Narra Rubén
La noche cayó negra y fría, perfecta para una época de invierno, a estas horas las personas deberían de estar durmiendo, pero para nosotros éstas eran horas de vivir nuestra vida cotidiana. Hoy no tocaba ensayo, bueno, en realidad para nosotros no es más que un hobbie. Se preguntarán a que me refiero, junto con algunos amigos componemos una pequeña banda llamada The Dead, representando yo al vocalista y en un momento presentaré a mis otros tres amigos también componentes de la banda.
Estábamos todos sentados en la mesa, vivíamos juntos en un bosque de grandes árboles que impedían que los policías nos buscase con más facilidad, o era lo que pensaba, tal vez ni nos estén buscando, ya ha pasado el suficiente tiempo, aparte de que somos unos chicos sin familias, menos probable vendría a ser la búsqueda.
—¿Me pasas el azúcar? —le pregunto al más musculoso de nosotros.
—¡Aquí va! —me lo lanza de un golpe pero yo alcanzo a agarrarlo con mi mano —Has practicado ¿Eh?—
—Pues qué más quieres —subí mis hombros provocando que toda la mesa riera.
—¿Y qué haremos hoy? —pregunta el de ojos rasgados.
—Tal vez vayamos a cazar algún ciervo —respondí.
—Yo quería cazar un conejo —dijo en un puchero el bajito.
—Un conejo no nos va a alimentar a todos, tal vez sólo a ti —le apunté haciendo que nuevamente todos rieran menos el bajito.
Y así pasó la mañana, llena de risas y bromas, llegamos a la decisión de cazar al ciervo para el almuerzo y la cena, tampoco había tanto animal grande en este lugar así que con éste estábamos conformes.
(...)
—¿Estás listo Rubén? —pregunta el enano abriendo lentamente mi puerta.
—Sí, espérenme en la salida, ya voy —respondí levantándome de mi cama.
Di un gran bostezo, sabía que sería un día agotador, me coloqué las zapatillas y caminé hacia mis amigos.
Cazar un ciervo no era trabajo fácil, se necesitaba de mucha práctica, no utilizábamos armas y tampoco eran necesarias, con nuestros conocimientos ya era suficiente.
Fuimos caminando entre los árboles hasta encontrar al ciervo perfecto y a los pocos minutos teníamos acorralado a uno grande y apetitoso.
Narra Mangel
Desperté con un leve punzón en la espalda, había tenido una pésima noche, así que quise tomarme este fin de semana con una caminata, y que mejor hacia el Bosque Prohibido de noche, no le veo el mal rollo que andan comentando las personas, desde lejos se ve como un ambiente tan tranquilo y no puedo imaginarme cómo será entrar.
Desayuné mirando el bosque desde la ventana y suspiré, al terminar dejo la loza en el lavaplatos para tomar una larga ducha y ver si se me quitaba un poco el dolor muscular que tenía, dejando que el agua caliente cayera por mi cara y se deslizara por mi cuerpo. Estaba estresado por el trabajo, aunque no fuera tan forzoso según los comentarios de los demás sólo por el hecho de lavar y secar, pero ellos no tienen idea que cualquier trabajo cansa, además desde que comencé a limpiar coches no he parado y pensé unas buenas vacaciones no me harían nada mal.
Al terminar me rodeo una toalla por la cintura, la ducha me había ayudado a dejar mi mente más limpia y clara de los pensamientos que tenía acumulados.
Busqué en mi armario algo cómodo y a prueba del frío, porque sí había un frío de cojones. Me visto con un pantalón negro acompañado de una camiseta, un abrigo negro y zapatillas.
(...)
Miré el cielo y estaba todo oscuro, guardé algunos alimentos envasados en mi mochila y tomé mi móvil para guardarlo en el bolsillo trasero del pantalón e irme.
Al salir siento el frío viento chocar con mi cara, era un frío que llegaba a congelarme las pelotas, me puse la capucha y meto mis manos a los bolsillos para caminar hacia el bosque, me la iba a jugar.
—Que grandes árboles madre mía —
me comenté a mí mismo estando cara a cara con el paisaje.Tal vez la gente tenga algo de razón, de cerca el lugar tenía un ambiente algo escalofriante, y hacía un frío más potente que en donde vivo pero esto no iba a impedir a que ingresara.
Prendí mi linterna y entre lo más desapercibido posible haciendo que los policías no me vieran, y fui corriendo adentrándome cada vez más hasta encontrarme con una pequeña casa de madera, ¿De verdad vive gente acá? Callado caminé hacia ella para comprobar si es que había alguien, pero no vi nada. De pronto oigo un ruido proveniente de los árboles más cercanos, así que me arriesgué a esconderme en la casita, habían cuatro habitaciones, entré a una y me escabullí debajo de la cama.
Narra Rubén
La caza había sido un éxito, tomamos al animal por cada extremidad y nos regresamos a nuestra casa, pero al llegar a la entrada había sentido un olor desconocido, empecé a dudarme pero finalmente no le tomé importancia. Dejamos nuestra comida encima de la mesa de la cocina y de inmediato comenzamos a cortar la piel para dejar la carne en cada plato y lo demás guardado en el refrigerador.
—Mira como sangra su cuello... —dijo el musculoso un poco desesperado mientas sus ojos empezaban a brillar, pasando de un color rojizo a uno anaranjado.
—Recuerda que todo es para todos —
le dice el de ojos rasgados a la vez que eleva una ceja.—Pero se ve tan...—
Aquel no terminó su frase, se había descontrolado, y con sus dientes muerde y succiona dejando casi vacío al animal.
—¡¿Serás gilipollas?! —exclamé dándole un golpe en la cabeza.
—¡Hey! Lo siento ¿Vale? —dijo entre risas a la vez que se sobaba su cabeza.
La merienda transcurrió normal, cada uno con su pedazo de carne cruda y su vaso de sangre, era lo único que comíamos además de azúcar y agua en el desayuno, lo demás era mal gusto para nosotros.
Cuando estaba comenzando a amanecer quise irme a mi habitación, mañana tendríamos ensayo y decidí dormirme temprano, no quería despertar con ojeras y con ganas de seguir durmiendo. Dejé a los demás conversando de temas sin sentido, me dijieron que se desvelarían por un par de horas, me despedí y caminé al baño para lavar mis dientes e ir a mi cuarto para quitar mi camiseta y quedar con el torso desnudo, pero ese olor desconocido había vuelto, miré hacia todos lados buscando al causante, tal vez sea alguna rata, pero el aroma no era de un animal, buscaba entre medio de mis cosas hasta que de pronto escucho un suspiro proveniente de mi cama, me giro para agacharme y ver la gran sorpresa que había debajo.
Un humano.
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Vampire Sunrise [Rubelangel]
Fanfiction《Rubén muere por ganas del cuerpo de Mangel cada vez que brota su líquido rojo.》