- Es algo muy importante y realmente no me gustaría hacerlo
- Cualquier mandato del rey sera para mi una orden
- ¿Sabes que es un Seriz?
- Si, una persona en la cual todos nosotros estamos unidos eternamente
- Exacto, y ahora es el momento en el que tu vayas a por el
Aun analizaba todo, pero ¿tendría que ir ya a por el? Realmente no me apetece en lo absoluto, tampoco tengo necesidad alguna de ir ya a buscarlo...
- ¿Cuando?
- En esta semana, te iras, aun no se el día, tengo que preparar el viaje para tu despertar, necesito tiempo...ademas, aunque sea el rey de aquí, sigues siendo mi única hija, mandarte a ese mundo desconocido no me hace mucha gracias...pero es tu misión.
- Gracias, pero ya no soy aquella niña que jugaba contigo sin percatarme del peligro, he crecido y debes entenderlo
- Lo se -este resopla, se nota que se siente estresado con esto - dame tiempo para preparar todo
Yo solo asiento para luego girarme y abrir la puerta
- Una cosa mas, necesito hablar contigo a solas, donde siempre, a media noche
- Te estaré esperando - le dedico una gran sonrisa para luego cerrar la puerta tras de mi
Camino con rapidez afuera del lugar, encontrándome con todos los guardias los cuales aun sigue de pie, protegiendo la entrada
- Hola, chicos ¿como vais?
- Alex, ¿porque te llamaba tu padre? - pregunta Julio con curiosidad
- Cosas...mas luego nos vemos - me despido de ellos y vuelvo a caminar, aun tenia bastantes horas para que llegue a medianoche y los chicos aun tenia cuatro horas de clases, creo que es la hora de ir allí.
Detrás de una gran cascada, se encontraba un lugar que casi nadie conoce y que siempre vamos mi padre y yo allí, es como nuestro lugar secreto. Yo la llamo, "cueva de lo desconocido" Es amplia por dentro, iluminada por unos cuantos charcos de lava que se ha quedado estancada, junto a unas piedras rojas y azules que la hacen ver mas misteriosa y hermosa. En ese lugar fue donde mi padre conoció a mi madre, aunque mi padre nunca me haya dicho ni como es ni si esta viva o muerta, solo se que aun la sigue amando, como el primer día que la conoció.
Me siento en las cálidas piedras, esperando a que las hora, infinitas para mi, pasen. Cierro los ojos. Imagino el mundo exterior.
Según los libros, es un sitio fresco o caluroso, depende del mes, ahí la gente no tiene alas ni la piel tan dura como nosotros, tiene animales que para nosotros son imposibles de ver y que nos parecen muy débiles. Aunque lo único que nos fascina a todos los de aquí es su Luna o el Sol, ahí cambia el tiempo, las horas de dormir y sus horas de despertar, me parecen algo extrañas, aquí no hay de eso, aquí siempre es "de día"
Siento algo cálido en mi mejilla, abriendo de nuevo los ojos, encontrando a un padre bastante cansado ¿cuantas horas habían pasado?
- Veo que si me has esperado...-dice este , sentándose a mi lado.
- Bueno...¿que me tenias que decir?
- Te mandare a la superficie después de hablar, no quiero que nadie se entere de esto
-¿Porque? ¿No me puedo despedir ni de mis amigos?
- No quiero que nadie se entere...por cuestiones personales
- ¿Te avergüenzo o algo así?
- No es eso, sabes que nunca lo haría
- No estoy del todo segura, si querías decirme esto al menos déjame llevarme algo a la superficie, no te pido mas
- ¿Que quieres llevarte?
- A Felix
- ¿Felix? ¿Quien es Felix?
- Alguien muy importante para mi
- Yo...
- ¿Algo mas?
- No, vamos
Nada mas salir de la cueva, veo a Felix, sentado mirándome fijamente
- ¿Donde tenemos que ir? - digo seriamente
- A la colina de luz, ahí tendras que ir tu sola, nada mas pasar el limite estarás en la superficie
- Como usted ordene, su majestad - me inclino hacia el
Me vuelvo hacia Felix, montando en el - vamos
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¿Satan? Si, Soy Su Hija
RandomUna princesa, mejor dicho la princesa del inframundo, con sus 17 años de edad a punto de cumplir 18 se le encomendara una tarea, una mision, subir a la Tierra y encontrar a su Seriz, su mitad con la cual comparte alma y corazon a una persona. Pero s...