Pasion efímera.

Capítulo 2.

Al llegar a su casa la música estaba demasiado alta para su gusto, le dolía la cabeza y lo que menos necesitaba era a Hye Rim y sus amigos sin querer detenerse algún tipo de tarde de amigos sólo porque "el papá más comprensible del mundo" había llegado, ni siquiera comprendía la razón de que su hija le hubiese colocado ese sobre nombre, porque él no se consideraba el papá más comprensible, sólo le daba algo de libertad que creía necesaria para su hija, no podía prohibirle todo porque sabía que los adolescentes entre más prohibiciones tenían más quería hacerlo, sólo estaba usando la psicología al inverso para la crianza de su hija; la usó cuando ella era pequeña y funcionó y ahora seguía siendo igual, la psicología a su parecer porque algunas veces ella había llegado ebria a la casa pero no fue algo que le alarmase mucho, él también se emborrachó cuando tenía la edad de ella.

Cuando entró a la casa todas las miradas se posaron sobre él, recibiendo un saludo general de todas las amigos de su hija, al menos había más chicas que chicos, y creía que eso hacía un poco más fácil que Hye Rim accediera a bajar el volumen porque de verdad que necesitaba descansar un poco, tal vez alguna pastilla para su dolor de cabeza, aunque lo que menos que quería en ese momento era buscar algún medicamento, había sido otro de esos turnos extensos en el hospital desde la noche anterior que ahora parecían ser casos muy comunes, al igual que él tuviera que salir a mitad de la noche, algunas veces tomándose la libertad de llamar a Min Ho para que fuera a quedarse con su hija porque no le parecía dejarla sola, más que por lo que ella pudiera hacer al tener la casa para ella sola, era por lo que pudiera pasarle, y si llamaba al amigo de ésta a mitad de la noche no significaba que no se preocupase por lo que pudiera pasarle al chico, porque lo hacía, siempre estaba recomendándole que tomase un taxi que él iba a devolverle el dinero luego, el cual nunca quería ser aceptado pero al final lo hacía.

—Hye Rim, ven un momento —habló con tono neutro, no iba a regañar a su hija pero sí quería algo menos de volumen en la música.

—Papá...

—Baja un poco el volumen por favor —miró a todos los amigos de ella que parecían interesados en lo que él le decía a la chica —me duele la cabeza, y pueden hacer lo que quiera pero siempre...

—Con responsabilidad —Hye Rim rodó los ojos al decirlo porque esa era una frase de su padre.

—Sí. Vuelve ahí —dijo refiriéndose a que volviese con sus amigos, luego de que ella asintió él subió las escaleras hacia su habitación.

Hye Rim bajó un poco el sonido de la música escuchando las preguntas de sus amigos de si tenían que irse de la casa o ella había sido regañada, pero sólo negó, por eso su papá tenía el título del "padre más comprensible del mundo", nunca iba a echar a sus amigos, ni la iba a regañar, no enfrente de ellos, quizás con Min Ho presente porque él ya parecía su hermano más que su amigo, claro que para los ojos de ella porque para los de el doctor nunca lo serían.

—Mi papá tiene dolor de cabeza, sólo me pidió que bajara un poco el volumen de la música.

Todos parecían relajarse por lo dicho por la chica aunque sus palabras lograron captar la atención del mejor amigo de ella que parecía olvidarse que estaba un poco aislado de todos y levantó la mirada observando el lugar en el que antes vio al doctor. Pasó la mirada por todos los presentes y nadie parecía prestarle atención a él y tampoco quería la atención de nadie, si estaba ahí fue porque su mejor amiga le insistió que fuera a pesar de que él no quería hacerlo porque sabía que lo más probable era que no hablase con nadie, que era lo que estaba sucediendo en ese momento, se levantó de la alfombra dejando de lado el rompecabezas que lo había tenido suficiente entretenido como para que pasara desapercibido por todos, incluso podía haber pasado por un niño al cuidado de Hye Rim, claro que su estatura se encargaba de desmentir todo.