Capítulo 1.

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Desperté.

Si hay algo que me gusta más que estar despierta, es dormir. La misma mierda todos los días del año. Despertarse, prepararse, desayunar, esperar más de media hora a la tardona de mi mejor amiga, caminar hacia el instituto cansada, pasarse seis horas atendiendo en clase a excepción del recreo, volver a casa y hacer el vago o estudiar, cada uno a su manera... Por eso mismo, habitualmente prefería no despertarme. 

Cuando estube lista y hube desayunado, fui a casa de Tris y esperé en su puerta. Cada vez tardaba más en salir. Cuando al fin lo hizo, le dije lo mismo que todos los días:

- Impuntual de mierda. 

- Aún así me quieres.

- No lo utilices como excusa, bonita. Estoy harta de esperarte media hora en la puerta mientras tú sigues durmiendo hasta los diez últimos minutos en los que te despiertas, te preparas, coges una napolitana y sales. Podrías al menos abrirme la puerta para que entre y no me quede aquí helada de frío. A parte, haz el favor de darte más prisa los lunes, sabes que nos toca matemáticas a primera y al señor Rodriguez no le suele hacer mucha gracia vernos llegar cinco minutos tarde.

Rodó los ojos y empezó a andar. Podía llegar a ser lo más gilipollas que existe, pero a pesar de ello, la quería más que a nadie en este mundo. Estaba ahí las veinticuatro horas de cada día para ayudarme, hacerme reír, decir gilipolleces y bueno, ser ella misma. Ahora mismo, no sé qué sería de mí sin ella.

Llegamos al instituto, sonreímos falsamente a todas aquellas personas que nos caían como un grano en el culo y saludamos con un 'Buenos días' a los que, al menos, no solían ser unos gilipollas. 

La clase de matemáticas comenzó como cada lunes a primera. Todo parecía común hasta que alguien tocó la puerta. El señor Rodriguez odiaba que le interrumpiesen sus clases así que, como habitualmente, soltó un 'Adelante' con un tono de voz un tanto grosero. 

La puerta se abrió y apareció él. Era el chico nuevo. Ahí estaba parado. Ojos marrón miel, pelo castaño oscuro, hermosas facciones y un cuerpo algo tatuado. Pero, sobretodo, lo que más resaltaba era su sonrisa. Era una de esas sonrisas que son capaces de iluminar hasta los días más oscuros... Algo realmente maravilloso.

- Buenos días. 

- Usted debe ser el señor Malik.

- Sí, señor. Me llamo Zayn. Perdón por el retraso. No suelo llegar tarde, pero esto de que sea el primer día y no sepa cuál es cada clase... 

- Lo comprendo. Escoja un asiento y siéntese.

- De acuerdo.

Se giro y escogió un asiento. La clase prosiguió. El chico nuevo había captado mi atención y no sabía por qué. Le mire varias veces durante toda la hora cuando, de repente, me miró. Algo en su mirada me hacía sentirme segura y a la vez no confiar en él. Y fue ahí cuando supe que este chico no era un cualquiera. Tenía algo. Algo especial, aunque quizás oscuro. No sabía qué era. Pero si algo tenía claro era que... Lo iba a descubrir.

My favourite mistake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora