Koe No Katachi: "La forma de mi voz"

La voz del silencio

Mi voz. Mi voz no es como las del resto.

La única forma de expresar mi voz es a través del movimiento de mis manos. Mi voz tiene una forma diferente a la del resto. Mi voz no puedo oírse aunque, según lo que me enseñaste, puede sentirse. Pero, a lo largo de mi vida, decidí que lo mejor que podría hacer era no utilizar mi voz.

Las palabras que logro escuchar llegan distorsionadas hacia mis oídos, no es raro para mí, ya me acostumbre a ello pero sueño con un mundo en el que se hable mi idioma. Un mundo en el que puedan comprenderme y yo a ellos. En los no que haya barreras que me impidan hablar, expresarme y gritar como si fuera normal, como si solo fuera una más en el mundo repleto de gente

.Muchos dicen tener "Gritos silenciosos" Pero no saben lo que verdaderamente es tener una voz silenciosa.La gente no comprende la sensación de hablar con palabras borrosas y no ser comprendido. Sentir que uno se hunde cada vez más en el vacío silencio y se muere por dentro haciendo señas huecas de palabras mudas llenas de dolor. Así se siente cuando yo quiero hablar. Como si mis manos moviéndose con agilidad no fueran capaces de llegar al corazón de las personas y las ideas quedaran en mi cabeza, o eso pensaba. 

Mi cabeza llena de pensamientos inútiles que quedaran ahí, tratando de salir pero sin poder hacerlo.Es difícil sonreír cuando se ésta lleno de ideas y sentimientos por los que nadie se preocupará, a los que a nadie le importaran y solo podrán morir en la profundidad de mi mente.Yo solo intento caerle bien a la gente pero con el tiempo comprendí que yo era diferente y aunque me esforzara no podría ser alguien normal. No podría pasar desapercibida con dos grandes aparatos incrustados en mis oídos que daban señales de "Diferencia". Pero aun así simplemente me senté y sonreí, una y otra vez.

"Quiero morir" Dije una vez. Ya no podía soportar toda la carga que una discapacidad ponía sobre mí. Jamás imagine que unos pequeños niños podían ser personas tan crueles y mucho menos pensé que sus acciones podrían causarme gran dolor como para querer suicidarme.

Pero las cosas cambiaron un poco cuando te volví a ver. Cuando te disculpaste y me sonreíste. Cuando te diste cuenta de todo el daño que me habías causado sentí paz en mi corazón y pensé "Tal vez, de alguna forma, pude expresarle mi dolor". Desde aquel día, los martes se convirtieron en mis días favoritos, podía verte, podía hablarte (a mi manera) y podía despedirme de ti e irme con la esperanza de volverte a ver. 

De a poco te convertiste en mi razón de seguir.Le otorgaste sentido a mi existencia. 

En vez de esperar que yo me acople a ti, aprendiste mi idioma, llegaste hacia mis ideas y tocaste mi corazón. Aunque mi voz tenía otra forma, tú pudiste sentirla, tú pudiste oírla. Y aunque no comprendía tus palabras, siempre pude comprender tus sentimientos.