Algunas historias comienzan en el principio, yo comenzaré por el final... Supongo que es más interesante así.
Esta no es la historia típica del primer amor para una chica, si no el primer amor de un chica por otra y no será lo que esperas.
Ha sido todo un viaje de emociones en tan sólo 1 año, pero para el amor no existe el tiempo, ni las reglas... Así que aquí estoy, tengo 19 años, delgada y chaparrita, nada fuera de lo común, mi nombre... Estefania Fuentes Santos, siempre me han llamado Fani.
¿Con quien comparto esta historia? Conmigo misma, tratando de hacer lo mejor posible con todos los sentimientos que descubrí y todo lo que creí y era erróneo.
La conocí hace un año y un mes, justo antes del festival de "Día de muertos" en la universidad, pero después hablaré de ese día... Hoy sólo quiero decir que nosotras éramos buenas amigas, hasta que la "química" nos rebasó y a pesar de haber tenido un fuego entre las dos, nos hemos quemado y sin más, podemos empezar así.
***
El último día:Ya estoy harta de que me trates como quieres, estás mal si crees que vas a jugar conmigo - dije entre llanto y enojo, con las mismas ganas de salir corriendo - Acaso no ves que estás arruinando nuestra amistad, desde el principio no quería esto, ¿Por qué tenías que haber insistido tanto en esto? Si al final, te irías sin mí.
Ella me miraba, con sus ojos fijos en mis reacciones y con una frialdad como siempre, inexpresiva y sin embargo, podía sentir la misma decepción que yo sentía de su parte.
Entiende que no podemos ser algo más que amigas, por favor, sabes que mis padres son muy religiosos y que jamás lo van a aceptar, entiende por favor, te quiero y lamento que pasemos por todo esto, sé que no es necesario, pero trata de ponerte en mi lugar - dijo, con la misma cara inexpresiva y con su cuerpo sentado al borde de la cama.
Ya para por favor, estoy harta de esta situación, siempre hay algo, que si nuestros amigos, que si los maestros, que si tus padres y que si los míos, entiende que eso no es impedimento, al menos no para mí. - Dije arta de la situación en la que ella me había metido.
Corrí fuera de su casa, tomé un taxi y fui hasta el otro extremo de la ciudad, a mi casa, a llorar un poco mientras trataba de saber cómo seguir con normalidad ante todos, pues según todos, nosotras éramos amigas y teníamos parejas cada quién. (Aunque mi "novio" sabía perfectamente que era para ocultar mi homosexualidad).
***
Y probablemente se pregunten ¿quién es ella? Bien, ella es Vanessa Cruz, morena clara, apenas bronceada diría yo, altura promedio y un cuerpo que te haría morir por ella, cabello a media melena y negro, negro totalmente lacio. Teniendo 22 años, no es la mujer más madura del mundo y sin embargo, es profunda como pocas mentes lo llegan a ser.Explicaré mi situación rápidamente;
Creerían que a mis 19 ya habría definido mi sexualidad y que probablemente, estaría en una relación seria. Bien, no fue así, siempre creí que me gustaban los hombres, tuve relaciones antes y me había encariñado con algunos de ellos, incluso llegué a tener intimidad con dos (y fue en ese momento que se me plantó la idea) nunca había disfrutado del sexo, era como hacerlo por hacerlo, sin amor y sin ganas. No me arrepentía porque algo había aprendido y tal vez, por placer estaba bien, pero no sentía más allá.Ahora bien, Vanessa presume de una heterosexualidad inquebrantable, aunque todo nuestro círculo social sabe que no lo es, o no del todo. Sale con un chico llamado Fernando, es lindo y atento con ella a más no poder, sin embargo, es un ojo alegre, he visto más de una vez cómo se lía a otras chicas e incluso a tratado de coquetear conmigo.
***
De vuelta en el último día:(Entrando una llamada a mi celular, es Vanessa).
Fany por favor, te necesito mucho ahora mismo, aún eres mi mejor amiga - me dijo, mientras se notaba un tono de preocupación en su voz, yo no quería contestar y sin embargo, lo hice.
Vane, para por favor, no quiero saber nada ahora. - dije sincera y con cansancio, sabiendo que ella había notado perfectamente que yo tenía la voz quebrada por el llanto.
Necesito que me escuches porque estoy liada, me van a matar mis padres y no puedo con esto sóla - el tono de preocupación se hizo más intenso y yo, tonta, sabía que había un problema real y aunque odiaba estar en el papel de la amiga, sabía que ella no tenía más amistades a parte de mí, no mujeres y menos de confianza.
Está bien, vale dime qué pasa. - dije a secas pero con una gota de interés, sin poder haber previsto lo que se avecinaba.
Estoy embarazada. - soltó, sin más, a secas totalmente y yo no pude contestar nada...
Así fue como comenzó mi martirio y así fue como acabó nuestra historia.
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El hilo rojo del destino.
RomanceEl amor no siempre acaba como queremos, a veces sólo termina sin decir nada, sin dar señales y de un día a otro te encuentras sólo, queriendo huir del dolor que llevas dentro... entonces te das cuenta que el amor también es dejar ir y confiar en el...