.:Try again:.

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Mi mirada se encontraba fija sobre el techo, más específicamente sobre las estrellas luminosas que decoraban éste...

Las mantas estaban botadas a un lado de la cama, ya se habían caído hace unas horas, y aunque la brisa que entraba por la ventana me producía pequeños escalofríos no había tenido intenciones de recogerlas y cubrirme con ellas.

Llevaba al menos tres horas sin cambiar de posición o hacer otra cosa que no fuera mirar las estrellas en el techo, como si estas pudieran hacer que olvidara todo lo que estaba pasando.

No sabía la hora, y no tenía ganas de buscar su celular, la verdad... No tenía ganas de nada.

Fruncí el ceño y chasquee la lengua cuando escuché el timbre, no es que no recordara que tenía un compromiso para hoy, es solo que no tenía ganas de salir... Y definitivamente esperaba que al no dar señales de vida en todo el día ellos se olvidarán de mí.

El timbre seguía sonando con insistencia, sumándole algunos golpes a la puerta y uno que otro grito. Trató de ignorar aquello, pero era imposible... Con esa cantidad de ruido ya imaginaba quienes habían sido lo que habían ido por él.

Me levanté con desgano, tenía pensado dejarlos afuera, pero sabiendo quienes eran dudaba que me dejaran tranquilo. Caminé con lentitud hasta la puerta, como si no hubiese personas afuera esperando a que yo abriera, una vez llegué a la entrada di un pequeño bostezo y abrí la puerta, recibiendo en el mismo momento un golpe, cortesía de mi amiga de infancia; Momoi Satsuki.

—¡Dai-chan, eres un idiota, estábamos preocupados! —la pelirosa le había lanzado la cartera, la cual estaba bastante pesada, seguramente por estar llena de cosas que en verdad ella no necesitaba.

Iba a gritarle por aquello, pero justo en el momento en el que abrí la boca, alguien se me tiró encima abrazándome y logrando que los dos cayéramos al suelo.

—¡Aominecchi! —los lloriqueos del rubio se escucharon por todo mi departamento, ocasionando que rodará los ojos fastidiado, no tenía ánimos para aguantar el dramatismo del idiota de Kise.

—Lo siento, Aomine-kun, no pude convencerlos de ir sin ti—una tercera persona entró en escena, ofreciendo una mano para levantarme del suelo, la cual tomé con gusto, no me era agradable estar ahí tirado con Kise encima.

Claro que no calculé la fuerza con la que tiré de la mano de Tetsu, por lo que el terminó cayendo arriba de mí también, solté un quejido, al sentir su cabeza chocar con mi labio, rompiéndolo.


Miré con el ceño fruncido a las tres personas que estaban sentadas frente a mí, Momoi y Kise estaban abrazados y hablando entre ellos, y Kuroko solo estaba ahí mirándome sin ninguna expresión en su rostro.

—Entonces... ¿Qué hacen aquí? —hice una mueca al hablar, me dolía el labio.

—Primero debemos desinfectar la herida de tu labio, Dai-chan—la pelirosa se había dado vuelta mirándome preocupado.

—Es verdad, ¿tienes un botiquín? —fruncí más el ceño, no quería limpiar la herida, solo quería que se fueran de mi casa para poder seguir tranquilo ahí.

—No tengo, así que solo lárguense si no venían a nada importante—chasqueé la lengua y me di la vuelta para dirigirme a mi habitación, dejándolos ahí.

Escuché algunos murmullos, pero seguí caminando hasta entrar a mi habitación y acostarme en mi cama tranquilo, esta vez dormiría, ya me sentía bastante cansado.

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Miré mi reflejo en el espejo, se notaba que llevaba días sin dormir correctamente... Solté un suspiro y seguí intentando peinar mi cabello, el cual estaba bastante largo, quizás ya era hora de cortarlo.

Try again [AoKaga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora