Me Enamore De Un Hombre Lobo?

¿Desperto?

Pase allí toda la tarde y por la noche vino Carlay, cuando él llego yo no pude resistirme y volví a llorar. Últimamente es lo único que hacia...

- Toma -dijo dándome u na bolsa de sangre- vete al baño y después me la das que cuando salga la tiro.
Yo asentí e hice lo que me dijo, fui al cuarto de baño e hinque los colmillos en la deliciosa bolsa haciendo que se rompiese y la sangre explotase en mi boca con una sensación de calidez. Al terminar me lave la boca porque me manche un poco de sangre, salí del baño y le devolví la bolsa, ahora vacia, a Carlay.

Él estaba al lado de Edgar y le toco la frente.
- Esta algo frío... - dijo mas para si mismo que para mi.
- ¿Se recuperara, no?
- Si, pero no se puede saber cuando despertara, lo siento.

Nos quedamos en silencio hasta que..

- Rachel, mañana antes de ir a clase deberías pasarte por casa a cambiarte la ropa y..
- Si, lo haré - dije interrumpiendole.
La verdad era que tenia pensado pasar por casa antes de entrar en él intituto para cambiarme la ropa y comer él libro de Historia que estaba en casa.

Son las 6:30 a.m y al salir del hospital me asombre al ver que estaba nevando... Me fui hacia él coche y estuve 30 minutos quitándole la nieve de los cristales, si no me daba prisa llegaría tarde al instituto.

Llegue a casa y me fui directa a la ducha. Me puse unos legings negros, una camisa blanca y por encima un jersey azul marino. Me metí la camisa por debajo del leging y me doble él cuello y las mangas alrededor del jersey para que me quedase bien. Luego me puse unas botas oscuras de 5 centímetros de tacón, encima del jersey me puse una cazadora vaquera. Coji mi libro y me fui, los demás ya se habían ido y yo si no me iba ya llegaría tarde. Llegue al instituto cinco minutos tarde y no me dejaron entrar, me fui al bosque y no se veía nada verde por culpa de la nieve. Era expectacular .

Él lago estaba congelado, era todo hielo. Esta tarde vendré a patinar, así despejo un poco de todo esta locura llamada vida.
Me senté y estuve admirando él paisaje. Cuando fue la hora de volver a clase, así hice.
Estaba a segunda hora y cuando termino la clase de ciencias me fui al pasillo para andar hasta él aula correspondiente, pero Silvia me paro a mitad de camino.

- ¿ que quieres? - pregunte molesta.
- No te pongas así. Tengo buenas noticias para ti, ha despertado.
Yo abrí los ojos sorprendida.

- ¿Que? ¿Como? ¿Cuando?
-¡¡Que ha despertado!! Pues abriendo los ojos, ahora mismo-dijo respondiendo a todas mis extrañas preguntas.
Me fui de inmediato al hospital, tenia que verle.

Llegue y abrí la puerta de su habitación de golpe. La enfermera que estaba hablando con él dio un salto asustada.
Yo corrí y extendí los brazos para abrazarle. Él se tenso y no me lo devolvio, todo lo contrario me aparto...

- ¿ Quien eres? - Esas dos palabras causaron mi desastre mental, ¿como que quien soy?
- Señorita... Él no recuerda nada, tiene amnesia. - dice la enfermera.

Avance caminando hacia la puerta con las lágrimas a punto de derramarse.

-¡NO! ¡Espera! - grito Edgar - ¿Me conoces? - yo asentí con la cabeza- ¿me podrías acompañar a mi casa? - yo volví a asentir con la cabeza - bien, vámonos- dijo y con esa gran sonrisa que me encantaba salio por la puerta y yo lo segui. Salimos del hospital y subió a mi coche.
- ¿y de que me conoces?
Dude si decirle la verdad, a lo mejor que no se acordase de mi significaba que no le importaría olvidarme ¿no?.
- No, solo somos compañeros de clase...
- Pues parecías muy afectada por que no te recordase nada. Y además si eres solo una compañera de clase, ¿por que me viniste a ver al hospital?
- Solo fue una visita casual, vine a ver a mi tía y me entere que estabas aquí y pase a verte.- seguí poniendo excusas...
- Pues la enfermera me dijo que había estado conmigo una chica de pelo castaño, ojos verdes, delgadita... Y que no se separó de mi en ningún momento.
- ¡ Ya basta! Vale, no solo soy tu compañera de clase, pero si no me recuerdas sera lo mejor, así que si quieres saber quien soy tendrás que buscarlo por ti mismo.

Llegamos a su casa y pare él coche, sin mirarle una solo vez él se bajo y cuando cerro la puerta yo puse él coche en marcha para irme a casa. Las lágrimas bajaban por mis mejillas, cargadas de dolor.

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