No importa la distancia.

720 21 1
                                    


Chenoa:

-¡¿David, que coño haces aquí?!- Es lo único que acerté a decir. 

-Laura, tenemos que hablar- mientras decía aquello, me agarro con firmeza de la mano y tiro con fuerza de mi.

Sin saber que decir, le seguí, mirándolo estupefacta por lo absurdo de la situación. Mi corazón bombeaba con fuerza, mi sien latía tan rápido que pensaba que me iba a estallar y las orejas me ardían.  

-Nos hemos visto mas este mes, que en los últimos once años- Reí, nerviosa. 

¿Laura? ¿eres gilipollas? De verdad, ¿nos hemos visto mas este mes, que en los últimos once años? ¿tu ex, al que media España piensa que le hiciste una cobra viene a verte y solo se te ocurre decir eso? 

Las ideas se agolpaban en mi cabeza, había soñado miles de veces con este momento, tenerlo delante de mi, los dos a solas, para poder resolver todo aquello que no le pude decir y que he callado durante tanto tiempo. No tenia ni idea que venia a decirme, pero no se lo iba a poner nada fácil.  

-Mira, Laura, no se por donde empezar... Llevo toda la noche dando vueltas en la cama, tragando techo, y pensando en ti, en como te sentirías, en si estarías bien, en como te habría afectado toda la mierda que se esta diciendo de ti en redes sociales y en todos los jodidos medios de comunicación de este mediocre país. 

Hace once años, no tuve el valor para dar la cara y salir a defenderte ante todos con uñas y dientes, me sentía presionado y tan solo quería huir... pero ahora soy un hombre, un hombre con agallas y fuerza para enfrentar a quien haga falta, te lo juro.- Dijo compungido mientras agarraba con fuerza mi mano y sus ojos se clavaban con los míos.

-David, no necesito que vengas de mesías. Se cuidar de mi misma, se como esquivar los golpes y apartar los comentarios y personas toxicas de mi vida. Esto es tan solo una piedra mas en el camino, un efecto mas del fantasma de David Bisbal, que me lleva persiguiendo y atormentando durante años. Ya he aprendido a tomarme con filosofía, e incluso con humor todo lo que tenga que ver contigo. Me hiciste daño una vez, mucho. De hecho, me atrevería a decir, que has sido la persona que mas me ha decepcionado y herido en toda mi vida, y me prometí, que no volvería a pasarme jamas. Yo no te guardo ya rencor, todo lo contrario, desheche todo el odio que tenia hacia ti, y lo convertí en un bonito recuerdo. Pero todavía a día de hoy, espero una llamada, un mensaje de voz, un café, algo... para que me expliques que paso, porque un día llegue a casa, todas tus cosas no estaban y lo siguiente que supe de ti fue que estabas en Miami dando una rueda de prensa confirmando nuestra ruptura. Yo mas que nadie, se que las relaciones a distancia son difíciles, que alguien nuevo se puede cruzar en tu camino y que sientas un flechazo al instante, de hecho, es lo que a nosotros nos paso en la academia, pero romper con alguien de esa forma tan rastrera y cobarde, nunca lo entenderé. Teníamos nuestras discusiones como todas las parejas, sumándole la presión de ser famosos, pero pensé que me querías, que me querías de verdad, y por un breve instante llegue a pensar que por fin había encontrado la pieza que le faltaba a mi vida. Que íbamos a ser eternos. Me daba igual la música, me daba igual mi carrera, solo quería estar contigo, si el mundo se hubiera acabado a nuestro alrededor, me daba igual, te tenia a ti... Y eramos tu y yo contra el mundo. Ya esta, de verdad, estoy bien...- Vomite todas aquellas palabras sin dejar lugar a replica.

-Tus ojos no dicen lo mismo...- Respondió David con un hilo de voz mientras me acariciaba suavemente la mejilla con la yema de su dedo pulgar.

Me ardían los ojos y sabia que en cualquier momento iba a romper a llorar, mis sentimientos estaban manteniendo una lucha encarnizada entre ellos, parte de mi quería abrazarlo tan fuerte como si se tratase de mi ultimo minuto de vida, y la otra parte de mi, quería darle una bofetada tan fuerte, que mi palma de la mano se quedara grabada en su cara por siempre a modo de tatuaje.

-Laura, solo... yo solo... no... no se ni que decir... no quiero volver a decepcionarme a mi mismo, ni fallarte otra vez... has sido el amor de mi vida, lo creas o no. No te haces idea de las veces que me he arrepentido de haber sido un niñato, dejarme influenciar por gente, que ya ni tan siquiera esta en mi vida porque al tiempo, me di cuenta que solo buscaban acercarse a mi por interés y dejarte ir... Me pudo la fama, no supe gestionarla, me sentí un dios, cuando en realidad era un simple mortal, hijo de José Bisbal y María Ferre, de origen humilde y con la única pretensión de vivir de algo que tanto amo como es la música. Nunca serán suficientes las veces que te diga que lo siento, para que me creas y de verdad, de corazón, y no solo de palabra puedas llegar a perdonarme.- Soltó todo aquello, con la voz entrecortada y mientras unas lagrimas resbalaban por su pómulos.

Se acerco a mi y apoyo su frente contra la mía, su respiración y su mirada se clavaron tan dentro de mi, que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mientras notaba como sus manos temblaban, todavía agarradas a las mías. 

Agarre con firmeza su nuca, y atraje su cabeza hacia mi hombro, invitándole a que se apoyara en el mientras suavemente acariciaba su pelo, mientras dejaba que su olor, aquel que anhele durante tanto tiempo penetrara dentro de mi, y me calara hasta el alma, cerré los ojos, porque aunque dijera que no, en mi interior, deseaba esto mas que nada. 

-Te quiero...

-Y yo...-Conteste.





Vuelvo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora