Lauren's POV27 de junio de 2015, 4:03 a.m.
Mi cuerpo comenzó a sentirse más caliente de lo usual, mis extremidades inquietas y una profunda molestia en mi cabeza no me dejaba conciliar el sueño. Cambié de posición varias veces en la cama, largando gruñidos al darme cuenta de que la molestia no se iba.
"M-mierda." Puse una mano en mi frente y la sentí hirviendo de una manera antinatural.
Miré a todos lados, en busca de mi botella de agua que siempre tengo por si las dudas, pero recordé que esa noche, en la prisa de irme con mis amigos a mi fiesta de cumpleaños, había olvidado dejar la botella en mi cuarto.
"¡Arrgh!" Intenté levantarme, pero sentí como si mi cuerpo fuese encendido en llamas y mil dagas hubiesen sido incrustadas a cada centímetro de mi piel.
¡Levántate, idiota!
Lenta y dolorosamente fui poniendo en acción cada músculo, sentándome en la cama y pronto apoyando los pies en el piso de madera de roble. No había caso en pararme, tuve que arrastrarme hasta mi cómoda, donde guardaba los analgésicos para algún que otro ocasional dolor de cabeza o estomago. Apoyé los antebrazos en la superficie que se encontraba helada, a comparación conmigo y me impulsé hasta quedar de pie, mis uñas clavándose en la misma en respuesta a la terrible punzada que atacó mi cabeza y espalda.
"R-rayos, ¿qué mierd-da me ocurre?" Me pasé las manos por el rostro y cabello, como si eso fuese a parar la agonía que estaba viviendo.
Sentí mi ritmo cardíaco acelerándose, casi como si mi corazón quisiese salirse de mi pecho.
¿Acaso estaba teniendo un ataque?
Demonios, debo pedir ayuda.
"¡Papá-¡ahh!" Un sonido ensordecedor e insoportable inundó mis oídos y me dejé caer de rodillas, mientras me sostenía la cabeza con las manos y clavaba mis uñas en mis oídos, quizás lastimándome a mí misma en el proceso.
Grité, grité porque ese dolor jamás lo había sentido, era simplemente imposible contener mis aullidos.
¿Aullidos?
Sí, eran aullidos, como los de un perro al que le estaban practicando la tortura más horrible que podría existir. Aullidos fuertes, desgarradores y rompedores de tímpanos.
"¡Lauren!" Mi padre abrió bruscamente la puerta, mi madre siguiendo detrás con una expresión horrorizada.
"Lauren, necesito que te pares, debes ir a la cama, hija." Dijo mi padre, con un tono totalmente serio pero a la vez preocupado.
"N-no p-uedo pararm-me. Duele." Presionaba mis parpados juntos mientras mi padre me agarraba de los hombros.
"Ven, levántate." Trató de ayudarme pero sólo causó más dolor en el intento. Gruñí, como un perro, gruñí y apreté los dientes.
"¡No!" Lo empujé y me sentí culpable, pero no podía hacer nada, era como si mi cuerpo estuviese pensando por sí mismo.
"Clara, trae las sogas." Miró a mi madre y esta negaba boquiabierta, lucía afligida.
"Debe haber otra manera Mike, no podemos hacerle es-"
"¡Trae las sogas Clara!" Ella asintió y salió de mi cuarto, las lagrimas cayendo por sus mejillas. Volvió unos segundos después con un manojo de sogas.
"Lauren, sé que eres consciente de lo que haces, necesito que intentes controlarte." Negué, no podía, no podía luchar contra esto.
Una corriente extraña recorrió mi cuerpo y agaché la mirada hacia mis manos. Mis uñas estaban agarradas al piso, aferradas, largas y gruesas.
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Mates (Camren G!P)
FanfictionEl pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primeros pasos al año y bebió su primera cerveza a los catorce. Cosas extrañas ocurren en ese pueblo desde la época de sus tatarabuelos, cosas de...