Capítulo 2

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Cuando regreso a la oficina y estoy en el ascensor, todo el buen humor del almuerzo va desapareciendo. Omitiendo el hecho de que el señor Emerson no nos quitó los ojos de encima, disfrute mucho la hora y aún más cuando los dos guaperas decidieron irse.

Cuando las puertas del ascensor se abren respiro profundo y me dirijo a mi escritorio, pero en cuanto dejo mis cosas, la puerta de su oficina se abre y un Emerson bastante enojado aparece y con un cortante "entra" regresa al interior de ésta, cierro los ojos y me armo de valor para entrar, cuando lo logro camino a paso decidido y luego de entrar cierro la puerta tras de mí. Me quedo ahí, con la mano en mi espalda sujetando el pomo de la puerta y lo observo caminar de un lado a otro en su oficina, el poco valor se esfuma al verlo tan cabreado, la verdad no sé por qué este hombre me intimida tanto, pareciera como si con su intensa mirada estuviera viendo en lo más profundo de mí, como si con una mirada supiera todos los secretos que guardo. Cuando se detiene, lo hace frente a mí y con las manos a cada lado de su cadera me escanea lentamente, y mi corazón se salta un latido cuando observo que en su rostro se asoma una pequeña sonrisa y da un paso hacia mí.

-Por qué tan tímida señorita Williams, hace un rato parecía todo menos tímida.

- ¿perdón? – digo mientras suelto el pomo y doy un paso hacia adelante, aunque entendí perfectamente lo que trato de decir, su tono de voz despectivo lo dijo todo.

-lo que escuchaste, te veías bastante animada mientras hablabas con ese tipo- responde mientras se acerca a mí, no retrocedo y no paso por alto el hecho de que me trato de "tu", alzo la barbilla y le sostengo la mirada desafiante.

- no es de su incumbencia lo que hago durante mi hora libre.

- pues sí que es de mi incumbencia, sobre todo cuando mi maldita secretaria desaparece sin decir una mierda- puedo ver lo cabreado que esta y se encuentra tan malditamente cerca que, si diera un paso más, nuestros cuerpos perfectamente se rozarían.

- no creí que necesitara su permiso para ir a comer, pero no se preocupe, la próxima vez también le avisare cuando tenga que ir al baño si así lo desea el señor.

- ten cuidado con lo que dices, no olvides con quien estás hablando- su tono es bajo pero amenazador

- lo tengo más que presente, pero usted tampoco lo olvide, soy su secretaria no una maldita puta como lo insinuó. – digo mientras aprieto la mandíbula, decir que estoy cabreada es quedarse corto.

- entonces deja de comportarte como una.

Abro mucho los ojos y en el momento en que las palabras abandonan su boca parece arrepentido, pero es muy tarde, mi mano derecha vuela hacia su rostro impactando de lleno en su mejilla. La fuerza del golpe hizo que su cabeza girara hacia la izquierda y se pueden ver perfectamente mis dedos marcados en su ahora roja mejilla, pero no me arrepiento, con gusto lo volvería a hacer, pero me abstengo y mis manos se hacen puños a mis costados.

-cabrón de mierda. – escupo con rabia mientras doy media vuelta para salir de su oficina, abro la puerta con manos temblorosas por la rabia contenida y me dirijo a mi escritorio para tomar mi bolso y dirigirme hacia el ascensor, doy una breve mirada hacia el lugar de Andrea solo para comprobar que está mirándome sin entender nada. Cuando estoy por llegar el ascensor este se abre rebelando a un Tyler cargado con unas carpetas y en cuanto me ve sonríe y da un paso fuera.

- hey don..- su frase se corta, su sonrisa desaparece y frunce el entrecejo cuando ve mi rostro, pero no me detengo al pasar por su lado y entro en el ascensor marcando rápidamente el botón primer piso - ¿Anna?

Está mirándome desde su lugar, pero yo no lo miro a él, sobre su hombro puedo ver al señor Emerson salir de su oficina apresuradamente, pero cuando nuestros ojos se encuentran, las puertas del ascensor se cierran.

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Luego de cerrar la puerta de mi departamento me apoyo en ella y dejo que las lágrimas salgan, toda la rabia y frustración hacen acto de presencia y me consumen, arrastrándome lentamente al piso, donde permanezco al menos una hora mientras dejo que todo salga, todo lo que he guardado durante meses explota y se siente bien, se siente tan malditamente bien dejar de aparentar ser fuerte, aunque sea una vez.

Cuando consigo calmarme y dejar de sollozar, me levanto y me dirijo a mi habitación, lanzo mis zapatos de tacón negros a cualquier parte y cojo una camiseta de tirantes y unos pantalones de yoga, los dejo sobre la cama y me dirijo hacia el baño para darme una ducha y aclarar mis ideas, el agua tibia conseguirá relajarme.

Dejo que el agua caliente recorra mi cuerpo mientras cierro los ojos y pienso que mierda hice, está más que claro que el insultar y golpear a mi jefe fue un no muy sutil "renuncio" de mi parte, aunque luego de que me llamara puta, estaba más que claro que no me humillaría aún más trabajando con un cerdo como él. Pero joder, necesitaba ese maldito trabajo, tenía deudas que pagar y aunque era una mierda de persona, me pagaba lo suficiente para arreglármelas con todo lo que debía. Tampoco podía volver con Thom, sabía que me aceptaría de vuelta, pero el pago no era suficiente. Tenía que conseguir otro trabajo lo antes posible. Si, saldría de esto, siempre he encontrado la manera, esta no era la excepción.

Cuando termino y estoy vestida salgo de mi habitación y camino por el pasillo hasta la sala de estar, me siento en el sofá junto a mi gato, el cual al sentirme ronronea y se acomoda más cerca de mí. Mientras lo acaricio me pierdo en mis pensamientos mientras apoyo mi cabeza en el respaldo y lentamente siento como mis ojos se van cerrando y dejo que Morfeo me acoja en sus brazos.

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Despierto sobresaltada por un ruido y cuando suena nuevamente me doy cuenta que alguien está tocando a la puerta. Cierro los ojos y me estiro al igual que Gato para levantarme e ir a abrir, me miro brevemente en un espejo cerca de la puerta y descubro que mi cabello castaño esta lleno de ondas inmanejables por haberme dormido con el mojado. Aun así, me dirijo a la puerta y cuando la abro me quedo de piedra, la última persona que esperaba volver a ver, se encuentra frente a mí. Ninguno de los dos habla, solo nos observamos y odio cuando mi cuerpo me traiciona al tenerlo cerca de nuevo.

-Qué haces aquí? – digo de forma brusca cuando logro salir de mi estupor.

- necesitamos hablar.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2017 ⏰

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