Mi Diario En Un Celular

La memoria perdida II

Esa pequeña memoria me había decepcionado completamente -_-
Realmente ya no me importaba si el chico volvía y me la pedía, por mí, que se la llevara.
Mientras pensaba eso, alguien llamó a la puerta de mi casa, y vaya! Que casualidad! Era el chico del que hablaba, seguramente vino a pedir la memoria que había perdido.

Yo no solía salir mucho de casa, ni mucho menos a pasear por el vecindario platicando con mis vecinas chismosas, o mis vecinos borrachos, o en cualquier caso, no había muchos chicos de mi edad, y los pocos que había se drogaban o andaban en malos asuntos...
Pero Héctor era una excepción, no lo conocía bien, solo sabía que era 2 años mayor que yo (18 años), y para su edad ya era todo un hombre, y que hombre!
El tiene un trabajo de buena paga en la empresa de su padre, el chico es listo por lo que no tiene problemas en su escuela. Todo eso a palabras de las hijas de las vecinas que iban tras él, y con razón!
Pues Héctor es un chico muy apuesto, varonil, y fuerte, pero en lo que a carácter respecta es un cabeza dura, eso a las chicas no parece importarles.

El podrá no ser un drogadicto, borracho, fumador, y tener dinero y buena cara, pero para mí, sigue siendo un patán.

Debe tener una muy buena razón para estar parado en la entrada de mi casa tocando la puerta, y la única que se me viene a la mente es el que sepa que yo tengo su memoria y venga a pedirla de regreso.