Gold ; [Cedric Diggory]

I

– ¡Sophie! – Ginny salta en la cama de su hermana, y la castaña se despierta. El calendario marcaba 30 de agosto, lo que significaba el penúltimo día de vacaciones. Sophie la noche anterior había escuchado a su familia hablar sobre un campeonato.

– ¿Qué sucede... – Comienza Sophie, pero su voz suena algo áspera así que tose un poco – ¿Qué sucede, Ginny? – Pregunta ahora con su voz normal.

– Mamá dice que bajemos, el desayuno está listo – Dice la pelirroja para dejar la habitación su hermana. Sophie suspira para despojarse de sus blancas cobijas, la habitación de Sophie era probablemente el lugar más ordenado de toda la madriguera.

– Buen día, Sophie – Saluda Hermione que lleva a Harry y Ron de la oreja.

– Buenos días – Sonríe Sophie y baja a la cocina – Buen día, mamá.

– Tú desayuno está en la mesa, querida – Habla Molly y continúa haciendo sus huevos estrellados, los favoritos de su esposo.

Sophie toma asiento en la larga mesa, y comienza a comer su desayuno, un par de huevos revueltos con tostadas. Hermione baja y junto con ella están Harry y Ron. Los gemelos bajan poco después junto con Arthur, su padre, y todos comen su desayuno.

Luego de desayunar, Arthur ordena a todos que se alisten para salir. Sophie sube a su habitación y se cambia a su ropa casual, un par de jeans y una blusa de flores. Sophie era una chica muy femenina y solía preocuparse mucho por su apariencia personal. Antes de salir de su habitación, toma un perfume que compro en una tienda muggle y se hecha un poco, dejando en ella su típica esencia a vainilla.

– ¡Porque tardan tanto! – Se queja Ron refiriéndose a sus hermanas.

– Sophie no tenías que ponerte tan linda para caminar por el bosque – Se burlan los gemelos, Sophie se encoge de hombros con una sonrisa. Harry sonríe al ver a la chica, era la más linda que había visto.

– ¡Estoy lista! – Grita Ginny al bajar las escaleras. Cuando Ginny baja, todos toman sus abrigos y salen de la madriguera.

– ¡Que les vaya bien! – Exclama Molly.

– ¡Oye Papá! ¿Adónde vamos? – Pregunta Ron luego de caminar un rato.

– No lo sé, sigan caminando – Contesta Arthur.

– ¡Arthur! – Exclama un hombre al ver al grupo – ¡Ya era hora de que llegaran!

– Lo siento, Amos – Se disculpa el Weasley – Pero hubo algunos que se quedaron dormidos – Sophie ríe – Él, es Amos Diggory, muchachos. Trabaja conmigo en el ministerio – Un chico castaño cae de un árbol, Sophie queda impresionada al ver su agilidad – Y este joven debe ser Cedric, ¿Cierto?

– Si, señor – Sophie lo reconoció, era Cedric Diggory, capitán del equipo de Quiddicth de Hufflepuff – Hola – Cedric agita su mano en forma de saludo, pero especialmente saluda a la castaña.

Sophie sonríe y sus mejillas se tiñen de rojo al ver que la mirada de Cedric está puesta en ella, habían hablado un par de veces en el cuarto año de ella. Hermione y Ginny intercambian miradas, al ver que la mirada de Cedric va dirigida a Sophie.

– Es por aquí...– Indica Cedric, y todos lo siguen – Sophie, ¿Cierto? – Pregunta Cedric cuando la castaña pasa a su lado.

– Así es – Sonríe Sophie y estrecha su mano – Y tú eres Cedric, el capitán del equipo de Quiddicth de Hufflepuff – Los gemelos al oír esto miran mal al castaño, ya que Hufflepuff le había ganado a Gryffindor en Quiddicth el año pasado.

– Me conoces – Ríe Cedric – Un placer, Sophie – Murmura Cedric y besa la mano de la chica.

Sophie vuelve a sonrojarse, Cedric sonríe y espera a su padre para ayudarlo a caminar. Hermione y Ginny se burlan de Sophie el resto del camino, avergonzado más a la castaña.

– Sí, es justo por allá – Indica Amos al ver una colina – Date prisa, casi no hay tiempo – Apura a su hijo.

Sophie sube la colina con facilidad, y junto con Hermione observan la bota, que más bien es un transportador.

– Colóquense en círculo – Ordena Arthur.

– ¿Por qué alrededor de esa vieja bota? – Pregunta un confundido Harry.

– No es sólo una vieja bota – Corrigen los gemelos en unisono.

– Es un transportador – Finaliza Sophie y se agacha para poner una mano en la bota.

– ¿Listos?, A la cuenta de tres – Informa Amos – 1,2...

– ¡Harry! – Exclama Arthur, y el chico de gafas toca la bota antes de que Amos finalice de contar.

– 3 – Al decir eso, la bota se eleva por los aires, dando un par de vueltas.

– ¡Suéltenla! – Exclama Arthur.

– ¿Qué? – Chilla Hermione.

– ¡Suéltenla! – Repite.

Todos obedecen, Sophie suelta la bota al mismo tiempo que Ginny lo hace. La castaña sabía que nesecitaba para caer sana y salva, pero nunca lo había intentado, así que termina cayendo de bruces en el suelo. Los adultos y Cedric bajan elegantemente, y una sonrisa esta dibujada en sus rostros.

– Apuesto a que les gustó, ¿No es así? – Se burla Arthur, Sophie se voltea quedando boca-arriba y se apoya en sus codos.

– Te ayudó – Cedric le ofrece una mano a Sophie, y esta la toma de inmediato poniéndose de pie, al estarlo Sophie sacude su camisa y quita un par de hojas que quedaron en su cabello castaño.

– Gracias – Agradece Sophie con una sonrisa, que es bien recibida por parte de Cedric, y ambos siguen a sus padres.

– Chicos, bienvenidos al campeonato mundial de Quiddicth – Menciona Arthur.

El lugar tiene un estilo campestre, varias tiendas y repleto de personas. Al acercarte, podías ver que las tiendas tenían en su costado una bandera podía ser la de Bulgaria o la de Irlanda.

– Aquí nos separamos, amigo – Informa Amos.

– Hasta el partido – Se despide el Weasley – Suerte, Cedric.

– Gracias, señor – Murmura Cedric agitando su mano – Adiós, chicos – Se despide, para luego mirar a la castaña – Sophie – Sonríe.

– Vámonos, hijo – Apura Amos.

– Nos vemos luego, Cedric – Se despiden los gemelos, para luego tomar cada uno un brazo de Sophie, que había quedado de piedra al ver la sonrisa del castaño.

– ¡Hogar, dulce, hogar! – Exclama Arthur al ver una tienda – Dejen a su hermana en el sillón – Ordena el pelirrojo a los gemelos.

Los gemelos dejan a Sophie en el sillón, para luego recorrer la casa. Sophie no prestaba mucho atención del ruido a su alrededor, sólo podía pensar en la perfecta sonrisa de Cedric.

– Ron, sal de la cocina, no es hora de comer – Ordena Arthur.

– Sí, sal de la cocina – Repiten los gemelos.

– Bajen los pies de la mesa – Se queja Arthur y golpea los pies de sus hijos.

– Bajen los pies de la mesa – Dicen para volverlos a subir.

– Sophie, reacciona – Arthur chasquea sus dedos frente el rostro de su hija y regresa en sí.

– ¿Qué? – Suspira la castaña y le sonríe a su padre.

– Eres un caso – Se burla Arthur para seguir dando órdenes.

– Sí – Bufan los gemelos – Eres un caso.