Cap 8

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(Hola chicas, prometi que subiría otro hoy, y como varias me dejaron sus comentarios, solo puedo decir que gracias y que espero disfruten este también. Les dejo esta imagen de Bill que es como lo imagino en esta historia!)


Bill se quedo dormido, pero sus sueños no eran nada agradables, eran extraños, soñando que estaba en medio de una selva oscura y una pantera de ojos negros lo perseguía incesantemente, y entre mas corría más cerca sentía sus enormes dientes encajarse en su espalda.

Entonces se despertó abruptamente con un sobresalto, estaba sudando y se quito rápidamente las sabanas como si así pudiera sacarse del pensamiento a Tom.

El nombre le hacía eco en su cabeza... Thomas Kaulitz.

Todavía un poco alterado por la pesadilla, se levanto de la cama para ir a la cocina a conseguir un vaso con agua. Ahí todavía estaba Andreas despierto, jugando con su celular y tomando café. Un arma enorme descansaba sobre la mesa.

Bill no sabía que sentía al verlo ahí vigilante y con ese revolver listo para protegerlos en caso que alguien apareciera queriendo hacerles daño. Era una mezcla de confort y a la vez temor.

Andreas levanto la mirada y le hizo un gesto con la mano, pero siguió jugando con su celular sin decir nada en particular.

Ya despierto Bill quiso tomar un té, entonces puso agua en la tetera y preparo una bolsita de te dentro de una taza. Cuando el te estuvo listo, tomo de la repisa su abrigo y salió dirigiéndose al porch para tomar un poco de aire.

Hacia un frio endemoniado, pero la brisa y la taza de té le hacía distraer sus temores de esa noche, levanto su mirada hasta el cielo para ver las estrellas...

En eso una voz ronca lo saco de su concentración y Bill derramo un poco del té caliente sobre sus manos por el susto.

-"¿No puedes dormir?" le dijo Tom.

Bill volteo y lo vio sentado en una mecedora ahí en la parte más oscura del porch, entre la noche y el hecho que no había luz encendida, no lo había notado.

-"Señor Kaulitz, no lo vi..." le dijo el tocándose el pecho por el susto.

-"Genial, entonces somos dos, yo tampoco te vi." Le contesto Tom más bien serio.

Bill no dijo nada sobre el comentario y puso la taza de té sobre la baranda de madera, secando sus manos en el abrigo, le ardía un poco la leve quemadura del agua caliente.

-"¿Usted tampoco puede dormir?" le pregunto a Tom.

-"Es difícil dormir cuando para mí el día y la noche es lo mismo."

-"Es normal, usted con el tiempo va a acostumbrarse."

-"Ese es el punto, yo no quiero acostumbrarme a esto." Dijo Tom.

Bill quería decirle que era mejor que no se aferrara a deseos difíciles, que era mejor lidiar con lo que le toco, de igual manera él no se lo hubiera tomado bien.

A pesar del frio, la noche estaba preciosa y el olor de pasto con nieve era muy relajante. El olor a tierra mojada y también a pino era le esencia que venía por el aire. La luna estaba llena y resplandeciente llevando un claro hasta el porch.

El sonido del viendo movía las ramas de los arboles haciendo un ruido especial.

-"¿Puede verlo?" pregunto a Tom.

-"¿Verlo?"

-"Si, el sonido del viento... cuando pasa a través de los arboles, es hermoso."

Bill cerró sus ojos concentrándose solo en el sonido, el aire mecía las ramas de forma lenta y a veces rápida, creando casi música natural, también había algunos sonidos de animalitos nocturnos y cigarras.

Amando a OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora