Capítulo 4:"Everything I Didn't Say"

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Natsu sale de mi habitación, mas que molesto se ve cansado, pero yo también lo estoy, no se que es lo que le pasa, se esta tomando esto de una forma muy pesimista, debería estar feliz por mi no enojado.
-querida, no me quiero meter pero...- la detuve, sabía perfectamente que es lo que quería hacerme entender, queria que viera las cosas como lo esta haciendo Natsu, pero no quiero, no lo haré, porque se que él esta equivocado.
-no me quedaré aquí por él- solté.-esto tiene que ser así- todo lo que decía era egoísta de mi parte, sin excepciones, pero lo hago porque quiero que Natsu este orgulloso de mi, que pueda ver que puedo hacer esto sola sin la ayuda de nadie; siempre dependo de él para grandes decisiones o cuando estoy en problemas, y aunque no lo demostraba siempre me molestaba depender de Natsu, sin embargo, él no necesita de nadie cuando tiene trabas en su vida, ni siquiera de mi. Yo soy capaz de hacer esto sola sin ayuda de nadie (ni la de él), y así será.
-Lucy, no seas así con Natsu- me regaña.-ve a disculparte- me mira con desaprobación.
-no lo haré mamá- miré hacia la ventana,  no quería pedirle disculpas.
-tienes que hacerlo- me dijo.
-por favor no me obligues- solté un suspiro cansada, nunca pensé que este tema me daría tantos problemas en tan poco tiempo.
-¡Lucy! ¡señora Layla! ¡ya nos vamos!- era Natsu que se le oía desde abajo, en el primer piso, mi mamá me mira esperando a que yo bajará pero sigo mirando hacia la ventana.
-te estas equivocando cariño- dijo.-lo sabes perfectamente- sale de mi habitación a despedirse de nuestros invitados, no creo que tenga razón, se perfectamente lo que estoy haciendo.

Al día siguiente y al siguiente de ese cuando fui a clases no me encontré con Natsu, el maldito había comenzado a faltar a clases, sabía que lo iba hacer, siempre que terminamos los exámenes finales comienza a faltar, justo ahora tiene que escapar típico de él.  Pero lo conozco, si esta molesto y no quiere ver a nadie siempre entrena, es lo único que lo mantiene ocupado cuando esta así, por eso ire después de clases a buscarlo.

Salgo a las cinco de clases, estoy un poco exhausta pero me voy caminando al lugar donde entrena Natsu, estoy pensando lo que le voy a decir pero no se me ocurre nada. En el camino me encuentro con Erza que es nuestra amiga que ya va a la universidad.
-¡Lucy!- me saluda, se ve feliz.
-Hola Erza- le saludo de vuelta, me abraza con una fuerza brutal que casi me deja sin respiración.
-te ves cansada, ¿tuviste una discusión con Natsu?- justo en el clavo.
-¿por qué siempre aciertas?- le preguntó de vuelta.
-porque los conozco, pero en este caso Natsu me lo dijo- me mira un poco preocupada.-ve arreglar las cosas con él- me habla con un tono de madre comprensiva.
-voy en camino a eso- comenté.-tengo mis razones para molestarme Erza- la miró seria, queria que por lo menos alguien viera las cosas desde mi punto de vista.
-te entiendo perfectamente, pero si no te explicas como quieres que él te entienda- replica.-él aunque no se de cuenta te quieres más que nada en el mundo- me sonríe.-y aunque no lo parezca, Lucy, para Natsu tú eres muy especial- cuando me termina de decir eso no puedo evitar que mi cara se ponga roja, cosa que Erza nota, pero antes de que me diga algo al respecto la llaman por teléfono.
-hablamos después Lucy tengo que contestar- me dice llevando esta conversación al final, asiento en forma de respuesta y sigo mi camino.
Llegue a la entrada del recinto relativamente unos cinco minutos después de hablar con Erza, quería ver a Natsu, comencé a sentir la gran necesidad de verlo.
-¿Qué haces aquí?- era él.
-es un país libre- contesté.-puedo ir donde yo quiera- lo miré fijamente, se veía muy serio y eso era muy malo, Natsu es alguien que se conoce por ser alguien que siempre sonríe.
-siempre tienes respuestas para todo- suelta molesto.
-la verdad, quería verte- confesé.
-por lo menos no estas mintiendo ahora- dijo mientras se me acercaba.
-tengo que explicarte todo esto- lo miré, ya estaba anocheciendo, no había nadie alrededor, Natsu se me acerca cada vez más y observa con detalle cada parte de mi cara, quiero alejarme pero no puedo,  necesito saber que es lo quiere hacer, así que me quedo ahí esperando su próximo movimiento.
Me besa, él me besa sin razón alguna y me pesca totalmente distraída pero continuo el beso, porque se siente raro viniendo de él y quiero saber como es que me provoca tantas sensaciones que no las puedo entender pero después de unos segundos nos separamos y ninguno de los dos dice nada, hasta que me comienzo a reír muy fuerte, tan fuerte que llamó la atención de las pocas personas que ahora aparecen, no puedo evitarlo pero un ataque de risa es lo que pasa  cuando estoy en estado de shock.

Después de tanto tiempo aún recuerdo aquello y aun siento esa rara sensación.
Te extraño.

¡A La Mierda Me Voy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora