M A D E L I N E
Mientras estoy sentada en la cocina mi pierna no para de moverse, respiro tan profundo que siento que ya estoy mareada, me abrazo a mí misma y me doy cuenta casi instantáneamente que estoy temblando. La ansiedad se había apoderado de mi cuerpo rápidamente, Ana y Teresa se encontraban preparando un poco de té para tranquilizarme, al mismo tiempo se encontraban hablando entre ellas, susurrando por lo bajo, simplemente el seseo podía llegar hasta mis oídos pero ninguna palabra que pudiese relacionar directamente.
—Esto no te está haciendo bien Madeline —dice Ana poniendo una taza de té caliente de manzanilla frente a mí—. Sé que es difícil para ti hacer todo esto pero te aseguramos que todo lo que estamos haciendo es por lo mejor —dice mirando a Teresa al mismo tiempo que lo dice. Teresa asiente en respuesta y al mismo tiempo que trata de enfriar su té con su aliento se sienta en una de las pequeñas sillas alrededor del comedor.
—Creo que estoy en el borde de una crisis chicas —digo con la cabeza baja.Aquellas crisis, horribles crisis que solía tener de vez en cuando, eran como decaer en un vicio nuevamente, no sabes a quien culpar. La única diferencia con mis crisis era que eran relativas a mi salud mental, comenzaba por ataques de ansiedad por cosas mínimas, escalofríos, mi mente se bloqueaba de manera que las palabras apenas podían salir de mi boca, las lágrimas eran un complemento necesario, siempre presente e imposible de parar.
Martin había sido una de las personas que se había encargado de estas crisis todo el tiempo, para su buena suerte estas se detuvieron en el momento que Lena llego a la casa, pero eso significa que hubo más de una ocasión que intente causarme intencionalmente una que otra crisis para espantar a Lena, pero era como si mi mente simplemente no quisiera que esto sucediese.Lo demás que sabía que pasaba con mi cuerpo durante tal episodio era por el igual el bloqueo de movimiento y falta de apetito, era como si mi cuerpo simplemente se bloquease y no quisiese responder a ningún estimulo proveniente del mundo exterior. Escuchar por igual se volvía difícil, era como si generase un déficit de atención de la nada y las únicas voces que podía escuchar y entender con claridad eran las de Ana y Teresa.
—Toma esta taza —esta se encontraba frente a mí tratando de poner mi taza entre mis manos—. Trata de beber un poco —dice, pero en el momento en que la taza esta en mis manos y es soltada por las suyas aquella bebida hirviente cae sobre mi regazo y la taza cae a un lado rompiéndose completamente.
Era sorprendente lo que había pasado después de hecho. A pesar de que la bebida estaba extremadamente caliente lo único que podía sentir en ese momento eran escalofríos y aires frescos de vez en cuando, era más que obvio que aquello había creado quemaduras en mis muslos sin duda, pero no podía sentir nada.
—A ver —dice Ana con tranquilidad dejando su taza a un lado para levantar los pedazos desparramados en el suelo de la mía—. Teresa, cámbiala de ropa y ponle un paño con agua en esas quemaduras —Teresa asiente y entonces me ayuda a levantarme de la silla para seguir las instrucciones de Ana.
(...)
Mis muslos estaban rojos, pero no un rojo normal, no claro que no. Toda el área donde se había vertido el té se encontraba hinchada y después de unas horas del acontecimiento había comenzado a sentir como estas palpitaban y ardían pero tenía que admitir que ya había cesado un poco pues, cuando Teresa había aplicado los paños las quemaduras ardían aún más.
Ahora nos encontrábamos acostadas cada quien en nuestros colchones, eran las 9 PM y habíamos decidido que debíamos de ir a la cama temprano ya que era más que obvio que todas estábamos un poco alteradas por todo lo que había pasado en el transcurso del día.
Los grillos y los búhos habían comenzado a escucharse a medida que la noche iba cayendo, aun así, no había llegado al punto en el cual más de una frazada era necesario. Me remuevo incomoda en la cama.
Los bichos habían comenzado a treparse en el colchón pero no estaba sorprendida, era cuestión de tiempo hasta que estos me comenzaran a comer poco a poco o tal vez solo era yo exagerando pues no era muy amante a los insectos.Volteo mi cabeza y veo como Ana y Teresa duermen plácidamente en sus colchones cada una respectivamente arropada con su frazada y acurrucadas como si de una noche feliz y en medio de tiempo normales se tratase.
Me volteo y muestro mi rostro al techo, paso una mano por mi cara y me doy cuenta que no sería capaz de dormirme, por lo menos no pronto.Ana y Teresa solían dormir en mi casa, todo el tiempo desde que nos mudamos de Europa. Martin nunca se enteró de que desde que se había mudado Lena no habían comenzado a vivir allí tres personas sino cinco.
Ellas dormían en el suelo con algunas fundas de dormir que tenía guardadas para ellas en el armario, había ahorrado simplemente para hacerles ese regalo pues, llego un tiempo en el cual dormir las tres en una misma cama se había vuelto muy incómodo. Todos los días antes de que Martin se levantase prácticamente en la madrugada les ordenaba levantarse para entonces envolver todas las fundas y entrarlas en mi armario antes de que este llegase a darme el beso de despedida antes de irse a su trabajo en el banco. Después de esto, Ana y Teresa salían por una ventana y aunque no sabía que hacían en todo ese tiempo porque no les preguntaba nunca me encontraba con ellas a la hora de tener que ir a la escuela.Suspiro, este juego que había comenzado hace unos días ya no me convencía, no sentía la misma confianza que antes. Me estaba desesperando, todo esto iba más lento de lo esperado, a mi entender era simplemente hacer todo lo posible para que creyeran mi desaparición y luego desaparecer realmente y dejar Suecia como fuese posible.
Pero, desde el primer momento que comenzamos con este plan no hemos hecho nada para poder obtener el dinero con el cual nos escaparíamos de Suecia, siquiera habíamos comenzado a escribir la carta de rescate que enviaríamos para obtenerlo.—Madeline —me sobresalto al escuchar aquella voz que corta por completo el silencio—. Sé que estas despiertas, ya duerme.
No podía decir cuál de las dos era que me hablaba.
Pero lo único que podía decir es que ya este plan no me daba mucha espina, tampoco las que decían ser "Mis mejores amigas".
ESTÁS LEYENDO
Esquizofrenia
Mystery / ThrillerSombras, eso es técnicamente todo lo que veo, en el suelo, en la pared, en todos lados, de día de noche, no importa la hora, no importa el tiempo, siempre estaban, y no, no estaba ciega, había hablado con mis padres sobre el tema, varias veces, solo...