Encuentros Inesperados

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Cuando tienes muchos long-fics sin terminar y dos de ellos apenas llevan el primer capítulo.

-Se mira en el espejo- ¿Por qué eres así?

Se supone que no iba a escribir más comienzos hasta terminar los que tengo. Que aunque tengo todavía varias ideas para otras historias largas, me he abstenido a iniciarlas y publicarlas porque debo acabar las que ya tengo.

Sin embargo, esta idea llegó a mi cabeza en estos días e iba a publicarla como un one-shot, pero ideas e ideas llegaron a mi cabeza (Te amo-odio imaginación). En fin, no creo que sea muy largo pero tampoco muy corto porque a diferencia de "Encrucijada", este UshiTsuki es más sencillo y sin tantos enredos.

Aclaro que aunque llegue a subir más one-short y seguramente otro long-fic, no dejaré de actualizar los que ya tengo. Tal vez algunos los actualice más rápido que otros, pero de que los seguiré, los seguiré.

¡Jamás dejaré mis historias!

Por favor sean pacientes con esta pequeña escritora y de nuevo, espero disfruten de este primer capítulo.

Ushijima Wakatoshi despertó un minuto antes de que su despertador sonara, contempló el techo en total silencio y desactivó la alarma cuando esta comenzó a sonar.

Se dirigió al baño para darse una ducha, y mientras el agua caliente se escapaba de la regadera para descender por su torneado cuerpo, él pensaba con detalle el itinerario de ese día.

Cuando la máquina de café emitió el característico sonido para el mayor, Ushijima se sirvió una taza del amargó líquido. Una vez terminado se arregló el cabello y se miró al espejo de su cuidada habitación.

Portaba un uniforme impecable y negro. Sus zapatos estaban perfectamente lustrosos y la corbata alrededor de su cuello se sujetaba con un firme y cuidado nudo.

Wakatoshi asintió a modo de aprobación. Tomó los papeles que estaban sobre la mesa del comedor y salió de su lujoso departamento.

—Oh, Wakatoshi-kun —escuchó detrás de él—. Buenos días.

Ushijima se dio la vuelta y realizó una reverencia ante la mujer de edad avanzada que llevaba una correa que sujetaba un perro de raza pequeña.

—Buenos días, Sou-san.

—¿Yendo al trabajo?

—Así es. Tengo una junta y debo asegurarme de que todo esté en orden.

—Pero que hombre tan responsable, ¿Verdad mi pequeño Pan? —preguntó mientras levantaba a su amigo. El perro soltó un pequeño ladrido, ella sonrió y comenzó a hacerle la plática.

—Si me disculpa —realizó otra reverencia mientras interrumpía la entretenida conversación que tenía la mascota y su dueña—, debo retirarme ahora.

—Seguro —le regresó el gesto—. Por favor ve con cuidado.

—Lo tendré en cuenta, gracias.

Ushijima se dirigió al elevador, llegó al estacionamiento, entró a su auto que había adquirido ese año y condujo a su trabajo.

Durante el trayecto no escuchó música ni las noticias. Prefería el silencio. Lo encontraba tranquilizante y lo utilizaba para concentrarse mejor con respecto a los planes que tendría.

Llegó al gran edificio de su compañía y apenas había bajado por completo de su auto, sintió un brazo rodear su cuello.

—Temprano como siempre.

Pequeño Gran CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora