8 de septiembre de 2016

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Ya nos habían dejado solo, empezamos a caminar por el pueblo sin una dirección, hablábamos poco, le pregunte que tal estaba, me contó cosas suyas como que se había perdido, que se encontró con un enemigo de él en el autobús (el cual resultó ser Joaquín, con el que hablaba antes que con él) y poco más.
-Si seguimos caminando llegamos al pueblo de al lado- le dije en tono de broma
-Jajajaj, ¿donde vamos?- me pregunto riéndose
-¿Donde quieres ir?- yo no sabía que era lo que íbamos a hacer por eso preferí que me respondiese él.
-No se, un sitio tranquilo para estar sentados hablando...
Yo cambie el rumbo y lo lleve a un muro que había en la calle en la que estábamos, estaba entre dos palmeras y no se nos veía casi nada, empezamos a hablar y ahí si que hubo más tema de conversación.
Después de un rato hablando me miró, lo mire y nos reímos, me volvió a mirar y me dice -así no ayudas- me reí y lo bese, me sentí tan agusto cuando lo hice, fue como una liberación, porque ambos queríamos pero no sabíamos como empezar, estuvimos un rato enrrollandonos y cuando me quise dar cuenta me estaba metiendo mano, el me gustaba y obviamente no le iba a decir que me quitara la mano de encima, así que lo deje y le seguí el rollo. Cuando la cosa se puso más caliente paro y me dijo:
-¿No hay un sitio más tranquilo y más escondido?- porque por donde estábamos pasaba gente cada dos por tres.
-Un poco lejos pero sí- le dije
-Vale no importa, vamos- me dijo levantándose del muro y ayudándome a lenvartame a mi.
Empezamos a caminar hacia una playa que estaba en la otra punta del pueblo, era una playa a la que no iba nadie y menos a las 12 de la noche y con una verbena en el pueblo, cuando llegamos nos sentamos, empezamos a besarnos y a meternos mano más intensamente, sentía su cuerpo cálido a la vez que sentía el frío de la marea y el viento que había. Me quito la chaqueta para ponerla debajo nuestra, le quite los pantalones y también los pusimos debajo ya que era una playa de arena y piedra. Hicimos de todo durante un rato, con las llamadas imprevistas de por medio de nuestras amigas, ninguno respondimos, no estaba la situación como para preocuparse por un teléfono. Cuando terminamos mire mi móvil y eran las 2 menos cuarto de la mañana, él se iba a las 2 asi que nos levantamos, nos besamos y empezamos a caminar hasta llegar a la fiesta, llamamos a nuestras amigas y nos dijeron donde estaban, fuimos con ellas, cuando llegamos, a él ya le había llamado la madre diciéndole que ya se tenia que ir. Nos despedimos con un simple adiós ya que ninguno habíamos salido del armario como para besarnos públicamente.

AMARSE ENTRE IGUALES NO ES TAN DIFERENTE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora