama al mismo tiempo que se sacaba la mochila y agarraba un libro de microbiología que reposaba sobre el escritorio. El colchón nunca se había sentido tan bien contra su cuerpo, tanto que dio un leve suspiro, sintiendo como su espalda le agradecía por tan cómodo lugar.

Cerró los ojos por unos segundos, sabiendo que Jonghyun volvió a poner su atención en su estudio, sabiendo que por más que quisiera hacerlo a un lado su pecho seguía estrujado por tanta ternura.

—¿Jonghyun? —lo llamó antes de acomodarse. 

Él respondió con un sonido de garganta, dándole entender que estaba ocupado leyendo. 

Sentándose y dejando el libro a un costado, acercó su rostro al de Jonghyun y le plantó un beso en la mejilla. —Te quiero muchísimo.

Y se prometió que cuando los libros ya no sean el tercero en discordia en la cama, ésta sería testigo de las mil y una cosas que se harían allí cada noche.


10 razones por las que mi novio es un idiota【JongKey】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora