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Lloraba sin control,
estaba dentro del colectivo linea 177,
perdió el miedo a la vergüenza y lloro.
La gente la miraba, nadie se ofreció a ayudarla.
Yo solo era un fantasma que observaba.
Su novio intento calmarla.
Pero lloraba todo lo que no podía gritar.
Lloro hasta que casi no podía respirar.
Estaba rompiéndose en mil pedazos frente a su enamorado.
Lloraba por amor.
Amaba tanto que destrozaba.

Comenzó a clavar sus uñas en su cuerpo. Estaba tan asfixiada. 

Él no sabía que hacer, no sabía como actuar. Ella gritaba que necesitaba a su padre

quería a su padre desesperadamente. Él únicamente podía calmarla. 

Tanto lloró que comenzó a desvanecerse.
¿Porque nadie pregunto si necesitaba algo?
No dejaba si quiera que la abrazarán, no se dejaba tocar por él.
Y en la desesperación llamó a su padre, gritó por auxilió.
¿Que se podía hacer? La había jodido. 

Pero sabía que sería perdonada por él. 

El viaje se hizo eterno, la espera lamentable. 

El paisaje monstruoso. Y los pasajeros demonios sonrientes. 

Y no dejó de llorar hasta que se desmayó.

Él la sostuvo entre sus brazos hasta que comenzó a calmarse. 

Pero su alma era un exilio. 

Lonely heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora