Capitulo 1. Ojos azules

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11 años atrás:

-¡Niños, ya es tarde, no llegaran a tiempo a su primer día!

-Pero, ¡mamá! -le reprocho.

-Calla y sube a la camioneta.

-Yo no quiero ir -escucho desde el pasillo que Alexa se queja.

-Tienes que ir.

-¡Mamá mi mochila! -grita mi hermana montándose en la camioneta.

-¡Las dos están en los asientos de atrás, Alexa! -le contesta mamá desde la cocina.

-Demonios, Alex, las encontró, ahora no nos queda de otra más que ir a la escuela -susurra.

-Estaremos bien, Alexa.

-No es cierto, ya verás que la escuela es un lugar para los niños locos a los que no quieren en su casa y terminan convertidos en ratas.

-Si somos ratas como Stuart Little, no me importa.

-Seremos un par de ratones grises a los que mamá mate cuando mire -dice mientras se deja caer en el asiento y saca la lengua, insinuando que de esa forma quedaremos cuando mamá nos pisoteé por ser unas ratas.

El salón donde nos van a dar lo que mamá llama <clases>, es una sala grande llena de juguetes y cojines, con las paredes pintadas de color azul con verde y amarillo, creo que la gente que pinto este lugar no se dio cuenta de que quedo horrible.

-Mira eso Alex, mamá nos está abandonando -susurra mi hermana mientras me toma de un brazo.

-No nos abandona, la escuela es un lugar donde todos los niños venimos a aprender cosas nuevas y para eso nos dejan aquí, Alex, no te asustes, al final del día mamá estará aquí para recogernos.

-No lo creo.

-Ahora calla y vamos a tomar un lugar.

-Tu carga las mochilas, esos cojines son rosas, allá nos sentaremos -dice mientras camina a los cojines, doy media vuelta y tomo nuestras mochilas del estante donde las dejo mamá antes de irse.

A pasado una hora desde que mamá nos dejó en la sala mal pintada y muchos niños han llegado, tantos que todos han ocupado los cojines antes de que pudiera coger uno que no fuera rosa para sentarme, así que me he sentado al lado de Alexa en uno de sus cojincillos rosas, no hemos hecho nada más que jugar con todos los juguetes regados en el suelo, desde luego, Alexa ha tomado un par de Barbies y se ha puesto a jugar. De pronto ha entrado una señora que como mamá, nos habla cariñosamente mientras señala la puerta.

-Solecitos, yo voy a ser su maestra, me llamo Elena y antes de que todos usen sus cuadernillos, vamos a recibir a una compañera nueva -aplaude mientras una niña de cabello negro atado en dos colitas y ojitos azules como el agua del mar entra por la puerta, viste un vestido gris como el que mi madre ha puesto a Alexa, pero a diferencia de mi hermana la niña que acaba de entrar a la sala, lleva un suéter purpura, del mismo color a los listones que mantienen sus dos colitas, ella sonríe y va hasta donde la maestra esta y mientras le entrega una hoja la maestra le dice. -Vamos cariño, dinos tu nombre.

-Me llamo Dany.

-Vamos -relee la hoja que la niña que dice llamarse Dany le ha dado -pequeña Daeny, toma un cómodo cojín.

Y como la niña no alcanzo un cojín y nadie iba a dárselo y yo estaba sentado en un cojín rosa, con gusto me puse de pie y Alexa no tardo en gritar por mí.

-Ven aquí, vamos a jugar, tengo una Barbie para ti y también un cojín y es ¡rosa! -La niña de ojos azules camino hasta donde nosotros y se sentó en el cojín rosa. Y a mí no me quedo de otra más que pasar el resto del día sentado en el piso mirando como Alexa y la niña de ojos azules jugaban con Barbies.

Desde entonces la niña de ojos azules se robó mis pensamientos.

Érase una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora