Capítulo 1 - He aquí Lambda feliz

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No volvió a hablar bien con nadie, nadie le aceptó en clase, ni Ka ni Xi. La miraban mal y decían cosas a sus espaldas, y por otra parte, en casa, veía a su madre mal por muchas cosas, verla llorar y ella querer llorar era una mezcla peor. No sabía que hacer, allí no podía seguir estudiando, las clases, una tortura, el recreo, soledad y al final de clases, libertad. Pero no tanta, aún así siguieron por las redes sociales y a veces la hacían bromas telefónicas de anónimos, sabiendo claro que eran ellos.
//Fueron crueles, bastante. Ser un amigo falso, es común, pero que le digas tu vida entera y te conozca, sabrá tus puntos débiles. Hay que tener cuidado.//
Llegé el momento en el que pudo ver una salida, nada buena pero era para mantener su felicidad y autoestima. Se quedó en casa, mentió a su madre repentinamente que estaba mal, no era lo correcto pero era lo mejor para que se sintiese bien. Dejó de estudiar y pasó a estar apegada a aparatos, ordenador, móvil y televisión. A las redes sociales y a juegos.

Llegó el momento de la perdición, ya le confesó a mi madre de que no iría más al instituto, se empezó a sentir mejor en casa, total, el verano era largo y le esperaba todos los días en casa hasta el próximo curso, tuvi a su perra acompañándola y a su madre.
Pasó su verano feliz, estuvo en la playa y piscina, con una de sus mejores amigas de bastante años, Iota, la que vivía lejos y tuvo una pequeña relación y por otra parte y menos repetitiva, Alfa, la cual fue su mejor amiga íntima hasta los 14 años. Ambas contaban con la otra, pero ése verano las alejó bastante.
Los padres de Alfa, manospreciaba a Lambda, de un día a otro, por razones un tanto desconocidas. Siempre era bienvenida en la casa, pero de pronto, apareció una rotura en su Gran Amistad.

El verano, pasó lento. Afortunadamente para Lambda, de hartó de no ir al instituto pero tampoco quiso desear lo que le esperaba a principios de Septiembre.
Su padre, Ioanis, era la figura paterna por la cual sólo había unas normas, limitada libertad, la menos diversión personal posible y sobretodo, el que más se puede quejar, de todos los defectos, típicos de ser humano pero nunca acepta. Lo intenta volver todo como quiere, da igual que duro sea el cambio, para él todo lo que hace o dice es lo correcto.
Lamda, al haber vivido tantos años con su madre, con la libertad que concedía y el amor que recibía, estaba muy nerviosa y tenía bastante miedo. Aquellos momentos, vivir allí, de nuevo en su pueblo natal, sería un infierno, tendría que estar todas las tardes estudiando, ayudando en casa, con lo vaga que era y ni cojer sus preciados aparatos que la distraen. No pensaba en otra cosa que su padre Ioanis estaría todos los días encima suya. Al menos, tendría el apoyo de la novia seria (Ypsilon, que le decía que debía controlar más, al ser un adolescente, hay que dejarle sus libertades, etc. ) y su hermano Georgós, con el que también contaba su apoyo.

//Después de todo ésto contado, sigamos el verano//
Lambda, con toda la preocupación de que no acabase nunca ese verano, el cual estaba lleno de lujos como viajes, sin estudiar nada y divertirse con todo hasta la compañía de una mascota cercana, no se esperaba lo que iba a pasar en Agosto...

La pequeña historia de LambdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora