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Aún recuerdo cuando lo vi por primera vez, recuerdo esa mirada intensa y esa sonrisa traviesa que siempre mantenía en esa carita angelical.

Era nuevo en el pueblo y su madre me ofreció un lugar donde dormir mientras buscaba alguna casa estable pues me acababan de transferir de un hospital a otro en una ciudad pequeña por falta de personal.

- Le encantará estar aquí, doctor. La casa es muy amplia muy al estilo victoriano, en total tenemos cuatro habitaciones, la mía, la de mi pequeño Kyu, una para la criada y la usted por supuesto que viene incluida con un estudio.

- Ah, gracias.

Mientras me seguía mostrando la lujosa casa que poseía llegamos a su jardín trasero, donde continuó alardeando.

- Y este es el jardín, el jardinero acaba de hacer un maravilloso trabajo con los tulipanes y hace unos días atrás instalaron este estanque artificial con peces japoneses.

Yo solo me limitaba a sonreír y asentir, hasta que, cierto chiquillo de unos 10 años jugando con el lodo que se formaba debido al rociador captó mi atención. A pesar de estar su rostro cubierto de lodo lograba ver la belleza que poseía.

Justo en ese momento volteó hacia donde estábamos y me sonrió, dejando ver esos dientecitos blancos adornados con un aparato retenedor dental de metal.

- ¿No es hermoso?

- Sí que lo es...

Era obvio que nos referíamos algo totalmente diferente.

- Oh, el es mi pequeño Kyu. De una vez me le voy pidiendo disculpas por las travesuras futuras que le vaya a ocasionar. Es algo travieso... ¡Kyu!, ve ahora mismo a bañarte, hoy habrá una cena especial para el doctor JongHoon... vamos, le mostraré su habitación.


"Kyu" tan pronto escuchó aquellas palabras puso una mala cara pero aún así obediente a las órdenes de su mamá fue corriendo al interior de la casa. Después de eso, la señora Cho me guió a mi habitación que se encontraba en el segundo piso.


- Aquí es, es muy espaciosa por lo que puede notar, así que... nos vemos en la cena, doctor JongHoon.

- Hasta entonces, señora Cho.


Me dedicó una sonrisa idéntica a la que me había mostrado Kyu hace unos minutos, sin duda eran una copia exacta.

Mientras acomodaba algunas de mis ropas en el gran armario de madera escuché la puerta de la habitación abrirse y unos pequeños pasos con dirección al pequeño sofá que se encontraba cerca del balcón.


- Soy KyuHyun.


Aquella dulce voz logró que dejara de arreglar los sacos y las batas en los ganchos solo para girar hacia donde se encontraba el dueño de lo que serían mis grandes pasiones y fantasías.


"Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista."


- Mucho gusto KyuHyun, soy JongHoon... pero puedes decirme Yesung.

- No debería hablarle de manera informal, mi mamá dice que es una falta de respeto a los mayores.

- Descuida, puedes decirme así.


Había algo de duda en sus ojitos, ahora podía confirmar lo que el lodo me impedía ver. Era realmente hermoso, cabello castaño, labios gruesos algo rosados, ojos oscuros, y siempre una sonrisa traviesa se mantenía ahí.

Estaba tan perdido en esa mirada que no me había dado cuenta que se había levantado del sofá para acercarse hasta a mi.

Tomó la corbata color vino que traía puesta para atraerme hasta él debido a la gran diferencia de altura que había entre ambos. Estaba estático, no sabía como reaccionar ante el repentino cambio de actitud que había tenido.


- Mi mamá dice que bajemos a cenar, te gustará el postre...


Susurró muy cerca de mi rostro, nuestras miradas se conectaron por unos segundos, él era diferente.


"Era una extraña combinación de inocencia y vulgaridad."


El grito de su mamá nos hizo separarnos lo más rápido posible para evitar ser atrapados, como reacción a esto, Kyu, salió corriendo de la habitación hacia la cocina cantando una tonada de alguna canción infantil popular de la ciudad. He ahí otra vez ese niño infantil. Eso era lo que me volvía loco de él, su doble naturaleza.

×.Kyunnie.×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora