Capitulo 2.-¿Estamos solos?

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En mi armario mire una envoltura roja con ligeros toques navideños.
Como si alguien me estuviera jugando una mala broma.
Lo abrí, tenía cinta; complicada de quitar; pero más temprano que tarde conseguí quitarla.
Tenía escrito:

Para: Alexander.

Creí en ese momento, que alguien me jugaba una broma muy pesada, mi nombre estaba escrito en ese pequeño regalo rectangular.
Era una fotografía, algo extraña y difícilmente de explicar su contenido, en la foto se miraba una niña pequeña, quizá de 3 años, parada en su cuna, con una pijama, atrás de ella una cortina café, y apuntando con el dedo de su mano derecha hacia una televisión encendida, muy sonriente, con un biberón en su mano izquierda.
No le encontraba explicación a esa foto.
Al menos en ese momento, no trataba de buscarle una explicación, todo era muy extraño y no quería saber nada más del tema, tenía mucho miedo, sabía que si se lo contaba a alguien no me creerían, aunque mostrará la foto, era mejor quedarme con ese nudo en mi garganta, a dar miles de explicaciones de que hacía yo con la foto de una bebe.
Trate de olvidarme de todo esto, lo más probable que pensé, fue en una broma de mal gusto de parte de mi papa por querer mirar los regalos de Navidad antes de su tiempo.
Ya eran las 3 de la tarde, así que tenía algo de hambre, baje a comer.
En la mesa estaba mi tío Paolo sentado en una de las 6 silla de nuestro comedor, también estaba mi abuela Chela sirviéndole de comer.
Me senté en la silla que estaba enfrente de la suya.
Mi abuela nos sirvió y se sentó junto a nosotros a comer.
Mi tío, le contó que durante la noche, en la habitación de arriba al fondo de el pasillo, se sintió muy incómodo durante la noche.
No dejo de sentir como si algo en el rincón lo observará.
El dijo que en la madrugada miro un sujeto alto de al menos 3 metros de altura, parado en el rincón, al mirarlo se subió las sabanas hasta la cabeza y se tapó completamente.
Bajo por las escaleras de el segundo piso hacia el comedor ,mi abuelo interrumpiéndole y diciendo:
- en esta casa no hay fantasma, tuviste un mal sueño, fin de la plática, es hora de comer.-
Chela:
- Déjalo terminar de contar su historia, el muchacho pasó mala noche como para escuchar tus sermones.-

Hubo un profundo silencio, yo mire a mi Tío.
Estaba pálido, tenía un aspecto muy descuidado.
Quería acercarme a él y contarle mi anécdota pero no sabía cómo contárselo sin preocuparlo de que alguien hubiese entrado en la casa.
Mi padre tampoco estaba en casa, trabajaba y mi madre no estaba con nosotros, ella vivía en otro estado de el país.
Y yo estaba de vacaciones con mi papá.
Era algo complicado para mi, tenía mucho miedo y no sabía cómo contarlo.

Más tarde, estaba con mi abuela en su habitación, le conté cómo sentía que había alguien más dentro de nuestra casa.
No tenía una respuesta para mi, solo pudo decirme que mi imaginación a esa edad era grande y muchas de las cosas que sentí no eran real.
Lo que yo esperaba que respondiera después de todo.
Ella bajo al primer piso, yo me quede en su habitación mirando la televisión.
Después de un rato la apague para intentar dormir.
Sentí una sensación extraña, como si algo me estuviera observando desde la tele.
Me miraba fijamente desde el otro lado de la pantalla,yo sentí que lo miraba a él.
La prendí.
En la televisión estaba un programa infantil que me gustaba mucho, tenía cientos de muñecos de el personaje principal de ese programa.
Aún con la tele prendida, sentí como si alguien me miraba desde el lado derecho de mi habitación.
Pensé en ese momento:
Estoy solo, los monstruos no existen.
recordé una frase de mi abuela.
"Debes tenerle más miedo a los vivos que años muertos."
Así que me calme.
Después de unas horas mirando televisión.
Me quede dormido.
Soñaba con un pasillo oscuro como si se tratara de un hotel.
Lo recorría y al dar vuelta en un pasillo que solo tenía salida por la derecha había una silueta grande caminando hacia adelante.
Me asuste.
Desperté en seguida.
O pensaba que había despertado.
Estaba acostado en la cama, con mis ojos abiertos, pero sin poder moverme, trate de utilizar los brazos para pararme, era inútil, lo mismo con mis piernas.
Entonces me asuste más.
No podía moverme, estaba en mi cama acostado, sin tener control de mi.
Empiezo a escuchar como si miles de bocinas estallaran en mis oídos.
Empiezo a sentir como si un terremoto estuviese ocurriendo justo en mi casa.
Un gato , observó un gato negro mirándome directamente con unos ojos profundos, amarillentos, mirando hacia mi de el rincón de la habitación. Se acercaba lentamente.
Llegue a un punto donde empecé a llorar de el miedo y la desesperación.
Pude moverme.
Todo el ruido junto con la sensación de TERREMOTO paro.
Salí corriendo hacia la puerta, pero me encontré con la sorpresa de que el pasillo al que ingresaba, ya no era el de mi casa.

Después de MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora