Capítulo II

135 14 2
                                    

¿Qué haces aquí?

Abrí la puerta pesarosa y al tenerla toda abrierta sonreí a Liam, mi hermano mayor.

-Que ánimos tú, ¿no?

-Calla Liam, no he tenido un buen día y no estoy para tus tonterías.

-Tan gruñona como siempre eh, Sum-me revolvió el pelo como siempre lo hacía y yo me quejé, como era de esperar. Lo hice pasar y él hizo mala cara al ver el desorden que había allí dentro, él siempre solía decirme que debía ordenar mis cosas cuando era pequeña.

-Y, ¿qué haces aquí?

-¿Qué es que ya no puedo venir a ver a mi hermanita preferida?

-Hombre si, pero... Es algo raro, hacía mucho que no te veía. Te has cortado el pelo, ahora lo llevas más largo, pareces David Beckham-reí, pero era verdad, se le daba un aire-¿Quieres algo de beber o algo?

-Una cerveza no estaría mal.

-Vale-voy a la nevera y le cojo un quinto, lo abro y se lo llevo. Nos sentamos en el sofá-Ahora si, ¿a que has venido hermanito?

-Ya te lo he dicho.

-No te creo, por Dios Liam, si te sudan las manos, dímelo.

-Bueno, verás... El caso es que...

-¡Venga Liam! ¡Sueltalo!

-Vas a ser tía.

-¡¿Qué enserio?!-me levanto y empiezo a bailar y a tirarme encima de él-¡Vas a ser papá!

-Sí-sonreía como uno niño pequeño.

-Y, ¿como esta Andy? ¿desde cuando esta?-ya me había calmado y sentado como antes, a su lado.

-Esta de ocho meses.

-¡¿Qué?! ¡¿Y me lo cuentas ahora?!

-Yo... Em... ¿Sí?

-Muy mal hermanito, eso no se hace-me crucé de brazos y arrugué los labios como una niña pequeña.

-Lo siento-me besó sonoramente la mejilla y sonreí, no me podía enfadar con él.

-¿Y qué será, niño o niña?

-Niño-sonrió como nunca antes lo había visto sonreír.

-Pues... Yo me he quedado sin trabajo...

-¡Espera! ¡¿Cómo?!

-Esta mañana se me ha olvidado pasar unos papeles al ordenador y la encargada los necesitaba para dárselos al jefe esta noche en una reunión que tenían y bueno, ya debes imaginarte todo lo demás-resopló.

-Joder, Summer... Es que...-respiró fuerte de nuevo-¿Qué vas a hacer ahora?

-No lo sé-dije pensativa-Supongo que buscaré otro trabajo.

-Buena suerte, Sum-besó mi cabeza y se levantó.

-¿Te vas?

-He de irme, bebé-sonrió. Le devolví el gesto y lo acompañé a la puerta.

-Adiós Li-besé su mejilla.

-Adiós, bebé-besó mi frente y se fue. Cerré la puerta y volví al sofá. Cogí el periódico y empecé a mirar las ofertas de trabajo que allí se anunciaban. Pasó algo más de media hora y yo seguía ahí mirando ofertas de trabajo, ya no quedaba helado desde hacía rato y el sonido de la tele ya no se oía debido a que la había apagado para no gastar tanta luz. De repente, sonó el timbre y me sobresalté. Miré el reloj, eran las ocho, ¿quién sería a estas horas? Me levanté un poco miedosa y me asomé a la mirilla. Era él. Bueno, él, que no sé que hace aquí. Abrí un poco la puerta y sus ojos verdes hicieron contacto con los míos, de la misma forma que la habían hecho horas antes en el ascensor.

-¿Quién eres?-le pregunté despectivamente.

It's frozenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora