U N O

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"Cariño, eres un caramel macchiato.
Tu aroma está aún dulce en mis labios."

...

Hoseok salio de su departamento temprano y se dirigió a la cafetería que estaba cerca de su casa. La noche anterior había estado ensayando muy exhaustivamente, estaba cansado pero hacia mucho frío y necesitaba un café que lo pusiera en sus cinco sentidos, además, quería disfrutar un poco Daegu antes de irse a Seúl y comenzar sus prácticas como trainee.

La gente paseaba por las calles, disfrutaban del bello clima que les daba la ciudad en estas épocas del año. No pasaría Navidad con su familia y se arrepentia demasiado. Llego al establecimiento y se quito sus guantes, el clima dentro estaba muy fresco. Se sentó en una de las mesas pegadas a la ventana, en casi una esquina, miro el menú por unos minutos, cuando se decidió por lo que pediría sonrió y espero a que el mesero se acercará mientras dejaba el menú de lado.

Después de esperar un poco un chico de tez blanca y cabello rubio se acercó a el con una pequeña libreta y una pluma.

-Bienvenido a Letter's, ¿que vas a pedir?- Dijo el chico sin mirarlo.

Hoseok volteó su cabeza y lo miro de arriba a abajo.

-¿Ocurre algo?- Preguntó el mesero al mirar que el cliente lo miraba con algo de ¿curiosidad?, debía admitir que a simple vista el chico se veia un poco raro.

-No, nada.- Hoseok le sonrió. -Es sólo que eres lindo.-

Se apoyó en sus manos y lo miro. El mesero sintió sus mejillas arder y bajo la mirada.

-C-creo que gracias.- Sonrió levemente. -¿Vas a pedir algo?-

-Oh~ si.- Hoseok sonrió levemente y tomó el menú apuntando con su dedo lo que quería. El mesero lo miró y apuntó lo que era en su libreta.

-Bien, en seguida lo traigo.- Asintió y fue en busca de su pedido.

Hoseok no le quito la vista de encima hasta que entró en la cocina, era un chico muy lindo, debía admitirlo. Quería acercarse más a el pero no sabía como, era muy cliché el hecho de invitarle un café con el riesgo de que lo despidan y que el tal vez no acepte. Soltó un suspiro cansado y mejor pensó que coquetearle un poco estaría bien, de seguro caería en sus encantos. O tal vez solo improvisaria.

-Aquí está tu pedido.- Dijo el mesero y dejo una taza con una presentación muy linda. Hoseok miro el café y luego miro al chico.

-Gracias...- Dijo esperando que le dijera su nombre.

-¿Para que quieres saber mi nombre?- Lo miro mientras subía una de sus cajas.

-Sólo para agradecerte.- Sonrió y le guiño levemente su ojo derecho. El mesero río levemente por eso para despues volver a su semblante serio.

-Eres muy atrevido, ¿te lo habían dicho?- Dijo el mesero mientras lo miraba.

-¿Por querer saber tu nombre?-

-Por todo, ahora, si no se le ofrece nada más tengo que ir a seguir trabajando.- El mesero se alejó un poco de la mesa y Hoseok soltó una maldición por lo bajo.

-No, sólo tu nombre.- Sonrió aun con una poca esperanza de que el chico se lo dijera.

-Nos vemos.- El mesero asintió y con una pequeña reverencia se alejó de la mesa.

Hoseok bajo la cabeza y rio un poco, ese chico era un poco difícil. Miro su café y sonrió.

Lo probó y sonrió, era dulce, justo como le gustaba. Cuando termino se levantó y dejo el dinero en la mesa, se dirigió a la salida y paso por ella no sin antes dedicarle una pequeña sonrisa al mesero que lo veía desde una esquina del establecimiento. El mesero lo miro con el ceño fruncido y volteó la mirada. Hoseok salió del establecimiento y suspiro, volveria al día siguiente, no descansaria hasta saber el nombre del chico de piel blanca.

Coffee | YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora