Pero Apareciste Tú

7. ¿y ahora como sonrio?

-cariño mio, despierta, te he hecho el desayuno

-¿abuela? ¿eres tu?

-claro cariño

corrí hacia ella y cuando la abracé desapareció, oía que me llamaba, y yo solo podía correr y gritar pero de pronto me despertó mi madre

-Aine, tranquila solo era una pesadilla

-no mamá, no era una pesadilla, es real- la abracé muy fuerte y empecé a llorar muchísimo

Me sequé las lagrimas, me vestí con una camisa negra, unos pantalones negros y unas botas, y nos fuimos al velatorio, ver el ataúd era lo peor, darse cuenta que ella esta ahí metida y no puedes hacer nada, no paraba de mirarlo, no me alejaba de el, hasta que vi aparecer a mi abuelo y corrí hacia el y le abrace

-abuelo por favor tu no te vayas nunca

-intentare ser eterno

-júramelo-dije entre lagrimas

-te lo juro- los dos nos pusimos a llorar y cuando el se sentó me volví a ir a ver el ataúd y las flores. antes de ir al cementerio fui a la casa de mi abuela y oliendo toda su ropa, recordando cuando cocinaba, cuando cantaba, cuando bailaba, cuando estaba... me puse a escribirle una carta:

<Abuela, pensé que este momento no llegaría jamás... te has ido sin hacer tantas cosas que teníamos previsto... te has ido sin comer juntas el martes, te has ido sin ir sin ver florecer los capullos que plantamos el otro día, te has ido sin verme caminar hacia el altar, sin verme cumplir mis sueños... te has ido y simplemente no me entra en la cabeza porque, porque tu, porque tan de repente, te juro que algún día cuando yo me muera lo primero que haré será buscarte, y te llevaré la mejor rosa del mundo. sabes que, no solo te has muerto tu, yo he muerto contigo, pero te juro que haré que el abuelo este bien, aunque sea lo ultimo que haga en este mundo, te amamos abuela, cuídate y cuídanos>

se hacia la hora del entierro asique terminé la carta aunque me costó, tenia tantas cosas que decirle..., arranque una de las rosas que plantamos juntas para que se la llevara con ella junto con la carta y siempre me tuviera conmigo.

-Aine ven un momento te daré una cosa

-si abuelo, ¿que quieres?

-abrió mi mano y dejo caer dentro de ella un anillo, era el anillo de mi abuela, de la boda.

-¿porque me das esto? ¿porque no lo llevaba ella?-caía una lagrima por mi mejilla

-tu abuela quiso que lo tuvieras tu

-me lo puse, abuelo ya la echo de menos

-lo se cariño y yo- me abrazó

fuimos al cementerio, fue lo peor de todo, despedirte para siempre, nunca más podrás volver a verle, nunca más... le deje la rosa y la carta en el ataúd mientras se metía dentro de la sepultura. Lo más duro es ver como se aleja y ya no volverá jamás. me abrazaron por detrás Eran Sara y Usure, estaba tan triste que no las había visto llegar

-siempre estará contigo cielo- dijo Sara

-Tienes que ver valiente y fuerte- dijo Usure

me abracé a ellas y no pude parar de llorar.

-Aine el entierro a acabado vámonos...

-no quiero mamá tengo que decirle muchas cosas que no he podido, me quedaré aquí un rato

-nosotras nos quedamos contigo-dijeron Sara y Usure a la vez como siempre

mi abuelo tampoco se quería ir, ahí estaba, delante de ella, le hablaba mientras por sus mejillas recorrían millones de lagrimas

-no me olvides amor mío, espérame, te prometí que hasta que la muerte nos separase pero eso no va a ser posible, la muerte no nos va a separar, solo nos distanciara durante un tiempo indefinido.

dejé que terminara de hablarle y fui con el

-abuelo, ¿crees que algún día cuando yo me muera podré estar con ella?

-claro cariño

-ojalá algún día sea su vivo reflejo-apoye mi cabeza sobre su hombro, y allí nos quedamos hasta que anocheció y cerraban las puertas del cementerio.