Esquizofrenia

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3

M A R T I N

Me monto en el auto de Lucas pues este, por poco personal a esas horas tuvo la dicha de poder asistir al  operativo en busca de descubrir aquel cuerpo que habían encontrado.

—No puedo creerlo —dice Lucas y yo volteo a mirarlo con la expresión en mi cara de no saber de qué me hablaba.
—¿Que? —le pregunto.
—Apenas acaba de incorporar un nuevo oficial y ya está montado en su auto como su mano derecha. Mi tiempo en esta institución ha sido completamente en vano.
—No lo tomes personal, el sargento es nuevo por estos lados y que se diga no eras el mejor amigo del anterior como para él poder hablar de ti en buena cara —le explico. Después de eso, queda callado debido a que realmente le había planteado un buen punto.

Suspiro y volteo mi rostro para mirar por la ventana preguntándome o tal vez orando porque Madeline estuviese bien.
Simplemente pedía porque ese cuerpo que iríamos a ver no fuese el suyo. Pedía porque ese pelo rojizo no estuviese yaciendo sin vida en alguna esquina del bosque.
¡Maldición Madeline! ¿Qué has hecho?

(...)

Llegamos al bosque poco después, el sargento y su pupilo se desmontan del auto en el que se encontraban primero y Lucas un momento más tarde.

—Espera aquí —me dice antes de cerrar la puerta.

Se retira y camina hacia el sargento tratando de informarse un poco sobre el panorama y así mismo dando cuentas a nuevo jefe temporal de lo que había dicho el policía que lo ha llamado por teléfono.
Poco tiempo más tarde, dos hombres se suman a la conversación, uno con un uniforme de campo y otro que parecía un simple paisano.
Hablan un poco, luego todos desaparecen.

Espero un rato.
Luego dos.
Luego tres.

Me desespero al cuarto y me desmonto. No podía permanecer dentro de aquel auto con la cabeza comiéndome por saber si realmente era ella.
Camino.
Me trato de acercar donde se encuentran y llego a verlos a todos aglomerados en un círculo rodeando completamente el cuerpo que yacía en el suelo. Acelero mi paso, hago a Lucas a un lado con fuerza.

—Señor —dice el sargento pero ya era muy tarde, ya había llegado al frente.
—No es ella —suspiro aliviado al ver el cuerpo y me alejo. El sargento Montgomery se acerca a mí poco después.
—Señor... —dice tratando de saber mi apellido.
—Solo dígame Martín.
—Martín —dice entonces—. Entiendo su preocupación por su compañera de casa, pero aún no ha cumplido con el tiempo necesario como para ser reportada como persona desaparecida. Le recomiendo que se retire a casa y descanse, mañana si aún no hay rastro de ella continuaremos a llegar la ficha correspondiente.
—No se si puedo estar de acuerdo con eso —replico.
—En ese caso voy a tener que pedir a uno de mis oficiales que le acompañe —me dice señalando hacia dónde se encontraban unos policiales acordonando el área—. Esta es una escena del crimen activa y usted no está autorizado a estar aquí.

Bufo y hago una señal de rendición ante él dando por entendido que accedía a irme. En ese entonces él no tardó en reaccionar y voltearse hacia Lucas que se encontraba entrevistando al paisano junto a otro oficial.

—¡Cadete Lucas! —le llama el sargento Montgomery.

Lucas voltea y entonces corre hacia donde nos encontrábamos.

—Sí señor —dice en respuesta al llegar hacia nosotros.
—Por favor, acompañe a Martín a la estación para que pueda tomar su auto y regresar a casa. Si mañana su compañera no aparece entonces quedas oficialmente encargado de llenar la ficha correspondiente.
—Pero señor... —Martín trata de replicar señalando al paisano que estaba siendo entrevistado por otro oficial.
—Es una orden cadete —dice el sargento sin dejarle responder.
—Vamos Martín —dice Lucas con tono de rendición.

Este pasa por mi lado y me despido del sargento Montgomery para entonces ir detrás de Lucas. Ambos nos montamos en el auto y nos vamos de la escena.

—No iremos a la estación —le digo mirando el camino.
—¿De que hablas? —pregunta confundido mirándome por unos segundos.
—No puedo irme así sin más, estoy preocupado por Madeline.
—¿No has pensado simplemente en la posibilidad de que ya haya conseguido amigas y haya querido hacer una pijamada con ellas?
—No he conocido nunca a una.
—¿Y porque deberías de hacerlo? —dice—. No eres su padre para pedirle tantas explicaciones.
—Estoy a su cargo porque aún es menor de edad —replicó molesto—. ¿Acaso se te olvida? —digo.
—No, no se me olvida Martín —dice—. Pero aún estoy en servicio, irme a buscar a alguien que aún no puede ser reportado desaparecido es irme de mi puesto, y aún no es hora.

Maldigo en silencio y no insisto mas. Solamente me resigno a mirar por la ventana.

—Simplemente me pregunto, ¿Por que se ha ido así sin más?

(...)

Llegamos a la estación y Lucas apaga el auto pero no se desmonta, me quedo quieto esperando a escuchar lo que tenía para decir.

—Cumplo la palabra de mi jefe —dice volteando a mirarme—, yo me encargaré personalmente de llenar la ficha de desaparición de Madeline, pero mientras tanto, él tiene razón, debes de descansar pues no puedes preocuparte tan rápido por algo que al final puede terminar siendo nada.

Muerdo mi labio inferior molesto y me desmonto sin siquiera responder.
Camino hacia mi auto con zancadas y saco las llaves de mis bolsillos, abro la puerta bruscamente y me adentro en mi auto sin más. 

Mientras conduzco miro las aceras de todas las calles, buscando una cabellera larga pelirroja, esperando poder encontrarla y desmontarme del auto para tomarla por un brazo y arrastrarla a casa. Tendría que dar cuentas por todo lo que había hecho y entre todo eso, formalmente presentarse a la estacion de policia dando una disculpa oficial por haberme hecho quedar como un estúpido y preocupar a personas que buscaban cumplir su labor con casos de desaparición reales. 
Por otro lado, mi cabeza solo le daba vueltas a la situación una y otra vez, no podía describir en cuantas partes estaba dividida en ese preciso momento, ya siquiera sabía que pensar, es muy posible que el sargento Montgomery y Lucas tuviesen la razón, tenía que descansar, mañana seria un dia diferente y tal vez podría pensar con más claridad. 

(...)

Al llegar a casa Lena me espera medio dormida en el sofá, me quedo mirándola un momento y como si pudiese sentir mi mirada sobre ella se levanta espantada. 

—¿Que ha pasado?— dice estrujando sus ojos y sentándose correctamente.  
—Prefiero no hablar de eso ahora, es tarde, amanecerá en pocas horas— digo cortando contacto visual con ella y yendo hacia la cocina. Sus pasos no tardaron en escucharse unos segundos después. 
—¿Qué dijo la policía?— pregunta con insistencia. 
Me volteo hacia ella con molestia después de dejar el vaso de agua vacío dentro del lavaplatos: —Mañana será un nuevo dia. 

Dicho esto salgo de la cocina y voy hacia nuestra habitación. Ella llega unos minutos después para finalmente irnos a dormir.