Atrapada En Tu Vida

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Mi padre nos dejó a mi madre y a mi cuando tenía 5 años, yo casi no lo veía así que a mi no me afectó, pero mi madre cayo en depresión y mas tarde en la locura, ella me daba miedo por lo que era capaz de hacer por eso normalmente me la pasaba en casa de algún amigo o en el parque, nunca entendí por que mi madre era así. Nadie sabía sobre la locura que ella padecía y eso era por que me daban escalofríos el solo imaginar lo que podría pasar si se supiera, no culpo a mi madre por ello y mucho menos a mi padre, siempre pensé que había sido mi culpa, ya que antes de padecer su locura ella me volteaba a ver y se le llenaba de lagrimas los ojos, me abrazaba, era un abrazo tan cálido, tan vivo que me hacía sentir protegida, ella se disculpaba por no haberme dado lo necesario, por no poder mantener a mi padre conmigo, aunque nunca la culpe por ello, en realidad estaba agradecida de que eso había sucedido. Los momentos que pasaba en casa eran extraños,  incómodos e incluso puedo decir que un poco escalofriantes y solo se estaban presentes el silencio y miedo. Mi madre y yo ya no hablamos desde que me dí cuenta de su problema, me he sentido sola desde entonces, nunca invito a mis amigos a casa por lo que vayan a pensar al igual que a nadie le he dicho de su locura, o incluso de mi madre.
Nunca dude de ella, por que siempre me dio su amor incondicional hasta el día que la perdí. Aun continuo sentandome en la sala, a su lado y me quedó mirandola, recordando cuando ella solía ayudarme en mi tarea, cuando las dos nos quedábamos en el sillón viendo la televisión, yo acostada sobre sus piernas, y cuando caía en el sueño, unas gotas de agua sobre mi cara me despertaban después solo escuchaba llantos de desesperación, yo solo seguía sobre sus piernas sin decirle nada, fingiendo seguir dormida.
Traté varias veces de irme de la casa y dejar a mi madre, vivir mi vida, cometer mis errores y hacerme cargo de mi pero no puedo dejarla, no así, yo no soy mi padre, yo no la dejaré por que ella nunca me dejo aún cuando estaba deprimida y ese abrazo y esas pequeñas siestas sobre sus piernas me lo decian.
Hoy me doy cuenta que estoy encerrada, atrapada, viviendo una vida que no es la mía, viviendo no por mi sino por ella, la persona que nunca me falló hasta el día que la perdí.

Muerte Y SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora