Prólogo

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De existir un agente imparable, ese es el tiempo, actúa sin piedad y sin distinciones

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De existir un agente imparable, ese es el tiempo, actúa sin piedad y sin distinciones.
Puede tratarse de un recurso si se llega a emplear sabiamente. Un recurso escaso, valioso, que debe atesorarse incluso cuando uno cree que está en su contra.

Eso es lo único que sale de la boca de mi padre cada vez que le pregunto acerca del origen de nuestra isla. Jamás he llegado a comprender la relación entre su respuesta y lo que he expresado querer saber.
Si es que se digna a hablar de ello, desde luego. Es como si tratase de culpar mi curiosidad a base de silencio.

Lo cierto es que no puede decirse que sea injustificada, en Isla Arconte parecen negarse a hablarnos de Olug, aunque esté a un paso, a una rigurosa media hora en barca a más tardar.

Tras una esperada reprimenda porque me haya descubierto tratando de nadar hasta ahí (Gracias,Numara, por el chivatazo) mi padre desenrrolla un mapa y me lo muestra, como si los Arcontes no tuviésemos mil preocupaciones más en las que centarnos, he conseguido que comamos hoy gracias a mi escapada.
Eso debería bastarle.

Al fin y al cabo, ese es nuestro modo de vida. Siempre hemos estado solamente nosotros dos.
Vinmel y Kellen no cuentan, he cuidado siempre de ellos a pesar de que tenemos la misma edad. He tenido que enseñarles todo lo que saben. Respecto a las islas y a cómo sobrevivir en ellas.
Tampoco es que mi padre me avise a los cuatro vientos de cuándo desaparece para cazar o de sus incursiones a Olug en las que no se de él en días. Ni si quiera obtengo una nota que diga "Athan,hijo, voy a jugarme la vida, no me esperes levantado"

A mis quince años, no se que clase de atención espera de mí cuándo señala una porción de la tierra reflejada y comienza a recitarme la lección de historia que ya he escuchado tantas veces y que tan indiferente me resulta.

El incesante camino del futuro ha terminado actuando en contra de los Continentes , modificando su forma , extensión y paisaje hasta que el mundo conocido se ha visto reducido a una Península y dos islas , totalmente independientes , tanto en su visión geográfica como en su cultura .

El territorio que encierra mayores misterios precisamente se encuentra en los confines de la Península , dónde una poderosa serie de murallas conformadas de plasma defendiendo un conjunto de muros indestructibles gracias a una alineación de metales no consiguen pasar inadvertidas .

La razón de su existencia esconde un pasado turbio , que se remonta al momento en que los habitantes de la Península comenzaron a darse cuenta del poder de sus mentes .

Tal fue el número de experimentos realizados para probar su valía que el territorio peninsular enseguida fue nombrado como Conciencia , ya que en apenas unos escasos años un grupo de científicos logró unas proezas admirables; la capacidad de expandir la mente hasta llegar a conocer pensamientos ajenos , modificarlos , e incluso algunos habitantes terminaron siendo capaces de controlar sus propias emociones, pudiendo así anularlas a su antojo.

Hijos del rayo: La gloria de OlugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora