Ushiwaka

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Desde pequeño, su familia y toda persona que lo rodeaba lo habían considerado un genio. Una persona independiente y capaz de cualquier cosa. Desde el principio su abuela aseguró que le esperaba un gran futuro, y así fue.

Siempre obtuvo buenas notas y ganó los primeros lugares en todo: desde el punto de vista escolar hasta el deportivo. Gracias al voleibol obtuvo una gran beca en la universidad de Tokio y, aunque al final dejó el deporte para concentrarse en sus estudios, al graduarse comenzó a construir su pequeña empresa que, en un periodo corto de tiempo, terminó convirtiéndose en el imperio que era ahora.

Ushijima había crecido para ser grande y así fue. Una persona exitosa y rica que tenía la vida asegurada. Sin deudas ni preocupaciones.

Nadie estaba por encima de él y todo mundo lo respetaba y lo miraba hacia arriba... o eso creía él.

—De verdad —habló el rubio mientras caminaba de un lado a otro en el salón—. De verdad que no puedo comprender —detuvo sus pasos, se dio la vuelta y lo encaró mientras cruzaba sus brazos y fruncía el ceño—. Qué entiende usted por "venga a las seis en punto" —Tsukishima tuvo que bajar la vista para verlo a los ojos.

En medio del lugar y sentado en el suelo sobre una almohada se encontraba Ushijima Wakatoshi, una persona exitosa y líder nato. Quien, en esos momento, estaba siendo regañado por un empleado de una pequeña y simple guardería.

—Que venga a las seis en punto —respondió con naturalidad.

—Exacto. —señaló el colorido reloj que estaba en una de las paredes—. Dígame qué hora ve en el reloj.

—Las 9:47 de la noche.

—Una semana —volvió a caminar de un lado a otro, siendo perseguido por la mirada de Ushijima—. Una semana llegando tarde y una semana en la que he tenido que hablarle para que venga por su sobrino. Ni siquiera hemos llenado por completo la inscripción de Oikawa debido a que no ha traído los papeles correspondientes.

—Lo siento.

—Si lo sintiera no haría todo esto.

—He estado muy ocupado estos días —se justificó—. Ha habido muchos papeleos en la oficina.

—Oh, qué bien —habló con sarcasmo—. Y yo tengo que ver sobre las próximas salidas, asegurarme de que todo está en orden, que no falte nada en el lugar y he tenido pláticas con los padres de familia.

—Seré más cuidadoso.

—Eso espero.

—Entonces —comenzó a incorporarse—, con su permi...

—¡Quién dice que hemos terminado! —habló con enojo y Ushijima rápidamente volvió a su lugar—. ¿Usted sabe el horario en el que duerme una persona normal? No, no lo sabe —se apresuró a decir antes de que el mayor hablara—. Porque si supiera no me hablaría en la madrugada.

Tsukishima se le volvió a acercar y Ushijima se percató de los cansados y las sombras que mostraban bajo sus ojos dorados.

—La primera vez fue comprensible debido a que fue una emergencia. La segunda todavía. Pero ¿los demás días? Hablar para que le recuerde a qué hora debe pasar por él, cuales son los documentos que faltan, qué le tocó llevar para el siguiente día, si no olvidó algo. Hablarme por eso aún y cuando se las haya dicho. ¿Es en serio? O simplemente está bromeando conmigo.

—Nunca he sido de hacer bromas.

—Ni yo tampoco.

—He estado muy ocupado como para recordar en esas simples cosas.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

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