— Buenas noches, my princess —había sonado como un dulce ronroneo, el cual le dio a su apodo ternura—, espero no haber llegado tarde. Aunque ya sabes lo que dicen: lo último es lo mejor.
Marinette rio y Chat procedió a sentarse junto a ella, tomando su mano, depositó un ligero beso en los nudillos. Movió sus cejas de forma coqueta, recibiendo un sonrojo y un ligero golpe en la nariz con el dedo índice.
— Gato tonto —le regañó la azabache—. Eh... yo te, digo, regalo para mí —al darse cuenta de lo que dijo, movió rápidamente la cabeza de un lado a otro —, ¡te compré un regalo!
Las orejas del rubio se alzaron y su cola comenzó a moverse. La miró con cierta curiosidad y sorpresa antes de sonreír como un niño al que le obsequian una golosina.
— No debiste molestarte, princesa —Miró para todos lados, buscando lo que sería su regalo, a lo que Marinette rio divertida—. Oww, ¿no vas a hacerme esperar hasta las doce, ¿verdad?
— Así tiene que ser, Chat —Con un puchero de lo más bonito, el felino parpadeó al notar la ''mesa dulce'' que tenía frente a él—. Eso es barba de dragón, es un dulce que mi mamá hace en navidad.
— Délicieux —pronunció el héroe con regocijo, tomando un muffin y dándole un pequeño mordisco—. Princesa, creo que hoy saldré rodando del balcón.
Ambos se pasaron las últimas horas de noche buena juntos. Hubo risas, anécdotas, incluso lágrimas. Marinette estaba emocionada, parecía que el rubio la estaba pasando bien, y eso, le ponía de buen humor. Pensó en cuántas festividades estaría solo en su casa, sin sus amigos o familia.
¿Cómo podía soportarlo?
Si bien él le había dicho que bajo el traje no era lo que quería ser, con el antifaz podía ser él mismo. Y eso la había destrozado, ¿por qué no lo aceptaban como era? Es cierto que ella como Ladybug no toleraba demasiado al principio -especialmente por los coqueteos del chico-, pero cuando lo conoció siendo ella Marinette... realmente conociéndolo, le gustó. Y también se había sentido terrible.
Por haber sido fría.
Poco tolerante.
Egoísta.
Pero él nunca sintió odio hacia Ladybug, sino todo lo contrario; hasta que vio a Marinette. Más bien, hasta que la conoció.
Marinette y Chat Noir nunca olvidarían ese día de lluvia -y ella se reía, porque en esa misma circunstancia le había empezado a gustar Adrien Agreste-, ni como él intentó protegerlos de la lluvia, terminando ambos empapados, mucho menos cuando fue a visitarla mientras estaba enferma por haber estado bajo la lluvia tanto tiempo.
Chat Noir era alguien increíble. No le decía sólo por sus habilidades ni porque fuera un héroe. Chat Noir era increíble por su amabilidad, su humor y por la atención que le ponía a los demás, aunque ese lado sólo salía cuando el momento era el indicado. Si no, era un gato que sonreía galantemente a Ladybug -ahora, a Marinette-.
El felino tenía la cabeza recostada en las piernas de la contraria, soltando ligeros ronroneos cuando esta le proporcionaba caricias en su cabello y mentón, provocándole una sonrisa a ella. Ambos esperaron la media hora que faltaba para que fuese Navidad.
— Prrrincesa —dijo Chat con un tono adormilado—, creo que adoro la Navidad... y a ti también, no vayas a ponerte celosa.
— Sigue soñando gatito —Sonrió la azabache mientras seguía con sus mimos, hasta que de un momento a otro paró y él la miró—. Chat...
— ¿Sí, princesa?
— ¿Quieres...? Digo, si quieres venir, p-porque no te voy a obligar a venir, sino no sería invitación y... —Se palpó la cara mientras el rubio la miraba entre divertido y curioso— ¿Pasarías fin de año... conmigo?
No obtuvo respuesta más que un beso sobre sus labios que duró poco, pero cargado de alegría y júbilo.
— Eso no hacía falta pedírmelo, Marinette... —Después hizo una especie de puchero y frunció el ceño— ¿Sabes? esto no es justo, se supone que yo debería invitarte a pasar el tiempo así, no al revés...
Marinette atinó a darle un ligero golpecito en el hombro, fingiendo estar ofendida, aunque esbozó una sonrisa.
En ese mismo instante, los parisinos habían desatado una lluvia de fuegos artificiales sobre el cielo. Rojo, verde, morado, azul, amarillo, y más colores adornaron la noche, dándole a las estrellas y a ellos un espectáculo pirotécnico fascinante. Chat sonrió, le encantaban los fuegos artificiales, especialmente los que cambiaban repentinamente de color.
Vio cómo la muchacha se levantó y la siguió con la mirada, observando que volvía con un objeto envuelto en papel de regalo blanco con medias rojas y un listón del mismo color. Nerviosa, se lo tendió al chico, que lo sujetó entre sus manos y lo abrió al tirón.
Sonrió contento.
— Mari, no hacía falta demostrarme que siempre piensas en mí —El tono seductor empleado hizo que el rostro de la azabache se coloreara de un intenso carmín.
— C-cállate, Chat —rio divertido antes de tenderle un regalo, pero más pequeño y liviano, él estaba casi igual que ella antes de darle su regalo.
Marinette lo abrió y se encontró con una hermosa y larga bufanda roja con motas negras. El rubio la sujetó y los envolvió a ambos con ella.
— Así no te me escaparás, princesa — explicó el gato, divertido y con las mejillas sonrosadas.
Se miraron y sonrieron. Ella apoyó su cabeza en el hombro del chico. Él la rodeó con su brazo acercándola más a su cuerpo.
— Feliz navidad, princess Marinette.
— Feliz navidad, gatito.
Fin.
YOU ARE READING
Feliz navidad, gatito | MariChat ; {#PremiosLadybugTLE}. ©
FanfictionPara Marinette, las navidades eran sinónimo de regalos, dulces, galletas y una familia unida y cariñosa, pero, ¿qué era la navidad para el héroe de París, Chat Noir? 【Lᴏꜱ ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀᴊᴇꜱ ɴᴏ ꜱᴏɴ ᴅᴇ ᴍɪ ᴄʀᴇᴀᴄɪᴏ́ɴ, ꜱɪɴ ᴇᴍʙᴀʀɢᴏ, ʟᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ꜱɪ́ ʟᴏ ᴇꜱ.】